Capítulo 122: Nos vemos allí.

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G: Tengo algo en mente - sonrió con mirada traviesa.

M: No se en lo que estés pensando, pero no me agrada en lo absoluto.

G: Tu tranquilo, no es nada malo.

M: Bueno... confiaré en ti, Gab. Si mal no recuerdo, en el auto quedan 1 o 2 cartas de invitación, puedes ir por ellas.

G: ¡SI! - exclamó emocionado apunto de salir a correr por ellas.

M: Gab... - lo detuvo.

G: ¿Que pasó?

M: Ten las llaves - se las lanzó.

Gabriel las atrapó en el aire con una expresión de travesura.

M: Más te vale no sea para nada malo.

G: No tío, ¿como cres? ¿cuando yo he hecho alguna travesura? - burló.

M: Muy chistoso. Ahora, ve antes de que me arrepienta.

Gabriel asintió y corrió al auto. Al llegar busco como loco esas cartas, busco por todos lados y no las veía por ninguna parte. Estaba apunto de salir con las manos vacias, hasta que las vio debajo del asiento.

G: ¡SI! - exclamó al tomarlas y las metió en su chaqueta.

Gabriel salió no sin antes asegurarse de cerrar bien el auto y corrió a Marco.

G: Ten - le entregó las llaves junto a la carta de invitación.

M: ¿No las ibas a entregar?

G: Tu solo dentenla, ¿si? en un rato regreso por ella.

M: Esta bien. - le sonrió.

G: Bueno, me voy a jugar con Zabdi y Juan Carlos.

M: Intenta no ensuciarte, ¿si?

G: Esta bien.

Gabriel se volteó corriendo a la parte de atras para jugar con los niños como le habia dicho, pero al Marco quitar su mirada de él, se desvío y entro a la iglesia nuevamente.

G: Erick...

E: Ah, hola... ¿ya comiste?

G: Si, ya comí.

El menor con toda confianza se sentó junto a el.

G: ¿Tu no vas a comer?

E: No tengo hambre - dijo con la mirada caida.

G: ¿Sabes que Joel no es feliz, cierto?

E: ¿Eh? ¿Porque traes ese tema?

G: No lo se... solo que, lo veía tan feliz contigo, y... tu también estas mal.

E: Jajaja, para nada pequeño, yo estoy bien, feliz con mi novio en España.

G: Oh, vamos Erick. No soy Joel para creerme esas cosas.

E: Hablo en serio.

G: No lo es.

E: Si, te lo juro.

G: ¿Porque no me dices la verdad? Yo no le diré a nadie.

E: No hay ninguna verdad, pequeño. Yo... engañe a tu hermano, ni siquiera merezco que me estés hablando en este momento.

G: Mira... se que soy pequeño aún y que quizá estés diciendo estas feas mentiras por alguna razón la cual desconozco, pero... yo los vi amarse desde el principio, yo vi como se conectaban sus miradas, recuerdo como sufrieron, los 2 cuando te toco irte a España, recuerdo sus lágrimas.

No me vuelvo a enamorar, ¡lo juro! | Joerick Donde viven las historias. Descúbrelo ahora