Capitulo 6

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  Estar cerca de su amigo lo enervaba algunas veces. Que fuera tan idiota tampoco ayudaba, o que por lo menos fingiera serlo. ¿Quién en sus cabales va y comienza una pelea con unos hombres más grandes que unos roperos, cuando ellos no le habían hecho nada? “me gustan las peleas” fue lo que le dijo cuando terminaron de golpear al último grandote, claro está, tambien teniendo algunas contusiones que ya se estaban volviendo violetas.

  Imbécil. Esa era la palabra que describía a la perfección a Cameron.

-¿Ya nos vamos a casa?- se quejó como niño de dos años cuando ya eran las dos de la madrugada.

-Así es idiota- le contestó de mala gana y lo tomó del cuello de la camisa que llevaba puesto para sacarlo del bar donde estaban.

-Pero yo no quiero- comenzó a hacer berrinche y Josh lo fulminó con la mirada, lo que provocó que Cam dejara todo acto de niño de lado, porque sabía que cuando Josh se cabreaba era mejor tenerlo por lo menos a un kilómetro de distancia- Esta bien, está bien- comenzó zafándose de su agarre y acomodándose la camisa- Pero me debes tragos, recuérdalo- le acusó con su dedo índice y luego salió del bar algo borracho.

  Josh lo siguió detrás, con las manos metidas en sus bolsillos, rezando porque no se cruzara nadie en su camino para que el idiota de su amigo no se metiera en otro lío.

-Sabes que mañana tengo clases ¿no?- le preguntó Josh mientras seguían avanzando- Y además tienes que trabajar por la tarde ¿no?

-Sí, ¿y?- le preguntó volteándose y mirándolo a los ojos.

-La jaqueca te matará un día de estos y yo seré el primero que se reirá- dijo fulminándolo con la mirada.

-No tienes sentido del humor amigo, eso es lo que pasa. Y tambien tu falta de aceptación del alcohol- comentó y luego comenzó a reír como loco- ¿Recuerdas la vez en que tomaste por primera vez? Ese día sí que me has matado de risa- se llevó sus manos al estómago sin para de reírse, sin dejar de caminar hacia atrás.

-Te recomiendo que te voltees idiota- le dijo con una voz helada e intentando no escucharlo.

  Cuando se encontró a la misma altura que Cameron, sintió un quejido por su parte y una sonrisa se formó en la comisura de sus labios.

-Te dije que te voltearas- le dijo mientras lo dejaba atrás, luego de que Cam se llevó por delante uno de los postes de luz.

-¡Oye!- le gritó furioso y corrió hasta él. Lo tomó del abrigo que llevaba puesto y lo volteó, quedando ambos enfrentados- ¿Por qué no me has dicho nada?

-Te dije que te voltearas y caminaras correctamente. El idiota fuiste tú, no yo- se defendió encogiéndose de hombros, como si no le importara.

-Sabe que me he hecho mal la cabeza.

-Y a mí qué me importa.

-Debería de importarte. Después de todo soy tu compañero.

  Josh se volvió a encoger de hombros y se soltó del agarre de Cameron, para seguir su camino hacia el departamento, para, por lo menos, lograr dormir las pocas horas que le quedaban.

-¡Oye capullo! ¿Dónde crees que vas?- caminó algo apurado para poder capturar nuevamente a Josh, quien caminaba rápidamente para que el otro no pudiera atraparlo- No hemos terminado de hablar- le gritó en medio de la calle y comenzó a correr para poder capturar a Josh, quien había comenzado a hacer lo mismo segundos antes que su amigo. Pero como era de esperarse, Josh llegó antes al edificio e ingresó dejando a Cameron fuera del mismo.

  Josh comenzó a reír a carcajadas por la cara que le puso su amigo al darse cuenta que no tenía las llaves para poder ingresar.

-Ábreme maldito- le comenzó a gritar, pero Josh estaba muy lejos de dejarlo pasar- Deja de reírte idiota y ven a abrirme la maldita puerta o comenzaré a despertar a todos en el vecindario. Tú elijes.

  Josh aun sin parar de reír se acercó y le abrió la puerta, dejándolo pasar.

-Y luego el aguafiestas soy yo- comentó Josh mientras subían por las escaleras, para, por fin, poderse ir a acostar.

  A la mañana siguiente las ganas de Josh de tirar el despertador por la ventana eran infinitas, pero aun así, con un leve gruñido se levantó y se dirigió al baño para poder darse una ducha rápida e ir al colegio.

  Desayunó y salió sin siquiera despertar a su amigo, porque sabía que lo mandaría bien lejos si lo hacía luego de estar bebiendo hasta las dos de la mañana.

  Caminó lentamente hasta el gran edificio, pero en medio de camino se encontró con una persona que nunca logró creer volverse a encontrar.

-¿Qué hace aquí?- le preguntó Josh, al ver que el hombre se separaba del tapial donde tenía la espalda apoyada y lo enfrentaba, tanto en cuerpo como en mirada.

-Estaba por hacerte la misma pregunta- le dijo seriamente.

-¿Yo?- preguntó con una sonrisa irónica- Intento seguir con mi vida.

-¿Quién te dejó salir?

-¿Qué quien me dejó salir? Nadie me dejó salir señor, ya cumplí mi sentencia como era debido y ahora estoy fuera, disfrutando del aire que usted y su hijo me prohibieron tener durante… ¿Cuánto fue?- preguntó llevándose una mano a su mentón- ¡Ah! Si, dos años- lo fulminó con la mirada.

-No te acerques a mi hijo- le devolvió la mirada, sin siquiera sentirse amenazado por la mirada penetrante de Joshua.

-Usted no me puede decir lo que puedo o no hacer. Yo me acerco a su hijo si quiero… sino quiero… no lo hago y punto.

-Te lo estoy advirtiendo Joshua, te veo cerca de Nathael y eres hombre muerto.

-No señor, se equivoca- le dijo acercándose más al padre de Nath sin quitarle la vista de los ojos- Si usted se mete en medio de lo que tengo en manos, el que terminará muerto será usted- y con esa amenaza lo esquivó y siguió caminando hacia el colegio, sin siquiera escuchar lo que el hombre le había dicho la final.

Lo que solíamos ser [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora