Lautaro Martínez.

Start from the beginning
                                    

ey amor, estoy bien. Mirame. No te preocupes, ¿si? Solamente me dijeron que fue un cuadro de deshidratación.

— ¡viste que yo tenía razón! Vos estabas muy metida en todo esto del partido y casi no comías, no te hidratabas. Y ahora estas acá.

—fueron muchos nervios, ¡pero mira! ¡gane la final! —terminó por rendirse al escucharme con felicidad. Sabía todo lo que me había costado llegar hasta acá. Suspiró y me vió, acarició mi mejilla y sonrió.

lo sé, venía escuchando todo en el camino. Todavía me lamento no haber estado ahí con vos, como en todos los partidos.

—bueno pero valió la pena, en los entretiempos entraba a Twitter para ver como ibas, ¡tres puntos más para ustedes! Y sólo faltan unos pocos partidos amor. —sonríe y noto preocupación en él todavía.—vení. —me hago a un lado y golpeo suavemente el lado de la cama. Entiende y se recuesta a mi lado, lo abrazo, beso su frente y cierra los ojos.

estoy bien, Lau.

—se me calló el mundo al escuchar aquella noticia. Yo jamás quiero verte mal, venía preocupado, preguntándome si estabas bien, nadie sabía darme respuestas. Y quizás parezca que soy exagerado, pero no. Siempre me voy a preocupar si se trata de vos porque sos lo que más amo en el mundo.

—lo sé, mi amor. Y no va a volver a pasar.

—claro, que no va a volver a pasar. Yo voy a estar atrás tuyo recordándote todo. —dice y río. La puerta nos interrumpe, el doctor se asoma, sonríe al ver a Lautaro.

bien, Paula, el suero está funcionando. Igualmente vas a tener que quedarte, y a empezar a cuidarte claro está.

—eso es lo que estaba tratando de decirle, Mauro. A veces es tan cabeza dura.

—oh, lo sé. A veces mi sobrina puede ser un poco difícil.

—estoy acá todavía chicos. —reímos.

bueno los dejo, en unas horas van a pasar las enfermeras. Cuidala, eh.

—siempre.

    Lautaro cierra la puerta y vuelve a recostarse a mi lado.

el día de hoy fue todo por y para vos. Antes de salir al campo de juego me acuerdo siempre de vos, miro tus fotos en mi celular y pienso en todo lo que te mereces, en que quiero un futuro junto a vos. Y por eso hago todo esto, por eso salgo todos los domingos a la cancha y doy todo de mí, quiero lo mejor para vos y para mí.

—supe que eras vos desde el día en que te conocí.—dije y acaricié su mejilla. —y te amo con tus días buenos, tus días malos, tus alegrías, tristezas. Te amo así seas medio exagerado con algunas cosas como cuando te conocí y pensaste que estaba desmallada en el vestuario y en realidad sólo me había dormido de esperar tantas horas a los chicos. Ese día fue inolvidable para mí, no sólo porque viniste y me sacudiste para todos lados. —dije y reímos—sino porque nunca nadie me había mirado así de lindo. Porque te conocí, y desde ese día mi vida cambió completamente, ya no estuve sola nunca más. Vos sos mi todo Lautaro Martínez.

—vos sos mi todo preciosa. Y te amo un montón, me traes loco como el primer día que te vi, tan linda y simpática. Me robaste el corazón. Me miraste y caí a tus pies. Soy todo tuyo, Paula. Para siempre.


     Sonrío y lo miro unos segundos, guardando cada centímetro de su rostro en mi mente. Lo beso con todo el amor del mundo.

—y pensar que estuve a punto de perderte. Pensar que estuve a punto de no jugarmela por la verdadera felicidad. —recuerdo aquel día en que casi tomo un vuelo a España.







Historias Cortas. -//futbolistas//-Where stories live. Discover now