Cap. 30. Una vida normal.

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Aveline p.o.v

-¿Por qué?- le digo al rubio, Peter se aparta de mi oído para mirarme fijamente a los ojos- no sabemos dónde vive, ni siquiera sabemos si mi madre sigue viva.

-Solo quiero hacerte feliz- dice Peter entrelazando sus dedos con los míos- escucha Avie, cuando volvimos de Narnia por primera vez, cuando le contamos a tu tío Kirke la aventura que habíamos vivido allí y que seguías viva, se apresuró a coger un trozo de papel y un bolígrafo, en él escribió la dirección de la casa de tu madre y después me entregó el trozo de papel, lo tengo guardado en una agenda, en casa, en cuanto acaben las clases, tú y yo iremos a verla, a que puedas reencontrarte con ella, para que puedas llevar una vida normal.

Me muerdo el labio y una pequeña lágrima cae por mi mejilla, Peter me enjuga la lágrima y me abrazo a él, nos pasamos todo el trayecto abrazados hasta que el tren se para en nuestra estación y nos volvemos a reunir con los hermanos de Peter.

Tras caminar unos minutos, los Pevensie y yo llegamos a un enorme edificio de piedra, a su lado, hay un letrero en el que se puede leer "Escuela de gramática Saint Fenbars".

-Es aquí- dice Lucy soltando mi mano, la que llevaba agarrada desde que salimos de la boca del metro.

-Buena suerte en tu primer día Aveline- dice Susan guiñándome el ojo, los Pevensie se despiden y cada uno se marcha por donde ha venido, solo nos quedamos Peter y yo.

-¿Y ahora qué?- le pregunto al mayor de los Pevensie.

-Tú solo sígueme- dice Peter, asiento con la cabeza y el rubio me va guiando por los pasillos del enorme colegio, hasta que se detiene en una puerta de madera- esta es nuestra clase, supongo que tú también vendrás a esta.

Peter y yo entramos, en cuanto ven al rubio, un par de chicos se acercan a Peter a saludarle y después se quedan fascinados al verme detrás del mayor de los Pevensie.

-Una alumna nueva ¿La conoces Pevensie? No se aparta de tu lado- dice uno de los chicos dándole una palmada en la espalda a Peter.

-Se llama Aveline- dice Peter agarrándome suavemente del brazo- y sí, es nueva y la conozco desde hace un tiempo también.

-Encantada de conocerte Aveline- dice el otro chico y antes de que pueda decirme su nombre, una señora de más o menos 50 años, con el pelo castaño recogido en un moño y gafas redondas entra en la sala, provocando que todos los alumnos se posicionen en sus respectivos lugares.

Peter me hace un gesto y me siento en el sitio que hay detrás de él, en el camino me fijo que no muy lejos de Peter, se sientan las mismas chicas que estaban en el metro, genial.

-Buenos días alumnos- dice la señora- hoy tenemos una nueva alumna- la señora me mira- por favor cielo, acércate.

Trago saliva y me levanto de mi asiento para ir hasta donde la profesora se encuentra, todos me miran de arriba abajo, sobre todo los chicos, que sonríen sin parar.

-Ella es Aveline Smith- dice la profesora poniendo una mano en mi espalda, cuando todos me han saludado la profesora vuelve a hablar- y yo soy Marie James cielo, bienvenida al colegio, ya te puedes sentar.

(...)

Las clases transcurren con normalidad, cada vez que entra un profesor nuevo, me presento ante él y empieza a impartir su materia. Lo único que me cuesta es seguir el ritmo de la clase, dado que desde que me fui a Narnia, no he dado muchas clases y todo resulta nuevo para mí.

Cuando anuncian por los altavoces que las clases se han acabado, le devuelvo a Peter el cuaderno y el bolígrafo que me había prestado y guardo los libros que había recogido antes en mi pupitre.

Peter guarda sus cosas, agarra su maletín y me espera en la puerta.

-¿Y ahora qué?- le digo al mayor de los Pevensie, mientras me apoyo en el marco de la puerta.

-Ahora vamos a recoger a Susan, Lucy y Edmund, cuando lleguemos a casa, recojo la nota con la dirección de tu madre y vamos a conocerla- dice Peter esbozando una sonrisa, asiento con la cabeza y los dos vamos a buscar a sus hermanos. Aunque más bien son ellos los que nos vienen a buscar porque ya nos esperan a la salida del colegio de brazos cruzados.

-Parece que os habéis entretenido- dice Susan con una sonrisa pícara- ¿Algo que debáis contarnos?

-En absoluto- dice Peter acercándose a sus hermanos- venga, es hora de volver a casa.

Los Pevensie y yo recorremos el mismo camino que hicimos para ir al colegio, vamos al metro, vamos a la misma estación a la que aparecimos después de volver de Narnia. Salimos de la boca del metro y recorremos las concurridas calles de Londres, observo los coches y los autobuses que pasan, los recordaba un poco distintos, puede que porque antes de llegar a Narnia, mis padres y yo vivíamos en una casa en el campo, algo lejos de la ciudad, muy parecida a la casa de mi tío Kirke.

Llegamos a una calle llena de casas, unas pegadas a otras, al ver que los Pevensie se paran ante la fachada de una de ellas, supongo que esa es su casa.

-¿Va a venir con nosotros no?- dice la pequeña Lucy agarrando su maletín con las dos manos.

-Solo unos pocos minutos- dice Peter dirigiendo la mirada a su hermana pequeña- después ella y yo nos iremos a hacer unos recados.

-¿Qué tipo de recados?- dice Edmund frunciendo el ceño.

-Esto...- intento decir pero no se me ocurre ninguna excusa.

-No te importa Edmund- dice secamente Peter, su hermano va a replicar algo pero una señora abre la puerta de la casa de los Pevensie, estoy segura de que es su madre, mi corazón se acelera y trago saliva por el nerviosismo mientras los Pevensie se giran hacia la mujer.

-Niños- dice la mujer- ¿Qué hacéis todos parados en la puerta de casa? Pasad anda, la merienda ya está hecha.

-Gracias mamá- dice Lucy entrando corriendo a casa, Susan y Edmund le siguen.

Peter me hace un gesto con la cabeza y ambos entramos en su casa.

La llamada (Peter Pevensie y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora