Nícolas [Editando]

Cap. 20 Byron & Amalia...

****Lo que está en negrita es un recuerdo****

*Sofía P.D.V*

La vida siempre tiene que ser cruel, cuando más feliz estás te muestra que esa felicidad y tranquilidad se esfuma en un momento. Que no todo son risas y flores, también existen otros sentimientos como la ira, la tración, el engaño, y un sin fin. Por ejemplo la cita esperada con Nícolas fue asombrosa, el cine, las fotos, la playa, la comida, los besos, la noche solo para nosotros dos; pero como siempre todo lo bueno termina, y aparecen las pesadillas. Byron. La reunión con él.

¡Maldita seas!—pensé mientras entraba a la panadería del pueblo dejando a los de seguridad afuera— ¡Maldita rata!

¨Estamos a tiempo de huir¨ —susurró

¨Eso es lo que hicimos hace dos años y medios¨ —le respondí

¨Y mira lo bien que estamos¨ 

Cállate, y vamos a enfrentar esto. —caminé decidia hacia una mensa.

—No te dejan sola ni cinco minutos.—susurró Byron en mi oído.

—Tienes cinco minutos para que hables si no quieres, que entren. —sonreí y me senté  en una de las mesas pegadas a  la vitrina.

—Woah. —levantó las manos en son de rendición—. Quiero que sea una charla amistosa y aclarar unas cosas.

—Sí, una charla amistosa como la de la última vez que supe de ti y terminé secuestrada, y semanas después tirada alfrente del hospial. —contraataqué irritada.

— De eso mismo quería hablar. —sonrió,¡Sínico!-pensé—. Prometes escucharme y no interumpirme. —preguntó

— Lo veo díficil, pero adelante. —murmuré, encogiendome de hombros restandole importancia, miré hacia los guardiasespaldas.- Te quedan cuatro minutos, si no quieres encontrarte con mi padre, así que... —deje la frase sin terminar al verlo cojer aire  y abrir la boca.

— Recuerdas el día antes de que sucediera lo que sucedio.—asentí— Ese día yo me despedí de ti y me fui del pais. —murmuró

¿Qué?

—Cariño, ¿qué piensas si me voy para el armi? —preguntó Byron con una sonrisa, en sus ojos podía ver la preocupación.

—No te lo impediría, pero te voy a extrañar demaciado —murmuré después de pensarlo unos minutos.— Sabes que te quiero demaciado —besé sus labios.

— Te amo. —dijo sobre mis labios.

—¿Qué? —susurré con un nudo en mi garganta.

—Sí, pero antes de marcharme me robaron el celular —dijo serio—. 

*Nícolas P.D.V*

Era viernes y como todos los días salí a hacer mi rutina de ejercicio sin la seguridad. Llevaba alrededor de 30 minutos corriendo por las calles de la urbanización. Mi celular me sacó de mi mundo cuando lo escuche sonar.

Miré la pantalla y solté un bufido.

—Amalia —gruñí cuando escuché mi celular sonar.

—Nícolas. —susurró

—¿Qué sucede? —pregunté, pero no contesto— Amalia —volví a intertar esta vez

La escuché sollozar— Estoy  en el parque de tu urbanización —murmuró con la voz ahogada.

—¿Mi casa? Voy para allá —enganché la llamada y volví a correr, cuando la vi sentada a lo lejos con un traje rosa pastel.

Cuando estaba por llegar mi celuar volvió a sonar, pero esta vez no logre reconocer el número.

—¿Diga?

—¿Nícolas? —dijo mi madre— Hijo.

—Dime mamá qué sucede —pregunté caminando despacio hacia Ama

—Estas en la casa de la familia Bunnett verdad —mi madre tan sobre protectora, pensé.

—No mamá salí a correr temprano, estoy caminando hacia Lia.

Mi mamá solía apodar así a Amalia.

—Vuelve a la casa. —ordenó

—¿Qué?¿Por qué?

—Olvidate y hazme caso. —dijo— Ahora, y no me hagas llevarte arrastras de las orejas.

—Voy a hablar un momento con Amalia y vuelvo para allá ahora.

—Nícolas II Ritchford, que regreses ahora a la maldita casa. —gritó

—Hablamos —dije y antes de enganchar volví a escuchar su voz.

—Tienes diez minutos, si no estas en esos minutos allí mandaré a que te busquen y te traigan como un saco de patatas podridas.

Encganchó la llamada.

¿Saco de patatas podridas? —reí

—Cuando estaba por hablarle a Amalia salió corriendo.

¡Esta mujer está loca!-pensé mientras salía de allí y volvia a la  residencia de Sofía.

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Capítulo corto, lo sé :$

Nos leemos pronto. Perdonen las faltas ortográficas.

-M.