Y...llegaste

20. Ardiendo en celos

Sonrío.

Me enternece verlos juntos, saber que están bien.

Al principio Nat no entiende nada, la veo hablar agitando los brazos, cubriendo su rostro e incluso dar brinquitos. Una sonrisa boba está plantada en el rostro de Leo. Me quedo recargada en una columna mirándolos, y llenándome de dulce. Suelto una risita cuando mi amigo agarra desprevenida a Natalie y la besa, ella de separa y le da una cachetada; lo chistoso es que luego es ella misma la que lo besa. Tiene que ponerse de puntitas para estar a la altura de Leonardo.

Después de un momento ambos voltean y me notan. La chica se sonroja increíblemente al verme, mientras que Leo sonríe amigable. Se acercan y yo sonrío cuando están frente mío.

-Pero mira quien está aquí- dice Leo. Veo cómo Nat lo toma de la mano tímidamente y me sonríe intentando no avergonzarse, le devuelvo el gesto y miro a Leo con una ceja alzada.

-Por supuesto que la cerebrito del instituto, ¿quién más?- digo. Su sonrisa se ensancha más.- ¿Cómo les fue en la prueba de química?

-Yo soy un desastre- volteo a ver a Natalie, quien resopla con resignación haciendo volar un mechón de su rubio cabello. Suelto una risita y me cruzo de brazos.

-Yo también era un desastre al comienzo- suelto- tuve que aprender por medio de videos y libros, ¿te imaginas estar horas de horas en la biblioteca? Era estresante. Tú tienes suerte, tienes a un genio en esa materia a tu lado.

Ella voltea a mirar a Leo y parpadea confundida, ríe cuando él alza las cejas divertido y le guiña un ojo. Ahora sé que sí hacen una pareja perfecta, son como una dona y el glaseado, imposible no pensar en la dona sin imaginarte el glaseado, ni pensar el glaseado sin imaginarte la dona. Son como los romances de los libros cursis y empalagosos, hasta me da un poco de envidia.

-Yo sacaré una A limpia, obviamente- responde Leo como si fuera evidente. Pronto siento el perfume de Caroline entrar por mis fosas nasales y volteo a mirarla. Lleva una sonrisa gigante en el rostro, está mirando a Pat conversar con Jack animadamente a unos cuantos metros. Mis mejillas se encienden al ver a mi crush reír con ganas, quiero comerme sus cachetes; Patrick le dice algo, y yo siento que estoy más roja que un tomate cuando el ojiceleste voltea a mirarme. Inmediatamente desvío la mirada hacia Natalie, quien me mira confundida. ¡Voy a asesinar a Patrick! ¡Ese traidor! Seguro le dijo que lo estaba viendo.

-Eh...¿vamos a comer? Muero de hambre y no quiero esperar en la fila- dice la rubia haciendo un gesto divertido.

-Larguémonos- contesta Leo. Pasa sus brazos alrededor de los hombros de la chica y le da un beso en la mejilla, haciendo que se sonroje.

-Criaturas del mal, se iban a ir sin mí- escucho a Caroline a mis espaldas. Sonrío y le doy un empujoncito.

-Tú lo has dicho, íbamos- contesto. Ella ríe y me palmea la espalda, indicándome que avance, ya que Leo y Nat nos dejaron muy atrás.

Una vez frente a la vitrina, selecciono pollo, papas fritas y una botella de sidra. Hoy tengo mucha hambre y no me interesa perder mi cintura. En cuanto volteo a buscar mesa, me topo con un pecho, tengo que levantar la mirada para reconocer a Jack, quien me mira con los ojos incendiados. Me mira tanto que mi cara comienza a arder y la charola que tengo entre mis manos amenaza con caerse.

Ya está, voy a morir derretida.

-Permiso- digo. Intento esquivarlo, pero se mueve también, impidiéndome el paso- Jack, déjame pasar, en serio necesito ir a buscar una mesa para almorzar, mis tripas están rugiendo.

Quiere sonreír.

Lo sé porque sus comisuras tiemblan, sin embargo, cuando va a hablar, veo a Caroline acercarse a sus espaldas con los pasos apretados y los puños hechos nudos. Mi vista va de Jack hacia mi amiga y de ella hacia Jack, mi boca se mueve, pero no sé qué decir. ¡Para momentos como estos necesito la capa de Harry Potter! Rayos, tal vez si hago un hoyo en el suelo y me entierro, no tenga que afrontar la mirada celeste frente a mí. Pero es demasiado tarde, los estudiantes empiezan a quejarse porque no avanzo y yo no sé qué hacer, cada vez me siento más pequeña con él aquí.