11. Estrella fugaz

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Las comisuras de mi mamá ascienden lentamente hasta formarse una GRAN (y terrorífica) sonrisa.

-Yo...- comienzo a hablar, pero cierro la boca cuando la rubia da un gritito de emoción, seguido de un portazo. Suelto un suspiro y enfoco a un inexpresivo Jack.

-Tu madre me agrada- dice con seguridad. Yo sonrío y aplano los labios para no comerme sus cachetes.

-Conocerla es un privilegio- hablo encogiéndome de hombros.

-Besar a su hija es un privilegio- agrega guiñándome un ojo con su típica sonrisa ladeada- te veo mañana, pequeña.

Se acerca a mi rostro y su vista cae en mis labios, pienso que me va a besar. Pero no. Sonríe y se dirije a su auto para luego perderse en la silenciosa avenida.

No tiene el privilegio de besarme.

Resignada, ingreso a mi casa y subo a mi habitación con ganas de comerme toda la refrigeradora. Pero no. Mi estómago no lo va a digerir.

Una vez arriba me tiro en mi cama y conecto los audífonos a mi celular; selecciono Alive de Sia y abrazo mi almohada.

Doy un grito ahogado cuando siento que alguien toca mi cabello y al voltear me doy cuenta que es mamá.

Me está mirando con su terrorífica sonrisa.

Cuando era pequeña mi cumpleaños se arruinó gracias a que reproducieron Alicia en el país de las Maravillas. Quedé traumada con la sonrisa del gato fantasma, llegué a tener pesadillas con él y creí que ya lo había superado.

Pero no.

Vino mamá y me arruinó la infancia por segunda vez.

Me saco los audífonos y comienzo a hablar.

-Mamá yo...- antes de que pueda continuar hablando me abraza tan fuerte que creo que quiere asfixiarme.

-Mi niña tiene enamorado- dice aún con sus brazos a mi alrededor. Su perfume me recuerda a cuando me arrullaba en sus brazos y yo apenas era una bebé.

-No es mi enamorado- explico frunciendo el ceño.

Recordar que no somos nada duele, no voy a negarlo. Pero no puedo pararme en frente suyo y decirle «¡Hey, sé mi enamorado!». Si él quiere serlo me lo dirá con el tiempo y sino pues...tendré que asimilar el hecho de que sólo fue un enamoramiento pasajero, un "amor de chiquillos" como diría mi abu. Pero si aún no somos nada ¿por qué le permito robarme besos? ¿por que siento cosquillas en mi estómago cuando me dice "pequeña"?

No sé. Y aún no quiero saber.

-Lo será- dice mi mamá separándose de mí y mirándome sonriente- las Wecker somos encantadoras.

Me guiña un ojo y se va.

Ahora estoy sola en mi habitación. Sola, sola, sola.

Y la soledad asusta y deprime.

Me aterra el hecho de ilusionarme, quererlo y que luego la realidad me dé una cachetada para darme cuenta que lo nuestro nunca existió. Que sólo fue como una estrella fugaz. Me causa temor pensar que en realidad no soy más que una diversión para él y que no hay sentimientos hacia mí. Y vivir con ese temor incomoda. Mucho.

Sacudo mi cabeza e intento despejar mi mente de esos pensamientos. No quiero deprimirme, quiero guardar tristeza para cuando Jack me rompa el corazón, quiero ahorrar lágrimas para cuando lo nuestro quede en el olvido; aunque ni siquiera tengo claro qué es "lo nuestro".

Y...llegasteOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz