Capítulo 3

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—No tengo idea de cuanto durmió pero está durmiendo como un ángel ahora...— oí de una voz familiar, un poco alejado pero cerca a la vez. ¿Qué demonios...?— Sí, puedo ayudar un poco más, lo que pueda desde aquí, Dennis. Gracias por la ayuda, ¿Michael está cerca? Él conoce mi oficina, sabe donde guardo cada cosa...

¿Con quién hablaba Harry? ¿Con Dennis "tienes-el-cuerpo-perfecto-de-una-modelo"? ¿Ese Dennis? Esperen, ¿Ayudar? ¿Ahora? ¿Con qué? ¿Michael?

—Ella está despertando, dame veinte minutos...— dijo Harry justo cuando mis ojos se abrieron. Guardó la portátil que llevaba en su regazo dentro del maletín y me levantó de su hombro con lentitud.— Buenas noches, dormilona.

—¿Noche?— pregunté, dirigiendo mi vista directamente hacia la ventanilla y fue real. Era de noche, una oscura noche con ligeros copos blancos volando. Iugh, nieve.— ¿Debo preocuparme porque estés secuestrándome de nuevo? ¿Debería insistir con la orden de restricción por la que estoy solicitando?

Una ligera risa se oyó desde el oído de Harry, donde llevaba un manos libres y Harry frunció el ceño.

—Dennis, quítame del altavoz...— pidió, fingiendo su voz dura de jefe y pronto se quitó el manos libres.— Asombroso, ahora todos saben que te secuestré.

—No me quejé entonces y no me quejo ahora.— sonreí, estirándome lo suficiente como darle un suave beso en sus labios.— ¿A dónde vamos? ¿Y por qué se supone que aún estamos en este autobus?

—Es un poco lejos y aún es sorpresa. Te has dormido desde hace rato y quise despertarte para que bebieras algo, pero estabas profundamente dormida y no lo logré.— se explicó, ayudándome a acomodarme el cabello. Sus dedos barrieron las hebras oscuras fuera de mi rostro y hacia detrás de mi oreja.— Pero puedes cenar algo si quieres, hay sandwich de pavo y hot dogs, o botana...

—Un hot dog me encantaría, y lamento que no hayas podido despertarme. Me bebí una píldora para la ansiedad apenas entré en clases.— murmuré, viéndolo ponerse de pie y estirarse. La camisa y chaqueta que llevaba se elevaron, dejando a la vista algo de su musculosa espalda y los vaqueros que llevaba se amoldaban a sus fuertes muslos y a sus deliciosas nalgas, por lo que no pude evitar darle una nalgada.

—¡Jessica!— casi gritó, dando un salto y con una risita, me encogí de hombros, entregándole un guiño. Algunas personas habían volteado a vernos y no pude resistir mi risa por mucho tiempo al ver sus mejillas encendidas.

—No es mi culpa, tienes buen trasero.— me reí, abrazándome a sus muslos y con una sonrisa, se inclinó para besar mi frente.

—Voy a hablar con el vendedor de hot dogs, espero que no estén fríos, ¿Unas botanas servirían si no hay hot dogs?— preguntó y asentí, viéndolo levantarse los pantalones por la cinturilla antes de caminar hacia el fondo del autobus.

Me limpié los ojos con el puño de mi sudadera y busqué mi teléfono dentro de mis bolsillos pero no lo encontré, así que eché un vistazo afuera. No se veía mucho más que nieve y carretera, nada más que un paisaje vacío y nevado. Asco...

—Los hot dogs están helados, pero conseguí papas...— dijo Harry, sentándose a mi lado, con una bolsa de botanas en su mano. De pronto, su sonrisa desapareció y frunció el ceño.— Lo siento, soy un idiota. Debí haber preparado algo para ti, traer sopa o café o una manta yo... Yo solo me dejé llevar por la emoción y no...

—Está bien, mientras me abraces voy a estar bien Harry, me gusta la aventura que comenzamos.— balbuceé, porque en sus ojos en verdad se reflejaba la culpa. Pasé mis brazos alrededor de su cintura y me acomodé en el hueco debajo de su cuello.— Te quiero, Steel.

¡It's not easy! (Crazy Little Things #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora