—Primero respire y recupere la calma, su corazón se tornó frágil al estremecimiento de mi habilidad.

— Me duele—Toco la zona izquierda de su pecho — ¿Voy a morir? —Apenas pudo realizar la pregunta, la impresión la dejo estupefacta y la persistente agitación de su respiración estropeaba el discurso preocupado.

—No y la mataría ahora mismo si no intenta calmarse—Sentencio en advertencia—No vine para hacerle daño si eso la tranquiliza. Pero ese dolor en su pecho me está aproximando en cumplir con mi trabajo.

—Está bien, solo dame unos minutos—En suplica bajo la vista con la única intención de calmarse ante la aterradora apariencia frente a sus ojos.

—Puede tomarse el tiempo que desee, no hay prisa.

—Gracias—Relajo su respiración y dio caladas lentas intentando regularse.

Paso una hora con los latidos normalizados de su corazón, la respiración se calmó volviéndose tranquila. El miedo continuo presente ahora viéndolo desde un punto cauteloso y controlado. Su peor emoción era su más fiel amigo que la advertía del peligro asimilando el sentido común. Para probarse a sí misma que había controlado sus temores encerrándolos en la jaula imaginaria, levanto la vista contemplando de nuevo a la apariencia de la parca. Decidida la observo unos segundos más y los latidos precipitados volvieron solo que a diferencia de antes, estos actualmente eran controlados y no tan desorbitados.

— ¿Se siente mejor ahora? —Pregunto la parca con atrevimiento.

—Más o menos, aún me resulta difícil acepar que alguien como tú viniera en persona del más allá—Contesto con toques de nerviosismo y carraspeo de su voz, luego paso a levantarse del suelo mientras sacudía los restos del polvo para así limpiar su uniforme.

— ¿Del más allá? —Se burló con gracia—Yo no pertenezco a ningún lugar, para usted seré su nómada en lugar de su guía al mundo de los muertos.

— ¿Por qué has venido? ¿Qué es lo que deseas? —Frunció el entrecejo y sus gestos se tornaron serios con profesionalismo.

—He venido aquí en su presencia para pedirle las devoluciones de unos favores que hice y a futuro haré.

La rubia levanto una ceja no comprendiendo el asunto—Explícate porque no entiendo, ¿A qué favores te refieres?

—Muy bien, espero cumpla con su palabra una vez le brinde esta importante información, se atendrá a las consecuencias en caso de no hacerlo.

Algo no iba bien con aquellas palabras de advertencia que aquel espectro femenino imponía. Si la rubia bien sabía que no iba morir en manos de la parca ¿Entonces por qué de ese aviso?, era acaso que existía una razón oculta tras esas palabras, una ansiedad indescriptible se manifestó y agito su respiración acompañándolo de los síntomas de la misma.

—No tengo idea de que me estás hablando, quiero que seas franca y me digas ¿qué pasa?, siento que esto es más una advertencia de tu parte.

—Eso mismo, como lo menciono le estoy advirtiendo, tengo grandes planes para usted ya que su destino será cumplir mis órdenes.

— ¿Cumplir tus ordenes?, deja de bromear—Con dureza flexiono su antebrazo colocando sus dedos sobre el pecho—No estoy obligada para realizar tal cosa.

Una risita casi inaudible inundo el poco silencio que existía del ala, risa que provenía de la parca, sus encías castañeantes al ritmo del movimiento, así como se explicó en aquel libro, el cuerpo esquelético no era perceptible a los vivos y a los muertos se les mostraba lo que venía oculto tras la túnica. Invisibles los huesos pero audibles al oído.

Little Witch Academia FicWhere stories live. Discover now