[XIV]

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Los tres empujaron juntos la motocicleta y el sidecar hasta llegar al pequeño cruce del pueblo en el que estaban. Jean se detuvo, poniendo los brazos en jarras, y miró a su alrededor. Frente a ellos había un pequeño parque con columpios y, a un par de metros de distancia, había en edificio en piedra de dos plantas al que identificó como un colegio.

–Voy a mirar en la escuela –comentó mientras se alejaba de sus dos compañeros.

–Quizás encontremos algo de gasolina –pronunció Levi en un pésimo francés que hizo sonreír a Hannes.

–Yo iré a ver si encuentro algo de comer –añadió, tomando un camino diferente al del soldado galés, que asintió con determinación. Era una buena idea.

Levi giró hacia su izquierda, donde encontró un solar protegido por una tapia. Las puertas de hierro rojizo del muro que lo rodeaba estaban abiertas, así que empujó el vehículo. En su interior, había algunos coches a medio desguazar, por lo que se dirigió hacia una caseta de ladrillo que había en el interior. Parecía una especie de garaje o taller, vista desde lo lejos. Y, tal y como imaginó, aquel pequeño taller del diminuto pueblo en el que se encontraban hacía las veces de gasolinera.

El depósito parecía lleno, así que se metió en el interior del taller. Dentro, comenzó a mover la bomba que hizo saltar la gasolina, indicándole que el funcionamiento del aparato seguía siendo óptimo. Sus ojos se iluminaron brevemente y la comisura de sus labios se curvó ligeramente hacía arriba. Estaba teniendo algo de suerte. Aquella era la primera vez desde que había llegado a Francia.

Su felicidad se vio interrumpida momentáneamente cuando escuchó ruido a su espalda. Haciendo uso de unos buenos reflejos, se llevó la mano al arma que llevaba en su cinturón y la sacó, apuntando a la persona que acababa de entrar a grandes zancadas en el taller.

–There's nothing written on the board. No message. (No hay nada escrito en la pizarra. No hay ningún mensaje)

Era solo Jean. Levi le miró con el rostro imperturbable mientras guardaba de nuevo su pistola. Esa idiota debía tener más cuidado y no sorprenderle de esa forma si quería seguir viviendo.

–They didn't come this way (No vinieron por aquí) –añadió el muchacho–. We are losing time! (¡Estamos perdiendo el tiempo!)

–Hey, you brat! Don't yell at me! (¡Tú, mocoso! ¡No me grites!) –Levi presionó sus labios formando una fina línea. Tras pronunciar aquellas palabras, le estaba pareciendo captar un ruido.

–And what are you expecting me to do, huh!? You're a burden rather than a help! (¿¡Y qué esperas que haga, eh!? ¡Eres más una carga que una ayuda!)

–Shut up! (¡Cállate!)–Levi giró levemente su cabeza. Ahora estaba seguro. Algo se estaba aproximando.

–You might be a captain, but- (Serás capitán, pero-)

–I told you to shut the fuck up, brat! (¡Dije que cerraras la boca, mocoso!) –Levi fulminó a Jean con la mirada. Comprendía que quería encontrar a aquel niño, pero le estaba empezando a sacar de sus casillas– A car is approaching. (Se aproxima un coche)

Jean tragó saliva y guardó silencio. Efectivamente, él ahora también lo escuchaba. Parecía el motor de un vehículo y ya estaba allí. Los dos se asomaron por una de las ventanas del edificio que daba a la calle principal. Un camión se detuvo y de él bajaron soldados vestidos de verde oscuro. A lo lejos, vislumbraron otra camioneta igual.

Jean se alejó de la ventana, sintiendo que su respiración se aceleraba. Levi se apartó también, permaneciendo como una estatua después. Por primera vez, Jean vio miedo en los ojos del galés. Eran alemanes. Y estaban solos contra ellos.

Respiraciones [Jearmin. 1940 AU]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang