22. Bienvenida a mi mundo

8.5K 493 35
                                    

Olivia Jones.

“Volveré a Inglaterra” 

Todas las miradas se dirigieron hacia mi dirección atónitas, incluso la de Justin a quien anteriormente le había dicho que lo mejor sería irme. 

Me removí incómodamente en mi lugar, aun los miradas seguían en mí. 

—¿Todo está bien, cariño? —Pattie se levanta del apoyabrazos y camina hacia mí, una vez a mi lado apoya una mano en mi hombro y da unas cuantas caricias reconfortadoras. 

—Sí. —Musito— Todo está perfecto. Solo que…—Bueno, realmente no tengo una razón para eso, a no ser si cuente sentirme demasiado avergonzada de mi misma como para verle la cara a su hijo. 

—¿No te sientes cómoda? —Dice Pattie. 

—No, no es eso. —Niego con la cabeza repetidas veces. No puedo permitir que crean que ha sido su culpa, cuando ellos no han sido nada más que amables al abrirme las puertas de su hogar. —Solo es que extraño. —Esa es una excusa pobre y estoy del todo segura de que no se lo creerán ni en un millón de años, pero aun así Pattie asiente. 

—Si eso es lo que quieres. —Dice Pattie, nunca borrando la sonrisa de su rostro. —Nosotros siempre te esperaremos con los brazos abiertos.

—Muchas gracias. —digo. 

—¿Que se supone que estás haciendo? —Justin toma mi brazo fuertemente y me jala hacia el, quedando frente a frente. Su respiración agitada choca contra mi cara. 

—Ahora, nada. —Digo haciéndome la confundida. Él ha irrumpido en mi habitación unos cinco minutos después de que la reunión en la sala termino y nos dispersamos todos. 

—No te hagas la graciosa. —Dice Justin entre dientes. Se le ve enfadado y me gustaría saber por qué. —No te puedes ir. — Dice Justin en un susurro. 

—¿No es eso lo que querías? —Digo con la rabia subiéndome por las venas. —¿No dijiste que no me querías ver nunca más? Te estoy cumpliendo el sueño. —Digo. 

—Nunca he dicho eso. —Dice Justin con el ceño fruncido. —he dicho que no soporto verte la cara. 

—¿No es lo mismo, acaso? Tú no soportas verme la cara y yo no soporto ver la cara que pones cada vez que me ves. —Me encojo de hombros restándole importancia, peor la tenía y mucha, sino en este momento no estaría preparándome para irme nuevamente a mi monótona vida en Inglaterra. Justin le daba diversión a mi vida. —Es lo mejor.

—Tienes razón, no soporto verte la cara. —Dice Justin negando con la cabeza. —Pero menos soportaría saber que nunca más te volveré a ver. 

—¿Y qué sugieres, entonces? —Me cruzo los brazos. 

—Quédate. —Dice, simplemente, como si se tratara de algo demasiado fácil. 

—No. —Digo y doy dos pasos hacia atrás, entrando en el terreno de mi pronto antigua habitación. —Lo siento. 

La habitación ya se encontraba libre de mis cosas, y la hacía sentir tan vacía y fría, hasta se podía decir que se sentía desconocida sin mis cosas sobre la pequeña mesa que se encontraba a un lado de la cama de fierro o sin mi ropa doblada meticulosamente en el armario. Hacia pocas semanas había llegado a aquí, pero en pocas horas esto ya se había sentido como mi hogar y los Bieber como mi familia. 

Dejarlos de lado era más difícil de lo que alguna vez espere. 

Sabía que yo me tendría que ir en algún momento, de hecho cuando el ciclo escolar empiece nuevamente, mi padre ya me ha anotado en una universidad prestigiosa en la cual han quedado muy sorprendidos por mis «Majestuosas » calificaciones de preparatoria. 

Mire las maletas al pie de la cama, todas apiladas y listas para ser metidas dentro de un taxi, si quiera me había ido y ya me sentía lejos de todo esto, de todo este calor humano que adornaba la morada, de todo este amor de esta familia que a pesar de las numerosas peleas y discordias siempre salía a la luz. 

Unos repetitivos golpes azotan la puerta. Rápidamente me paro de donde me encontraba y me dirijo a la puerta, con un suave movimiento abro la puerta y me encuentro a un Justin vestido en unos vaqueros de jean y una chaqueta de cuero frente a mi puerta. 

Definitivamente, el sueño de toda chica. 

Nos miramos por unos largos segundos cuando el da un paso hacia delante y yo retrocedo, siempre dejando el mismo espacio entre nuestros cuerpos. No podría soportar un contacto físico de su parte, probablemente me derrumbaría antes de que él pueda poner una mano sobre mí. 

El suspira y se muerde el labio. 

—¿A qué hora sale el vuelo? —Y de todas las cosas que Justin podría decirme, me pregunta por el viaje. Me sorprendo, el asombro es tanto en mí que me tomo unos segundos recordar la conversación que tuve con Stephanie, diciendo cuando salía el vuelo. 

—Mañana, a las once. —Le informo robóticamente, como una máquina. 

—Bien. —Dice el pasándose la mano por el cabello, desordenándolo aún más. ¿Bien? Eso creo. —Quiero mostrarte algo. 

—No creo que sea buena idea, Justin. —Digo vacilando. —Planeo acostarme temprano por el vuelo. —En realidad planeaba no dormirme, así podría dormir todo el vuelo ya que los odio. Pero era mala idea salir con Justin la noche anterior al vuelo, muy mala. 

—Por favor, volveremos temprano. Lo prometo. —Dice. 

—Dame un segundo. —Digo y suspiro. Tomo una chaqueta y mi celular. 

—¿Dónde vamos? —Digo, caminando a su lado. El me da una pequeña sonrisa. 

—Ya lo veras. 

Justin decidió llevar su moto a donde sea que vallamos, por lo que estuve todo el trayecto inmovilizándolo con mis fuertes abrazos, el solo daba pequeñas risitas y decía que no podía ni moverse ni respirar, así que aflojaba mis brazos alrededor de su cintura, pero el —apropósito, de seguro— tomaba las curvas con demasiada fuerza y yo nuevamente enrollaba mis brazos a su alrededor como quien dice, un pulpo. 

Regañando a Justin por conducir con tal irresponsabilidad, no me permití admirar en donde nos encontrábamos. Puedo notar el pequeño destello de la sonrisa de Justin cuando yo me doy vuelta completamente descolocada. Nos encontrábamos en un campo minado de motocicletas de cualquier tipo, pintadas ingeniosamente en un estilo completamente único, junto a sus dueños de crestas coloridas y mujeres con poca ropa encima. 

Tiemblo cuando digo las siguientes palabras. —¿Dónde me has traído, Justin?

—Bienvenida a mi mundo. —Susurra en mi oído en un tono extrañamente ronco. 

Prohibida » Justin BieberWhere stories live. Discover now