Capítulo 18 ¿La esperada cita?

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— Nícolas, termima esa jodida pared.— protesté para que me ayudara a salpicar pintura en las otras tres paredes.

— Pintamos las cuatro paredes para que las quieres dañar.— o si, lo olvidé.

Las paredes hasta el techo las pintamos de blanco,para quitar el rosa pálido de las paredes y las manchas. Pero me gusto como se veía con salpicaduras que lo quiero hacer. ¡Ya! Aunque sea en una pared.

— No las vamos a dañar, solo dañaremos una.— hice un puchero y hice una carita triste.

Bufó — Dejame terminar aquí.— dijo con una sonrisa de lado.

—Gracias.— chillé y le di un beso en la mejilla.

Después del beso y la situación incomoda con papá me fui a bañar y cuando sali pedi dinero para cambiar toda las cosas de mi habitación, y ya se habían llevado todo lo viejo, y sin ese montón de cosas la habitación se veía más grande de lo normal y el trabajo parecia interminable.

—Ya terminé aquí.—se dio la vuelta y camino hasta llegar al centro de la habitación.— ¿Qué pared piensas pintar? Dime que no es la mia.

—Tranquilo no te iba a hacer trabajar para nada.—sonreí.— Pero vamos a salpicar la pared de la ventana.—dije y fui en busca de las pinturas.— A trabajar.— grité mientras metía la brocha en pintura violeta y la sacudí para la pared.

Mientras yo salpicaba la violeta, Nícolas lo hacía con la azul, Lucas se nos unió y lo hizo con el verde, así seguimos con los colores del arco iris.

Cuando llegó la noche pase por mi habitación a ver como se veía todo y imaginar como se vería todo. Me recosté en el piso observando el techo. Sentí a alguien tumbarse a mi lado.

—Me debes la salida.—dijo

— No empiezes con eso Nícolas.— entrecerré los ojos.

— Me debes la cita, y vas a salir conmigo mañana.— sentenció.

— Y si no quiero.— dije observandolo.

— No tendrás uno de estos.— sonrió y posó sus labios en los mios.

Pero ni tiempo me dio de reaccionar cuando se alejo de mi.— Mañana a las 11:30 te quiero vestida, y lista para salir.— sonrió y salió de la habitación.

Llevé una mano a mis labios y solté un bufido de exasperación. Cuando estaba entrando a mi nueva  habitación a lo que terminaba la mia, mi celular sonó. En la pantalla se podía observar el nombre de Byron.

Dime.

 ¿Qué haces linda?

Mordí mi lengua por no decir algo indebido. En mi casa.

Uh, los humores estan bien feos.

 Al grano nene. sentencié.no voy a perder mi tiempo contigo, estoy cansada.

 sólo llamaba a saludar, y a recordarte que en dos días te nos encontraremos, tengo información bastante interesante.

 Todavia no entiendo a quién carajos se le ocurió dejarte libre. murmuré por lo bajo

Eso es un golpe bajo, y si lo quieres saber cuando nos veamos sabras todo. dijo con fastidio.

 Adiós. murmuré y enganché la llamada.

Solté el aire que sin darme cuenta había retenido pesadamente. Miré la cama ella literalmente me estaba llamando.Me tiré a ella y quedé rendida en los brazos de morfeo.

-¡Sofía Isabel!- gritó Nícolas.

-¡Mucho jodes!- protesté.-¿Qué quieres?

-Levantate, tienes media hora antes de salir- dijo y salió de la habitación.

-¡Seras imbécil!- murmuré entrando al baño

Después de una relajante ducha de alrededor veinte minutos, me vestí con mi santa calma,  me maquillé ligeramente y deje mi cabello suelto en ondas.

—¡RITCHFORD!— grité saliento de mi habitación. 

— Una hora de atraso, gracias.— murmuró con ironía.

—Nos vamos o te vas a quedar ahí.— dije al verlo a mitad de escaleras observandome.—Sabes ya me arrepentí. mejor llamo a Irvine.— dije buscando mi celular en mi bolso.

—Vamos ya.— murmuró arrastrandome hacia la salida.

— ¿A dónde vamos?— pregunté una vez ya en el carro.

— Será sorpresa.— murmuró, abrí la boca para decir algo, pero me interumpió.— Ni preguntes, no te pienso decir. Y no me hagas ponerte una cinta adhesiva en la boca.— dijo serio, mientras mostraba la cinta.

— ¿Pero que te..?— sacó un pedazo de la cinta.— ¡Qué no estoy hablandoté!— grité, sacó un pedazo más grande.— ¡Esta bien, ya me callo!— murmuré levantando las manos a la altura de mi cabeza.

—Mejor.— sonrío. 

El camino la pasé cantando, cuando se canso de reírse de mi se unió a mi canto. Cantaba asquerosamente mal, él mas que yo, pero nuestro canto era un bonito canto de gallo con una crisis de epilepsia. Sí, perfectamente bien. Cantabamos hermoso.

— Llegamos.— anunció.—Cierra los ojos y no los abras hasta que no te diga.—dijo.

Le hice caso, pero los abrí un poquito para ver que hacía.

— Tú no sigues las instrucciones, mujer.— dijo con el ceño fruncido.

Reí por lo bajo.— Nunca me han gustado las reglas.

— Ponte de espalda un momento.— esta vez si le hice caso. 

Colocó una venda alrededor de mis ojos que esta vez me impedía ver que era lo que estaba haciendo.

—Quedate aquí.— murmuró y escuché la puerta cerrarse.— Dame tu mano.

—¿Para qué?

— Dame tu mano si no quieres quedarte aquí y morir de calor.— contestó con un tono de fastidio.

—Como me hagas caer, te va a ir mal, Nícolas.— dije tendiéndole mi mano.

— Sofía no seas tan drámatica y ponte de pie, y ten cuidado que hay un escalón.— dijo agarrandome mis dos manos.

— Cuando me quites esta venda, estare tranquila y no estaré haciendo dramas.— dije frunciendo el ceño.

—Ya.— dijo y sentí su respiración por mi cuello, para luego dejar caer la venda de mis ojos.

—¿Enserio esta era tu cita?— pregunté mirándolo a los ojos.— ¿Un cine?

Sonrió de lado.

 —...—

¡Hola!

Este capítulo se supone que fuera para ayer, pero me estaban haciendo un estudio del corazón y pues me atrasé :$

 PD: Una foto de Sofía.

Disculpen los errores. Los arreglo más tarde.

XOXO :3

Nícolas [Editando]Where stories live. Discover now