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Tomé la mano de mi mamá y tiré de mi maleta hacia casa de Ángel mi mejor amigo de la infancia.

Frankie portate bien ¿si? Llámame siempre que puedas y no te vayas solo por ahi ¿de acuerdo?- Dijo mi mamá tomando mi rostro frente a la casa de los Martínez. Vi como mi madre se le saltaban algunas lágrimas.
Mamá...- Suspiré.- Ya soy mayor tengo trece años, estaré bien y voy a hacer caso a la señora Marta.- Dije para tranquilizarla.

Es...que es la primera vez que sales del país sin nosotros.- Sorbió su nariz.- Está bien no más dramas, pasalo muy bien y no te olvides de tu mamá Frank.- Me abrazó.

Mamá...solo es un mes...- Reí.- Volveré antes que te des cuenta.- Besé sus mejillas.

Toqué el timbre emocionado por ver a Ángel e irnos junto a su familia a España por las vacaciones de verano.

La señora Marta abrió la puerta con una sonrisa.- Querido Frank, pasa Ángel está acabando su maleta arriba.- Miré a mama aún emocionada y Marta se dió cuenta.- Tranquila Linda cuidaremos de Frankie como un hijo más, usted sabe que le consideramos ya de la familia.- Sonrió.- Además van a pasarlo genial estoy segura.- Dijo la señora Marta.

Subí arriba a buscar a Ángel con mariposas en el estómago por el viaje.

Hey.- Dije dejando mi mochila en el suelo y saludando a mi mejor amigo.

Hey ¿emocionado?- Preguntó este sonriente.
Asentí y respiré hondo.- Estoy deseando llegar alli.- Casi grito.

Bajamos las escaleras pues la mamá de Ángel nos llamó para irnos ya. Mi madre aún seguía ahí.

Me despedí de ella con un nudo en mi garganta pero con una pizca de emoción en mi tripa. ¡Me iba fuera de Estados Unidos!

Estábamos ya listos esperando al señor Carlos que venía con su pequeña hija en brazos. Esta pataleó y se paró a hacer un hoyito en el jardín dejando algo dentro de el. Miró su padre con lagrimas y este la sostuvo en sus brazos.

Ludmila unos cinco años menos que nosotros, a veces jugábamos con ella hasta que nos hacía jugar a papás y mamás y eso no nos gustaba.
Aún así era una niña muy tierna y adoraba a su hermano, decía que el era su angel del cielo.

La mayoría de días que iba a casa de Ángel a jugar ella se la pasaba taconeando con los zapatos de su madre y haciendo pasos de baile flamenco.
Le encantaba bailar y yo no era demasiado fan de esa música, pero había salido a la señora Marta, una bailora de flamenco nata.

De camino al aeropuerto intentamos consolar la pérdida de su pececito Berto, sin mucho éxito.

Subimos al avión con los nervios a flor de piel mientras Ludmila aún seguía acongojada.
En el avión nos sentamos juntos y en cuanto despegamos Ludmila cayó rendida, ahogada en sus lágrimas sobre mi hombro.

Por primera vez sentí un sentimiento nuevo para mi. Nunca la había visto llorar tanto, ni cuando Ángel y yo rompimos sin querer su casita de muñecas de un balonazo.

Pero lamentablemente volví a verla llorar mucho más poco tiempo después de volver.

Abrí la puerta extrañado de la insistencia del timbre. Era ella con ojos rojos y aterrorizada. Sus deditos estaban rojos y su camiseta de barbie igual.

Ángel...Ángel...- Dijo con un ataque de ansiedad. Corrí tras ella y vi a mi mejor amigo tirado en el suelo con una gran mancha de sangre alrededor de su cabeza. Me horrorice y grité yendo junto a el.

La señora Marta y el señor Carlos estaban horrorizados sujetando a su pequeño hijo y esperando a los paramédicos.

Sujeté a Ludmila por detrás pues gritaba el nombre de su hermano desesperada. Carlos vino y besó su frente.- Llevala contigo a casa y cuida de ella por favor...- Dijo muy afectado.

Always Have Been You ( Frank Iero) Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon