23. El mundo de Justin

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Olivia Jones.

Todo mundo me miraba, era como la nueva atracción del lugar. Probablemente por mis ropas completamente fuera de lugar, mis vaqueros junto con la blusa floreada no eran lo más visto por estas zonas. Y maldecía a Justin una y otra vez por no decirme a donde nos dirigíamos, o por lo menos indicarme como debía vestir para encajar en el lugar y no parecer el bicho raro del lugar. Quizás debería haber sacado otro lado de mi ese día, uno metalero, completamente distinto a lo que era, me tendría que haber puesto unas botas con tachas planeadas que sobre salían de la estructura, unas calzas que se debían ver como un segundo e infaltable segunda piel y una blusa demasiado corta que no permitía nada a la imaginación, pero en cambio me había vestido como mi padre me diría que debería vestir y aquí estaba, encerrada entre un millón de miradas. 

Mire a Justin, quien tenía una gran sonrisa en el rostro, tomándome de la cintura y siéndole indiferente a las miradas que todos nos dirigían. Él estaba feliz y cómodo aquí, este era su ambiente, pero no el mío, yo me encontraba incomoda e irritada por todas las miradas. 

Eso solo me hizo ver lo diferentes que somos. Nunca podríamos encajar en un mismo lugar, nunca podríamos ser algo más que amigos aun que así lo quisiéramos.

Mi padre soñaba con casarme con un chico bien, un chico que venga de una familia buena y adinerada, que tenga valores en la vida y que no dedique su tiempo libre a reparar o correr en motocicletas, más bien él quería alguien que encaje en el negocio familiar. Y al ver a Justin como algo más, sé que le daría un paro cardíaco. Las apariencias apestan, pero la sociedad se rige por ellas. Y yo nunca podría acompañar a Justin a los lugares que a él le gustan ir, no podía soportar un segundo más en este lugar ni podría acompañarlo a las discos que sé que el suele ir. 

Pero, por el momento, hago un esfuerzo por la última noche que pasare con Justin en mucho tiempo, y lo acompaño sin chistar siquiera una vez, él sonríe complacido. 

—¿Qué es esto? —Pregunto en el oído de Justin cuando vamos avanzando por la multitud. Algunos son discretos, y fingen encerar su motocicleta mientras de reojo nos miran, pero otros no le importa y nos miran sin disimularlo. 

—Es una pista. —Dice Justin mirándome fijamente, estudiando mis expresiones. 

—¿Aquí corren motos? —Pregunto. Justin ríe levemente por mi estúpida pregunta y estoy a punto de sonrojarme. El asiente. —¿Ilegalmente? —Me es inevitable no preguntar. El rostro de Justin se pone serio completamente y asiente. Mi mente se deja llevar por un montón de policías que irrumpen en el lugar y arrestan a quien se le meta en el camino, pero Justin rápidamente me despierta de mi ensoñación. 

—Nada pasara. —Susurra Justin en mi oído. 

Somos azotados por unos gritos de emoción y una Stacy que se cuelga de la espalda de Justin nos obliga a separarnos. Río mientras veo como Justin gira con Stacy en su espalda. Tobias y Daemon se ponen a mi lado y también sonríen al ver tal escena. 

Finalmente Justin deja de girar y baja a Stacy de su espalda, quejándose de que todo le da vueltas. Él se dirige hacia mí y se recarga en mí, mientras se estabiliza.

—Hola chicos. —Dice Justin mientras da unos golpes amistosos en los golpes de cada uno. —¿Recuerdan a Olivia? —Dice el señalándome y ellos asienten, saludándome con una gran sonrisa. 

—Hey Olly. —Dice Stacy acomodándose el sedoso y platinado cabello rubio en un moño sobre la cabeza. —Qué bueno que Justin te ha traído. —Dice. Y yo asiento no muy convencida. 

—¿Correrás? —Pregunta Daemon a Justin en un susurro, que por mala suerte para ellos yo puedo escuchar. Miro a Justin atónita, mientras el duda en contestar. Ver a Justin corriendo me estimularía, pero también me aterra completamente. Es ilegal, no hay ningún paramédico y por lo que veo a nadie en este lugar le gusta perder. 

—No lo sé. —Dice Justin. Stacy también escucha la conversación y empieza a incentivar a Justin para que corra, pero yo me quedo a un costado mirando, no me entusiasma demasiado la idea, pero si es lo que a él le gusta me quedaría para mirar. Justin me mira, esperando mi comentario, pero yo no digo nada, en cambio asiento y le sonrió levemente. 

Por lo menos no es motocross. 

Justin acepta y unos minutos después un chico por un megáfono parado en un parlante llama a todos los corredores. El me da un beso en la mejilla como si nunca hubiéramos estado peleados y me dice que le desee suerte, aunque mofándose de que lo necesitara, lo hago.

Me paro detrás le línea blanca pintada en el suelo, que divide el terreno del público con la pista de corredores, y espero a que la rubia con poca ropa agite la bandera frente a los motociclistas. Una bocina suena y la chica agita la bandera, Justin le da gas a la motocicleta y avanza a toda velocidad. 

Por favor, Justin, toma las curvas con calma. Digo en mi interior. 

Stacy me mira con las cejas arqueadas y me susurra un “todo estará bien”, así que me relajo, pero solo apenas. 

Solo son unas pocas vueltas. 

Y las espero con ansias. 

Prohibida » Justin BieberWhere stories live. Discover now