Capitulo 8

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  Llegó a su casa con ganas de tirarse en la cama y no despertarse hasta dentro de un millón de años, pero parecía que el destino le quería dar otra sorpresa.

-¿Dónde estuviste?- le preguntó su padre apenas pisó el umbral de la casa.

-Estuve con un amigo.

-¿Con Trevor?- le preguntó mirándolo a los ojos, porque sabía que Nath no podía mentirle si lo miraba atentamente.

-Sí.

¿Qué hicieron?

-Bueno… eso…

-El padre de Trevor me ha llamado y me ha dicho que los quisieron asaltar, ¿es eso cierto?

-Así es.

-Pero que un nuevo alumno de tu colegio los salvo- miró a Nath con los ojos entrecerrados y dándose cuenta de que este intentaba a toda costa evitar su mirada- No será Joshua ¿no es así?

-¿Qué?... no… él no…- comenzó a balbucear, pero sin éxito de encontrar una respuesta rápida.

-Él fue el que los “salvó”.

-No.

-No fue una pregunta Nathael- le dijo con los ojos entrecerrados- ¿Y si fue él el que planeo todo para poder acercarse a ti?

-Él no haría semejante cosa y menos golpearle a las personas solo con ese objetivo- intentó defenderlo, pero con la mirada fulminante que le dedicó su padre, ocultó su mirada agachando la misma y dejando de hablar.

-De él se pude esperar cualquier cosa. Él ya no es el mismo Nathael, métetelo en la cabeza de una buena vez. Dejó de serlo hace mucho tiempo- le dijo resignado intentando de que su hijo abriera los ojos.

-Él sigue siendo el mismo…- “sino no se preocuparía por mi” se dijo para él, intentando convencer a la parte que quería que las palabras de su padre e incluso las de Joshua mismo, fueran verdad.

-¿NO LO ENTIENDES? ÉL SIEMPRE FUE UNA MALA INFLUENCIA PARA TI- le gritó su padre, provocando así que su madre se asomara por la puerta que conducía a la cocina.

-¡TU NO SABES NADA!- le gritó Nath y salió corriendo hacia su habitación, en la cual se encerró con llave para que nadie pudiera ingresar.

  No podía dejarlo, no quería hacerlo.

  El cansancio comenzó a apoderarse de su cuerpo y sin darse cuenta, con lágrimas recorriendo sus mejillas, se quedó profundamente dormido.

  Cuando despertó se percató que ya era tarde, pues ya no había luz fuera, así que se levantó y abrió la puerta de su habitación, mirando atentamente si aparecía alguien y se escuchaba ruidos, pero el silencio reinó durante un largo rato, así que se encaminó hacia la cocina para poder comer algo, donde encontró una nota de su madre.

  “Me llevé a tu padre para que se calmara un poco. Cenamos fuera. Entiende a tu padre Nath, está preocupado por ti y por Joshua. Te dejo anotado en otro papel la dirección de él por si quieres ir a hablar con él e intentar arreglar las cosas. No le vayas a decir por nada en el mundo que te he dado su dirección, porque si no me matará. Te quiero Nath. Tu mamá”

  Nath tomó la otra pequeña nota que se escondía detrás de la grande y miró atentamente la dirección. No quedaba muy lejos de donde vivían. Con tan solo quince minutos de ida y de vuelta de seguro estaría antes de que ambos llegaran, pero aun así, decidió tomar precauciones por si acaso.

  Se hizo un sándwich con lo primero que encontró en la heladera y lo devoró con ganas. Luego se fue a su habitación, se cambió la ropa y cerró con llave luego de salir de su habitación, para así, hacerles creer que aún se encontraba encerrado allí.

  Dejó la nota de su madre en la misma posición en que la había encontrado y salió, camino hacia el departamento de Joshua.

  Caminó durante los quince minutos que calculó tardaría en llegar y agradeció que justo cuando él llegaba una mujer saliera.

-¿Quieres pasar?- le preguntó con una sonrisa en el rostro.

-Muchas gracias- le dijo Nath y luego miró la nota que había estado llevando en su mano.

  Piso diez, departamento cinco.

  Tomó el ascensor y tocó en el diez, rezando para que Joshua se encontrara allí.

  Cuando el elevador llegó al piso, haciendo su pitido característico, bajó y miró hacia ambos lados del pasillo, intentando ubicarse, lo que no le costó mucho al ver el número dibujado en la puerta más cercana.

  La última de todas era la de Joshua.

  Con una leve sonrisa en el rostro, caminó hasta ella y tocó el timbre, pero… nunca esperó encontrarse con aquella escena.

  Un hombre, de cabellos algo rojizos, ojos color del cielo y tez tostada, le atendió solo con unos boxers puestos.

-¿Quién es?- preguntó una voz que para los oídos de Nath fue muy reconocida y vio cómo el dueño de aquella voz aparecía con la misma apariencia.

  Más no pudo abrir los ojos al imaginarse lo que aquellos dos pudieron haber estado haciendo con aquellas pintas.

  Comenzó a retroceder hacia atrás, con un dolor en el pecho impresionante y un nudo en la garganta que poco a poco se iba formando.

-¿Qué haces aquí Nath?- le preguntó mientras se llevaba una de sus manos a sus cabellos revolviéndolos.

-Tu…- miró al pelirrojo y sin saber si quiera que era lo que estaba haciendo salió corriendo por las escaleras de emergencia.

-¡Nath!- le escuchó gritar antes de que la puerta de emergencia se cerrara detrás de él.

**********

***

Espero les guste n.n

Me gustaría que me dijeran qué es lo que les parece que sucederá. Que les gustaría que sucediera y esas cosas n.n

Pero bueno, si lo leen.... con eso me conformo n.n jejeje

Lo que solíamos ser [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora