Capitulo 117: Mirame.

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El niño miró a Joel un tanto desconfiado, pero luego de pensarlo tomó las rocas y entregó una a la chica.

Mateo (niño): ¿Esto funciona?

J: Pues, no lo sé... ¿porque no lo intentan?

Mateo miró a la niña, unió sus manos con ella e intercambio las rocas,  mientras ambos sonreían.

J: Jaumm - interrumpió - No es por arruinarles el momento pequeños, para nada, pero creo que deberían irse a casa, este sitio no es seguro a esta hora de la noche.

Mateo: Muchas gracias, señor desconocido.

J: Pueden llamarme Joel - sonrió - y de nada, ahora pediré un taxi de sitio para ustedes. ¿esta bien?

Mateo: Esta bien.

Joel tomó su celular y sin quitarle la vista de encima a los niños se alejó un poco para llamar un taxi.

Luego de 2 minutos Joel regresó con los menores.

J: Bien, Mateo, ya esta de camino su taxi.

Mateo: Pero... no tenemos dinero para pagarlos, no traemos nada.

J: Descuida, yo me encargaré de pagarlo - acarició su cabeza.

Luego de eso, el silencio se apoderó del lugar, hasta que el taxi llegó al lugar. Joel los acompaño hasta allá, le pagó al taxista y se despidió de Mateo y su chica para luego alejarse devuelta al lugar, se sentó nuevamente en la orilla del rio e inconscientemente sonrío.

J: Vaya... Joel Pimentel dando consejos de amor - río solo - ¿quien lo iba a decir? - hablabla ironicamente mientras observaba acostado las estrellas.

Joel se sentó nuevamente y al mirar al agua, la luz de la luna reflejada mostraba su reflejo. Desvió su mirada a un lado, posando su mirada al reflejo inexistente de su lado. Se sentía vacio.

J: Cuanto desearia que estuvieras aquí, conmigo - dijo dejando escapar una lagrima la cual limpió rapidamente -¿Porque? ¿Porque tuviste que engañarme de esa manera, ojitos?  Si yo... te quería. Esto jamas te lo voy a perdonar, jamas te voy a perdonar que por tu culpa ahora ,i vida es una mierda, una completa basura. Pero te voy a superar, Erick Brian Colón - exclamó limpiando nuevamente sus lagrimas - te voy a olvidar, te voy a borrar de mi vida para siempre, te juro, cuesteme lo que me cueste.

Marco:

Fer: ¿Porque no lo dejas entrar?

M: ¡Le advertí que si salia por esa puerta iba a dormir afuera! ¡se lo dije!

Fer: No pensé que hablaras enserio...

M: ¡Jamás habia hablado mas enserio! - reprimió y se sentó nuevamente junto a ella.

Fer: Oye, tranquilo... no te pongas asi - tomó su mano.

Marco miró su mano para luego posar fijamente su mirada en los ojos de la peliroja. Sus miradas se conectaron como una corriente de energía, poco a poco y ante un silencio inmundo Marco puso su mano sobre el rostro de Fernanda, causando tensión y sin darse cuenta, poco sus rostros se apegaban y sus labios quedaron unidos, Fernanda cerró sus ojos con calma y no negó aquél beso.

Fue un beso suave, el chico marcaba con suavidad el sabor sus labios. Luego de unos eternos segundos, Fernanda se separó dejando a Marco con la mirada perdida. Marco reaccionó sin saber que decir.

M: Por Dios, yo l-lo sien-siento mucho, perdón, yo, no, yo n, no debí...

Fer: Creo que debo irme.

M: Obvio, claro que te tienes que ir, mira la hora que es, es ta-ta-tarde, emm yo...

Fernanda volteo solo tomó sus cosas y salio sin decir nada.

No me vuelvo a enamorar, ¡lo juro! | Joerick Donde viven las historias. Descúbrelo ahora