"¿Cómo Ser El Protagonista?" // Markhyuck

Cap. 15 "No soy ella"

Mark Lee.

- ¡ABRE LA MALDITA PUERTA!

- Mark, por favor contrólate.

- Voy a calmarme en cuanto arranque la cabeza de ese imbécil ¡TEN PANTALONES Y ABRE, MARIQUITA!

Sabía que no podía confiarle a Jeno a alguien tan valioso como Renjun.

En cuanto llegué al dormitorio luego de dejar a Haechan, había un chino bajo las sábanas llorando cual pequeño niño temeroso.

Renjun me contó todo, y luego de varios "te lo dije" de mi parte, no pensé dos veces en venir a cortarle a Jeno su Jenoconda en varios pedacitos.

- Mark, enserio. Jeno no vale la pena para esto.

- Jeno no vale nada, pero tú sí. Así que no me iré hasta no ver a ese estúpido precoz.

La puerta se abrió, y antes de que pudiera lanzar mi puño al sujeto, me percaté que no era Jeno sino Haechan quien nos recibía jadeante.

- ¡Jeno no está aquí!

- No trates de cubirlo, moreno. Tu amigo ha hecho algo que es como un pecado para mí.

- Lo se, lo se. Pero vamos a calmarnos. Todo tiene una explicac...

- ¡YA LO VI!

Al asomarme por la puerta, vi a Jeno tratar de escapar por la ventana como en esas series infantiles.

Empujando a Haechan para que se apartase del camino, el narizón fue más rápido para salir por la ventana, esta ves se me había escapado.

Tanta era mi ira que incluso pensaba saltarme y perseguir al tipo este hasta que uno de nosotros terminara adolorido.

Pero Renjun y Haechan me sostenían de ambos lados como si ellos fueran guardaespaldas de Jeno.

- ¡ESO! ¡MEJOR HUYE COBARDE! ¡NO QUIERO VERTE CERCA DE MI AMIGO DE NUEVO!

- ¡Joder, Markos! Todo el internado te está mirando.

- Renjun, será mejor que te vayas. Yo me quedo cuidando de este pequeño rudo, estará bien.

Renjun me miró asustado, no sabía si era porque le apenaba verme en este estado, o porque aún se preocupa por Jeno.

Lo miré forzándome a mí mismo a sonreírle para que pudiese irse tranquilo y en paz.

Así lo hizo, o eso esperaba.

Quedándome solo con el morenito, me abrazó cálidamente besando mi mejilla, debo admitir que esto era un gran método para olvidarme de todo y de todos.

- Debiste dejarme patearle el trasero a ese mocoso.

- Tus manitas se hubieran arruinado, bebé.

- Me importa poco mancharme de sangre.

- ¡Yah! Eso ya no es divertido.