Código #15

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Jungkook estacionó la van lo suficientemente cerca de la residencia para que pudieran escapar con facilidad pero a una distancia prudente para poder ocultarse de cualquier guardia que estuviera mirando a los alrededores. Él y Hoseok estaban totalmente equipados, armados hasta los dientes, vestidos con el uniforme negro de asalto que ya les había visto usar antes.

Ambos también llevaban unos comunicadores manos libres, para poder comunicarse con Namjoon mientras estuvieran dentro del lugar. En ese momento Hoseok se colocaba el suyo en la oreja y se cubría las manos con unos guantes negros antes de cargar un rifle que tenía cerca de los pies.

Era increíble como dos chicos de su edad podían dejar de parecer jóvenes cuando se vestían así y cargaban armas. Le asustaba un poco pensar en todas las personas que quizás conocía que eran iguales a ellos pero de las que nunca se había percatado. El mundo era extraño y demasiado peligroso, más de lo que creía.

Aunque pensándolo mejor, él también era igual. La vecina de en frente nunca pensaría que su joven vecino se infiltraba en la red de datos de organizaciones del estado, lo cual no era poco ni tampoco seguro.

—Okay, vamos a entrar —anunció 094 respirando profundamente y fijándose principalmente en Jungkook—. Repasemos.

—Entrarán por el lado derecho, donde dentro de cinco minutos habrá un cambio de guardias. Tendrán unos dos minutos para meterse por la puerta que da a la cocina —repasó Namjoon señalando todo en los planos que tenía en la pantalla—. En la cocina no hay guardias, pero en el pasillo sí.

—Los reduciremos lo más silenciosamente posible y buscaremos las escaleras, que deberían estar al otro lado de la mansión —siguió 097 con los ojos concentrados en la pantalla y los movimientos de la mano del hacker—. En el salón principal hay unos cuatro guardias, en el pasillo antes de las escaleras hay dos. Al final de éstas hay dos más y en la entrada de la sala donde tienen a 092 hay otros dos.

—Dentro del cuarto hay cuatro custodiándolo, pero quizás aumenten en el transcurso de la noche —zanjó Hoseok abriendo las puertas traseras del vehículo, un aire frío ingresó e hizo que Namjoon se estremeciera—. Aquí lo importante es ser sigilosos y rápidos. Mientras menos tiempo estemos dentro, mejor.

—Bien, ¿Nos vamos?

Tras recalcarle que bajo ningún motivo dejara la camioneta, ambos muchachos salieron a la calle y se movieron por el oscuro pavimento hasta los portones. Namjoon no tuvo visión de ellos sino hasta que saltaron la muralla y estuvieron en la mira de una de las cámaras de seguridad, pero dudaba que alguien controlando pudiera verlos. Él los veía moverse solo porque sabía que estaban allí.

Apoyándose en las sombras y en los arbustos artesanales que habían allí, 094 y 097 rodearon la residencia y llegaron justo a tiempo al lado derecho para el cambio de guardias. En lo que los dos hombres protegiendo aquel lado se retiraban, Jungkook avanzó para intentar abrir la puerta y Hoseok lo cubría. Namjoon miró las cámaras más cercanas a ellos.

—Un minuto —avisó Namjoon en cuanto vio a los nuevos guardias acercándose a la entrada para salir al patio. Jungkook respondió bajito con un copiado. La cerradura parecía costarle un poco—. Cuarenta y cinco segundos.

Los guardias salieron de la mansión, ambos cargaban armas tan pesadas como las de ellos, pero andaban despacio, charlando entre sí. Cuando faltaban quince segundos para que se agotara el tiempo, vio a 097 abriendo la puerta e ingresando, seguido de cerca por su compañero. En la cocina no había cámaras, así que por unos instantes los perdió de vista y resultó ser algo bastante aterrador.

Namjoon no tenía experiencia alguna en combate o en armas, pero sentía que hubiera sido mejor entrar con ellos, incluso si eso le costara algunas heridas. Sin embargo en el fondo sabía que más que ayudar sería un estorbo, por lo que por enésima vez en el día descartó totalmente la idea de jugar al héroe.

Binary Code || JinNamWhere stories live. Discover now