Inmediatamente guardó silencio y bajó la velocidad con la que empujaba el carrito. No me vio a los ojos.

—Alix —la llamé entendiendo su acción—. Hace más de tres meses que se fue Abril —le dije y ella volteó lentamente a mí como niña regañada—. Todo lo de nosotros ya fue y no me afecta que la menciones —era verdad, aún seguía teniendo aprecio por ella pero ya no la quería de forma sentimental—, así que no tienes por qué cohibirte de hablar de ella conmigo.

Alix dejó salir un suspiro y sonrió.

—Qué bueno —volvió a tomar su velocidad normal para caminar y habló cambiando de tema—. Por cierto ¿qué sería bueno regalarle a Cam? —me preguntó.

—Lo que sea que le des tú le va a gustar.

Mi amiga entrecerró los ojos viéndome.

—Eso no me sirve de nada. Eres tan malo dando consejos como mi tío.

—Mmm sí, bueno, ya sabes, soy su hijo.

—Como sea, creo que le organizaré una cita con Cesar —me vio de reojo—. Estoy segura de él si aceptará porque es el cumpleaños de Cam.

—Vamos, Alix, no seas así con mi hermana. Es una niña, no quisiera que saliera desilusionada al ver que Cesar no le va a corresponder —dije—. Es obvio que él nunca se va a fijar en una niña que es cinco años más joven. Yo no lo haría.

Ella levantó una ceja, estiró el brazo para tomar un frasco de aceitunas —que no estaban en la lista, por cierto— sin detener el carrito y siguió viéndome.

—¿De cuántos años más joven aceptarías a una chica? —preguntó.

Me quedé observándola unos segundos y me obligué a desviar mi vista de su rostro.

—No lo sé —de nuevo regresé mis ojos a su rostro y luego nuestros ojos hicieron conexión—… tal vez 3…

Alix se estremeció y no fue por mis palabras. Había chocado con alguien. Levanté mi vista para ver a una mujer inclinada levantando sus cosas, su carrito de compras la cubría así que me apresuré a ayudarla y ver si no se había lastimado.

—Ethan… —habló Alix.

Levanté un par de hojas que se le habían caído y se las entregué. Ella me vio, yo la vi. Nos quedamos congelados sin decir nada. La reconocí de inmediato y un sabor acido subió por mi garganta. Ella se levantó y después lo hice yo, le entregué sus papeles y ella dudó en tomarlos como si yo les hubiera pasado una especie de infección. Seguro eso pensaba.

Cuando los tomó apreté mis puños. Ella abrió su boca como su quisiera decir algo pero me di media vuelta y caminé hacia mi amiga que veía todo con algo parecido a la tristeza. Alix al verme bajó la mirada y se percató de que había algo aun lado de sus pies. Se inclinó y tomó un espejo pequeño circular, levantó su mirada hacia… América y empezó a caminar hacia ella, cuando llegó le extendió el espejo y le sonrió.

—No se quebró —dijo. No sabía por qué pero a mi amiga le había afectado demasiado ese encuentro, lo noté cuando su voz tembló al hablarle. ¿Un momento, ella sabía quién era esa mujer?

América tomó el espejo, noté que sus manos temblaron. Susurró un “gracias” pero no se alejó.

Me acerqué a Alix y la tomé del brazo para salir de ahí rápido.

—Ethan, el carrito… —dijo pero no me importaba. Simplemente no quería estar frente a esa mujer.

Entramos a otro pasillo, no me fijé cual era, pero ahí fue cuando pude volver a respirar. Solté el brazo de Alix y la atraje a mí desesperadamente, sentía que me faltaba la respiración por lo cual estaba respirando muy rápido, mi amiga apenas tocaba el piso con las puntas de sus pies pero también se aferraba a mí. Enterré mi rostro en su cabello y absorbí su aroma, sólo de esa forma pude respirar normal.

Catch me baby (KMB Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora