Capítulo 1

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Odiaba los días lluviosos, el sol se ocultaba por un tiempo y hacía frío, sin contar con que el cielo estaba tan gris que me daba tristeza siquiera mirarlo.

Como todos los días, pensaba salir a jugar con Jackson, mi mejor amigo, pero mamá no me dejó salir por el mal tiempo. Me dediqué a mirar por la ventana la lluvia por largos minutos hasta que dejó de caer.

Sólo había unas cuantas gotas que caían del techo de las casas. Miré la calle cubierta por el agua, las ventanas de las demás casas que estaban igual goteando y luego miré que en la casa de enfrente se había estacionado una camioneta y detrás de ésta un gran camión.

—Oh vaya —dijo mamá detrás de mí—. Vecinos nuevos. Dicen que es de buena suerte cambiar de casa mientras llueve.

—Sigo creyendo que la lluvia es deprimente —comenté sin quitar la vista de la ventana.

—Deberíamos darles la bienvenida.

—No creo que...

—Llamaré a tu padre, arreglate —dijo sin siquiera dejarme hablar.

Suspiré y me alejé de la ventana.

Luego de unos minutos, mis padres y yo estábamos frente a la puerta esperando ser recibidos. La puerta se abrió después de unos segundos. Una pareja nos recibió con una sonrisa en el rostro, mi mamá también sonrió y saludó.

—Hola, somos los vecinos de enfrente. Mi nombre es Dorine Tuan, mi esposo es Raymond Tuan —habló mamá con amabilidad— y este es mi hijo Mark.

—Mucho gusto —respondió la mujer.— Soy Hanna, mi esposo es Aarón y...— Ella miró a todos lados buscando algo.

Una niña salió detrás de ellos, en verdad era linda, parecía ser de mi edad, su largo cabello negro caía por sus hombros, sus grandes y redondos ojos cafés transmitían una belleza única. Ella me miró por un momento y luego vio a mis padres.

—¡Son asiáticos! —exclamó.

Su madre tapó su boca y sonrió apenada.

—Ella es Krystel, nuestra hija, disculpenla —dijo al parecer su padre.

—Si necesitan algo no duden en llamarnos —dijo papá.

—Claro.

Y luego de eso, volvimos a casa.

[...]

—Y dijo que somos asiáticos —dije indignado.

—¿No le dijeron que eres americano?— preguntó Jackson.

—No, aún así, soy genéticamente asiático, no puedo contradecirla.

—¿Entonces por qué te molesta tanto?

—Porque pareciese que lo dijo para hacerme enojar, como burlándose.

—Pero ni siquiera te conoce.

—¡Ese es el punto! —exclamé casi irritado— No me conoce y trata de burlarse de mí.

—No lo tomes a mal —dijo tratando de tranquilizarme—. Tal vez sólo lo malinterpretas.

Por un momento dejé de escuchar lo que me decía Jackson. Mi atención se centró por completo en ella, caminaba despreocupadamente por la calle. Era linda pero algo en su persona me molestaba.

—Es ella —murmuré a Jackson.

Él enseguida la miró, la observó por un rato y se dirigió a ella sin decirme nada más.

—¿Qué haces? —pregunté un poco alarmado.

—Iré a hablar con ella.

—¿Estás loco?

—Te mostraré que sólo malinterpretas las cosas.

Lo seguí hasta donde estaba ella, aún no nos veía por lo que seguía con su camino.

—¡Hey! Hola —dijo Jackson esbozando una amistosa sonrisa. Ella lo miró con desagrado y enseguida desvío la mirada de mi amigo—. Eres nueva aquí ¿Cierto? —ella siguió ignorando lo que decía. Él se acercó más interfiriendo en su paso— Mi nombre es Jackson, éste es mi amigo Mark —me señaló, pero ella no me miró—. ¿Cómo te llamas?

—Krystel —fue su fría e indiferente respuesta.

Al ver que no lo dejaba pasar, ella empujó a Jackson y se fue.

—¿Qué fue eso? —preguntó él confundido.

—Te dije que hay algo mal en ella.

—Bien. He hecho todo lo que pude con ella, es mejor que no tenga amigos.

¿Qué no tenga amigos?

Wow, eso sonó un poco cruel, ¿Qué tipo de niña de 10 años no tendría amigos?

No podía siquiera pensar en que ella estuviera siempre sola. Pero quizá necesitaba un poco de tiempo para poder adaptarse aquí.

I Like You, Do You Like Me Too? [마크 트안]Where stories live. Discover now