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Mike salió muy enfadado del salón y se sentó en una de las gradas del campus. Corrí tras de él y me senté a su lado. Tan pronto me vio sus ojos se abrieron llenos de sorpresa, pero disimuló girándolos, dándome la espalda.

¡Profe!

¿Qué no me meta en lo que no me importa?

A ver yo creía que éramos amigos, así que no me grite.

Solo me preocupo por usted, entienda.

- ¿De nuevo con las notas?- me observó con fastidio.

- Como ya no hablamos...- musité, desviando mi mirada al suelo.

- Como sea.

- Puede contarme, lo sabe ¿Verdad?

- Olvídalo. Ve a casa.

- Pero...

- No es nada Geraldine, ya vete.

- ¿Acaso no confía en mí?

- Claro que lo hago.

- ¿Entonces?

- Solo pienso que mis problemas te aburren y demás no te incumben, porque así te cuente, no solucionaré nada con ello, así que...

- De hecho logra expresarse y se quita toda esa carga negativa, se desahoga y escuchándolo, puedo darle algún concejo o alternativa.

- Tienes razón.

- Siempre la tengo.

- Pero que narcisista- se burló.

- ¿Cómo ha estado?- lo observé.

- Hay días mejores, pero gracias por preguntar.

- No hay de qué.

- Ahora es mejor que vayas a casa.

- De acuerdo, lo haré. Que tenga lindo día y ojalá pueda solucionar sus problemas.

- Adiós Señorita Prior.

Mi Profesor Favorito (Notas de Amor #1)Where stories live. Discover now