{_______}
-¿Zabdiel? -Sentado frente a mí, Zabdiel levantó la vista de su plato y me miró expectante -Necesito hacer unas llamadas telefónicas. Quería saber si podía hacerlas con eso que me diste.
-¿Te refieres al teléfono celular?
-Aja.
-¿A quién llamaras?-Suspiré con impaciencia, mientras lo veía llevarse la copa de vino a los labios.
-A mi padre, Ángela y a Raúl.
-¿Raúl?
-Es un amigo.
Tragué cuando su mirada se volvió a levantar, y me miró, gélida.
-¿Amigo?
-Sí.
-¿Desde cuándo?
-Desde siempre.
Levantó una ceja.
-¿Y por qué nunca supe nada de él?
Bufé, pero Zabdiel ni se inmutó, y siguió mirándome con aquella mirada glaciar.
-¿Y ti que te importa?
Levantó una ceja, desafiante, y por unos segundos divisé a ese Zabdiel. No al Zabdiel juguetón, sexy y divertido que era conmigo. Sino al Zabdiel distante, autoritario y frío. Al Zabdiel mafioso.
-Dímelo.
-Es un amigo, ya te lo dije. Vive en el pueblo en que nací, pero vino a visitarme unas semanas-Me encogí de hombros - Debe estar preocupado por mí, ¿Sabes?
-¿Te acostaste con él?
-¿¡Qué!?-Oh, bien, esto era demasiado.
-Que si tuviste sexo con él.
-¡No!-Dejé caer los cubiertos sobre la mesa, enfadada-¡Diablos, no! Quiero decir... ¿Raúl? Ugh.
Hice una mueca, y él por fin pareció entenderlo, porque una lenta y pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.
Ah, él siempre tan voluble.
-Harás las llamadas, pero ya sabes que no puedes hablar de más.
-Oh, sí, lo sé. Ser secuestrada y mentirle a mi padre sobre ello es algo de todos los días.-Comenté sarcástica, dejándome caer sobre la silla.
Que a él se le haya pasado el mal humor no significaba que se me hubiera pasado a mí también.
-Estás enfadada.
-¿De verdad?
-_________...
-¿Sabes? Tú no eres el único con el derecho a ser sarcástico, Zabdiel -Comenté, mientras me levantaba de la mesa torpemente - No tengo más apetito.
Caminé hacia dentro de la casa, sin saber exactamente a dónde ir.
Sentí sus pasos detrás de mí.
-Aquí.-Murmuró, apoyando una de su mano en mi baja espalda y guiándome por la mansión.
A pesar de mis esfuerzos por ser indiferente, su mano me provocó deliciosos espasmos por toda la columna, y suspiré. También había extrañado eso.
Oh, sí. Hacer el amor con Zabdiel de Jesús no era algo de lo que uno se olvidara fácilmente.
-Entra.-Ordenó, cortando la línea de mis pensamientos.
Sonrojada, ingresé en la sala de estar a la que el me había llevado.
Estiró hacia mí un teléfono.
ESTÁS LEYENDO
SUYA [(ZABDIEL Y TU)ADAPTADA]
FanfictionÉl era un mafioso. Ella, una simple universitaria. Lo último que se esperó ___________ al ser secuestrada, era terminar en las manos de un hombre como Zabdiel de Jesús. Terriblemente poderoso, posesivo y seductor. Zabdiel no sabía porqué la hab...