Levantando mi Fe ©

No hay nadie como el Señor, confía en él.

¡Hola! ¿Hay algún momento en tu vida en donde hayas visto la grandeza o el poder de Dios?

Personalmente, con solo ver un paisaje veo su grandeza, pero también hay momentos en donde las dificultades opacan la grandeza de Dios ante mis ojos. ¿Te ha pasado?

Es difícil cuando te encuentras en momento de prueba y la grandeza de Dios desde tu punto de vista no se hace notar, pero déjame decirte que aunque estés enfrentando una prueba, la grandeza de Dios sigue ahí.

1 Samuel 2:2 dice:

Nadie es santo como el Señor; no hay roca como nuestro Dios. ¡No hay nadie como él!

Lindo versículo, ¿No? En otra versión menciona que él es nuestro único refugio, y es bueno recordar este versículo, porque cuando estamos en un proceso muchas veces olvidamos quien es nuestro Dios y perdemos la confianza en él.

En medio de momentos difíciles el sigue siendo Dios, y no hay nadie absolutamente nadie que pueda ser tu refugio seguro. Colocar nuestra confianza en Dios cuando no vemos su poder es difícil, incluso es abrumador, pero Dios no cambia, no hay nadie como Él. ¿Qué nos aflige? ¿Qué nos está quitando la paz?

Que no veas su poder no significa que no puedas confiar en él, ni significa que él no este cuidando de ti, al contrario el sigue haciéndolo. Lo que sucede es que la falta de confianza permite que las tinieblas no te dejen ver la luz.

Aunque en la dificultad te aísles o des por sentada su palabra, Dios sigue siendo el mismo, y así como cuido a su pueblo en el desierto cuidará de ti. Recuerda que el mismo Dios que acompaño a Moisés, está contigo. En medio de la prueba no temas, solo confía en Dios, quién hasta la fecha permanece firme con sus promesas.

Dios es el mismo de ayer, es el mismo hoy y será el mismo mañana. Que tu confianza no esté en si ves o no ves su poder, que tu confianza este puesta en que el no cambia, en que el sigue siendo fiel y sigue cuidando de ti aunque no lo puedas ver. 

Confía en Dios, aunque por unos momentos las dificultes opaquen su grandeza antes tus ojos. 

El sigue siendo fiel.

¡Bendiciones!