Capítulo 2 | Libro ll

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Abro los ojos lentamente e intento apagar el reloj. Vaya sonido estresante. Doy unas dos palmadas al aparato hasta que éste cae al piso y deja de sonar. Torpemente salgo de la cama, voy hacia el servicio sanitario; lavo mis dientes, después mi cara y me dirijo otra vez a la habitación.

Parece que ha de pasar un torbellino por aquí.

Tiendo la cama y empiezo con lo principal: ordenar.

—Qué desastre—me quejo.

Reviso el nombre de las cajas que están esparcidas por toda la habitación. Tomo una que dice 'sala de estar', es la letra de mamá, la podría reconocer donde fuera. Llevo dicha caja a donde dice allí. Los muebles están desordenados. Muevo un poco los sillones, tengo tres; uno grande que acomodo pegado a la pared que da con mi habitación, uno pequeño que está esquiniado a la pantalla de TV y el otro que está esquiniado a la pared que separa la sala de la cocina. Los sacudo un poco y limpio. Después acomodo el mueble en donde la TV está. Saco los adornos que mamá ha puesto en esa caja para mí...

Un candelabro transparente de color turquesa lo coloco a un lado de la TV, pero en el no hay candelas, sino flores.

Flores, flores flo...

Mi celular suena y hace que pegue un brinquillo en mi lugar. Voy hacia mi habitación lo tomo y hablo.

Suelto un suspiro pesado, pego el aparato tecnológico a mí oreja y digo: —Diga.

George...

Dime, mamá— tallo mis ojos y bostezo.

Estás ordenando, ¿no?—me pregunta, asiento torpemente y luego me doy una abofeteada mental, mi madre no puede verme.

—Sí madre... estaba ordenando un poco— puedo escuchar una risilla nerviosa para que después ella me diga—: Hazlo bien. Debo irme, te llamo más tarde.

Vuelvo a asentir y me río de mí mismo.

Siento como mi estómago ruge en mi interior, veo el reloj que traigo en mi muñeca y entiendo el porqué mi cuerpo está reaccionando así, son las 7:45 y no he desayunado.

Me doy una ducha rápida, tomo las llaves de mi departamento, bajo las escaleras, y salgo. Saludo a una señora del edificio que está por entrar. Ella me sonríe y yo le devuelvo el gesto.

Camino un poco más y llego a la cafetería del señor Petersson.

Tomo asiento al final en una mesa esquiniado y espero a que alguien llegue a tomar mi pedido.

La ciudad es bellísima, se puede observar el lago desde mi posición. El cielo despejado, el sonido de los pájaros con entorno a la naturaleza.

—Buenos días, ¿Qué vas a pedir?—al escuchar esa voz no puedo evitar voltearme dramáticamente. Siento como mis pulsaciones son cada vez más rápidas.

—¿Sophie?— sólo se que algo me persigue, ese algo tiene nombre: Sophie.


A ver... ¿qué notaron acá?

Hay algo que concuerda... quien adivine se ganará unas galletitas ♡

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Las ama; SKYRBIBBY❤

Flores para George © (PAUSADA) Where stories live. Discover now