18. [Editado]

4.5K 347 19
                                    

"Es curioso cómo a veces se puede llegar a ser tan inocentemente cruel."

-Mario Benedetti.

Las cosas continuaron su curso. Cada día se volvía más insoportable y duro el estar aquí. Veía a Gabriel de lejos, siempre lo buscaba con la mirada sin darme cuenta,  y lograba encontrarlo. Algunas veces él se encontraba platicando con  algunos alumnos, y otras veces simplemente lo veía de lejos, caminando solo sumido en sus pensamientos.

No volvimos a hablar desde aquella catastrófica última vez. Pensé que solo sería cuestión de darle un poco de espacio, que él  con el tiempo entendería que lo que había sucedido era un error.  Que me arrepentía de ello, y que tenía que perdonarme, pero no fue así. Ya ha pasado más de un mes,  y para Gabriel parece que yo simplemente no existo. Es como si nunca nosotros hubiéramos tenido algo.

La situación en la escuela era bastante tensa. La prima de Alex siempre que estaba cerca me miraba con furia, y comenzaba a decirle a su grupo de amigas que había sido mi culpa la muerte de Rose, que gracias a mi Alex había perdido a la única chica que de verdad él amó y que le haría un favor a todos si me iba del instituto. Todo esto lo decía lo bastante fuerte para que las personas lo escucharan, provocando miradas de desprecio de ellos hacía mí.

-Estoy harta de estar aquí, no puedo más.- Le había comentado una tarde a Justin, mientras ambos nos encontrábamos fumando en el árbol donde lo vi por primera vez. Justin se había convertido en la única persona con la que yo hablaba aquí. Sin él, prácticamente estaría sola en este lugar.

No volvimos a tener relaciones, no porque él no lo haya insinuado, sino porque de alguna forma sentía que Gabriel y yo aún estábamos juntos aún. Si, gran ironía de mi parte que ahora le sea fiel, cuando es más que claro que él no volverá conmigo nunca más. Lo había aceptado ya, lo había arruinado y ahora nada podía hacer para remediar las cosas. Pero prefería mantener la esperanza viva. 

-¿Me lo dices a mí?.  Estoy igual o hasta más que tú. No sé qué pasó con este lugar, pero si antes era horrible ahora es insoportable. Las cosas cambiaron bastante. Gabriel no me deja tranquilo en ningún momento, y no sé cuál es su jodido problema.- En cuanto escuche su nombre me tense. ¿Gabriel ha estado molestando a Justin?. Trate de parecer despreocupada mientras ponía toda mi atención sobre él.

-¿A qué te refieres con lo de Gabriel?.

-¿No lo sabes? Se ha propuesto hacer mi vida un infierno en este lugar. Al principio pensé que era a causa de lo de Alex y Rose, pero poco a poco me fui dando cuenta que es por otra cosa.- Explicó mientras se sentaba a mi lado. No dije nada, no sabía exactamente que decir.- Me manda a hacer cosas que realmente los alumnos no hacen aquí. Hace que los maestros me impartan más tareas y sobre todo, la otra noche me mandó a llamar a su despacho.

-¿Para qué?.-Le pregunté confundida. No podía creer que Gabriel estuviera haciendo ese tipo de cosas. Era algo injusto, no solo Justin había sido el culpable sino que también yo. Supongo que su castigo para mi era el de la indiferencia. Si que dolía.

-No lo sé, pero cuando llegué estaba bastante ebrio. Comenzó a decir un montón de cosas que no tenían sentido, después tomó uno de esos palos con los que golpean a los chicos y me golpeo con eso en la espalda.

-¡¿Qué?!.

-Lo sé, es una mierda. Poco puedo hacer, mi padre le dio todo el permiso del mundo para que me "corrigiera". Supongo que ese es ahora su método.- Desde luego que no era un método de corrección, él se estaba vengando por lo que pasó.

No dije nada más, sólo mire a lo lejos a algunos alumnos que estaban en los jardines con sus amigas y amigos. Por un momento me permití extrañar a Rose, y dejar salir aquel dolor que había mantenido dentro de mí.

Los siete pecados. [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora