Little Witch Academia Fic

Capítulo 32

No era buen momento con la tensión acaparando el lugar, quizás si se negaba a la única petición se libraría. Sin embargo esto no se trató de un simple favor, más bien era una orden que la misma muerte en persona le exigía. Atrapada en una confusión mental, lamentaba que las cosas se dieran de aquella forma. ¿Por qué no había vía de escape ante aquel pedido?, la razón es sencilla, Darrelle debía morir, solo así Diana obtendría la magia de la necromancia, al tiempo comprendió lo necesario que era obtenerla, traer de vuelta a su novia dependía de ese factor. Difícilmente resulto inútil negarse al regalo que la parca le otorgaría, no lo deseaba y rechazar aquel premio no era opción.

La muerte al igual que su frágil acompañante se portaba de una manera cautelosa, de antemano sabía lo astuta que podría ser la rubia. La reconocía como a su igual aunque fuera una bruja de fuerza mágica inimaginable, no cabía ningún problema en cuanto a experiencia, la muerte superaba por mucho las magias prohibidas más poderosas y destruir a la rubia con su fuerza no era ningún problema en caso de traicionarla.

Era tan engañosa que no le daba ni la menor pista a su prisionera. Su resentimiento hacia aquel dragón la marco de por vida, sin aparente piedad deseaba con empoderamiento la destrucción de Darrelle sin importar a quien obligara para llevarlo a cabo. Un vez que la ojiazul cumpliera su cometido no habría vuelta atrás, ella sería su nueva mejor amiga sustituyendo al desollado ser desalmado. La envolvería en riquezas y logros, la protegería y estaría al pendiente de ella con el único fin de formalizar su amistad. Sin embargo, antes debía ponerla a prueba y que mejor manera de hacerlo que con una batalla con aquel ser despreciable que las hizo sufrir.

Le concedería todo aquello que ella le pidiera una vez que acabara con la vida del dragón oscuro. Los deseos no temían insignificancia para la misma parca, cumplirlos era totalmente sencillo y sin importar que fuera lo haría gustosa y deseosa, si codiciaba la conquista, si quería la destrucción o la misma paz, todo estaba en sus manos y lo haría realidad, todo por su nueva y mejor futura amiga.

La muerte temía y despreciaba la soledad, desde la partida repentina de aquel dragón que alguna vez fue su mejor amigo, fue una ingenua al concederle la inmortalidad y fue una tonta al dejarlo huir. Claro que él muy ingrato de Darrelle no regreso refugiándose en el paraíso celestial, lugar al cual no podía ser pisado con sus pies cadavéricos, estos al tocar un solo centímetro de aquel suelo purificado eran hechos cenizas y regenerados cuando se alejaba en distancia de aquel lugar. Su rencor y resentimiento florecieron como una rosa negra bañada en sangre como si estas representaran sus lágrimas, ese extraña sentimiento la inundo en aquel campo de oscuridad, mientras cumplía su trabajo de llevar aquellas almas purificadas al paraíso y las condenadas al inframundo. El paraíso era un paraje que llego a tolerar, nadie le ordenaba, solo ella por intuición cumplía el llevar a las almas y guiarlas a su destino, ella jamás fue aconsejada, nació de la nada y encontré un propósito ajeno a la falsa amistad de aquel ser despreciable. Darrelle nació con el único fin de llevar la oscuridad, lo que orillo a la parca con el único fin eliminarlo y cumpliera su condena en el paraje oscuro del inframundo.

—Lamentablemente tienes razón—Corto Diana frustrada y vocifero aquello con lo único que la detenía de seguir con su camino.

—Siempre tengo razón—Alardeo la parca y soltó la mano de la joven bruja.

—Antes quiero saber algo, no te conozco y sé que no sirve de nada negarme a tu pedido ya que bien sabes lo que deseo.

—Entonces hable, yo la escuchare y responderé a sus dudas, esta con toda la libertad del mundo para preguntarme lo que usted quiera.

— ¿Por qué de todas las personas con las que tenías por entablar una amistad, elegiste a Darrelle? —Frunció el ceño—Es un ser despreciable y no parece que quiera tener amigos.