CAPITULO XXVI: LO INESPERADO

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Todo estaba saliendo mejor de lo planeado, o al menos esa era la sensación que Melvin le transmitía a Urien. El desembarco en la zona de viajes del Quinto, el disturbio, la separación del grupo. Por supuesto no habían podido hablar, pero por la expresión de Melvin era que Urien podía intuir que todo estaba saliendo mejor de lo esperado. Eso o Melvin era un excelente actor, lo cual no se descartaba.

Luego que se separaran de los otros, ellos fueron escoltados a un auto formidable que los llevó hacia dos edificios. Uno de piedra blanca y otro de piedra gris. Una vez en frente del de piedra blanca, fueron llevados al interior y dejados en una oficina a esperar. A pesar de que les habían dejado allí solos, no se atrevieron a hablar, de hecho Melvin le hizo un gesto con la cabeza que insinuaba que no dijera nada comprometedor, así que se mantuvieron en silencio.

Owen se hizo esperar. Apareció al cabo de media hora, con una botella de agua y expresión placida. Urien llevó su mirada de uno a otro, ambos tenían la misma expresión. Como si los dos fueran ya los ganadores, lo que solo creaba una enorme incertidumbre.

Owen tomó asiento frente a un escritorio y les hizo un gesto para que hicieran lo propio. Melvin obedeció así que Urien no vio motivo para no hacerlo. Estuvieron allí sentados unos segundos, en los que Owen y Melvin solo se contemplaron. Urien recordó lo que Melvin les confesara en Fuego, que ellos se habían conocido y habían trabajado juntos. Urien no pudo evitar preguntarse si acaso entre ellos existió algún tipo de amistad y si eso podría ser inconveniente para que Melvin actuara.

—Asumiré que están aquí para aceptar los términos de mi acuerdo —expresó Owen, la botella con agua yacía sobre el escritorio entre ellos y entonces un recuerdo estalló en la mente de Urien. Uno en el que Ian le decía que siempre debía estar atento a su alrededor, a cada cosa que pudiera utilizar a su favor en caso de extrema necesidad y allí estaba, una botella con agua... agua.

—Pues... si, más o menos estas en lo cierto. —Urien contuvo su mueca. Aquello debía ser una estrategia, tenía que serlo—. Solo que... —Melvin lucía como un tipo despreocupado, Urien se fijó que una de sus manos hurgaba en uno de sus bolsillos, gracias al escritorio era posible que Owen no se percatara del movimiento—. Queremos plantear un par de cambios a tus términos.

Fue casi imperceptible, pero Urien lo vio, un tirón en una de las fosas nasales de Owen. Aquel tipo que lucía tan pulcro y controlado, tan distinto de Melvin, tenía una muy baja aceptación a que se le contradijera, quizás ese era su mayor defecto.

—Pues antes quisiera recordarles que no están en la mejor posición de pedir cosas. —De nuevo su fosa nasal volvió a tirar hacia arriba, el hombre se removió en su asiento y agregó—. Pero supongo que podría escucharlos. A ver, Melvin, ¿qué es eso tan interesante que quieren pedir? —Pero no lo dejó hablar, porque interrumpió en el momento en que Melvin abría la boca y dijo—. Es curioso, por cierto, como aun hoy y después de todo este tiempo quieres apoyar a este niño, hijo de un difunto. —Miró a Urien y con fingida pena agregó—. Sin ofender. —Entonces se volvió de nuevo hacia Melvin y prosiguió—. Mientras yo sigo vivo y lleno de poder. Lo habrás notado, ¿no es así? Toda la gente que tengo a mi cargo y disposición. Todo el poder que ostento. Además, no te guardo ningún rencor, Melvin. Fuiste mi amigo en los tiempos de Artús, por desgracia te dejaste engañar por ese pretencioso de Garred Klose. —De nuevo se volvió hacia Urien, pero antes de que dijera nada, Urien se adelantó y dijo con ira reprimida.

—Sin ofender, lo sé. —Por nueva vez una de las fosas nasales de Owen tiró hacia arriba, pero luego ladeó una sonrisa y se volvió hacia Melvin.

—Escucha Melvin, no tienes ni idea de las cosas que puedes ganar bajo mi mando. La gente Tierra tendrá plena libertad y muchos más derechos que con los que alguna vez soñaron. Habrá libertad y por fin veremos a todos esos engreídos puros teniendo su merecido. —Alzó una mano y apuntó hacia Urien con su índice, pero sin despegar los ojos de Melvin y prosiguió—. Este muchacho tiene una sola cosa que yo necesito para hacerme con un poder absoluto. Como lo sabes, eso es el apellido Klose. Con él apoyando mi causa, toda persona que susurra el nombre de Artús se unirá a mis filas, y es todo lo que necesito. Tendré mucha más gente y llamaré a la rebelión. Habrá guerra civil, levantamiento en cada lugar de este universo. Agua, Fuego, Sueño. Mientras eso sucede, me internaré en lo más recóndito del bosque purpura de Sueño con un enorme grupo de hombres y mujeres fieles. Llegaré al corazón de La Hermandad y todo su gobierno asqueroso se habrá acabado por fin.

Valor de Fuego [Razas #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora