Presentación Lobo-Oveja

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-Nadie a kilómetros te considera una presa, por el contrario se esconden del gran Lobo- Aquellos esponjosos belfos se fruncieron –Todos te quieren lejos- Nada nuevo para el Lobo, era algo fácil de comprender en realidad.


-¿Ustedes me temen? No estoy en mi territorio y aquí son mayoría, podrían atacarme o torturarme con sus estridente balidos para obligarme a renunciar- Exagero, poniendo su mejor expresión de pánico, la cual solo le salían al pensar en lo furiosa que estaba su madre cuando intento hacerse un desayuno y dejo la cocina irreconocible.


-¿Acaso eso quieres? No puedes estar hablando enserio- La Oveja se agacho, recogiendo el paquete que por el susto se encontraba en el suelo.


-Si lo hago, sería más entretenido que ser evitado como la peste- Rezongo.


-Bueno, debo dar el crédito que es una buena idea y si tú estás de acuerdo, significa que nadie saldría lastimado- Resolvió con tranquilidad, se dio cuenta que la bolsita, era de gomitas rellenas de mora, justo en divertidas formas de oveja.


-¿Esto podría considerarse canibalismo? Son tan adorables que es una crueldad comerlas a mordiscos- Aunque a los carnívoros no disfrutaban mucho de las golosinas, la azúcar era desagradable.


-Wow señor Lobo, ¿acaso por eso no come ovejas?- Pregunto aun desconfiado pero al parecer dispuesto a entablar una charla.


-Aja, los ojitos innatos de cordero degollado son los más inocentes y persuasivos, solo un salvaje los ignoraría- En ese momento fue consciente de que aquella Oveja no tenía el cabello esponjoso y blanco, muy por el contrario, era lacio y negro.


-Que rara forma de pensar, ¿Qué sería de mí, entonces? Yo no soy adorable y preferiría luchar a mostrar sumisamente mis ojos de cordero y mi cuello, no soy la típica oveja pequeña, esponjosa y bonita, mi cuerpo mide más de lo normal y tengo algunos dedos torcidos.


-Eso puede ser verdad, lo cual es una belleza diferente, mejor a mi opinión, como no puedes valerte de tu apariencia, debes ser hermoso tanto por dentro como por fuera, refrescante y sensual- El atractivo pelinegro parecía divertido a sus palabras, sus características tan diferentes lo delataba, su padre o madre debían ser de otra especie.


-Cada que menciones algo relacionado sobre el interior, pensare en que quieres comer carne fresca- Ríe de forma cantarina, esta vez verdaderamente relajado, mientras abría la golosina.


-Jamás te aria lo que tú, ser despiadado, le vas hacer a esas ovejitas de azúcar- El Omega rodo los ojos.


-Sigues con eso, no es mi culpa que sean tan deliciosas- Tomo una entre sus largos dedos, decapitándola con sus labios, todo ante el exagerado y raro "Bee" que imito el Lobo -¿Qué fue eso?- Se burló conteniendo la risa.


-¿Lo escuchaste también? Creo que fue la oveja que asesinaste- Con una radiante sonrisa pintada en su cara, repitió el proceso, esta vez arrancándole una a una las patitas mientras el Lobo profería un llanto lastimero acompañados de balidos, que terminaron provocando una risa estruendosa por parte de la Oveja real. En vez del "Bee" que esperaba oír, aquella carcajada se asemejaba más al ruido de un paño limpiando un cristal, como si estuviera ahogándose y saliera por espasmos por su garganta –hermosa y única, igual a su portador- Comento uniéndose a la contagiosa risa.


-El señor Lobo es un adulador, ¿esa es su estrategia? Coquetear para luego llevar a un lugar "intimo" y devorar a las incautas presas- El Alfa imita un gruñido de frustración.


-Una lástima, prefiero las presas tontas, que seas tan inteligente me está suponiendo un problema, creo que tendré que atacarte más directo, una mordida en la yugular- La Oveja volvió a emitir un "Bee" de pavor, estrangulado por la risa que seguía vibrando en su pecho –Sabes aun con mi edad soy soltero, no tengo nada de señor y me llaman Namjoon, pequeña nube.


-¿Nube? Que poca originalidad, esperaba más del temible cazador- Melodramatizo mientras disimuladamente salía del lugar –Entonces, nos vemos Namjonnie.


-Espera, no pagaste las gomitas- Cayó rápidamente en cuenta, ya había convivido con un par de Zorros, era anti-embustes.


-Me la debes después de semejante susto, con esa cara de desquiciado por la carne- Declaro como si fuera una ley, ya en el umbral de la salida.


-Eso crees, pero vale muy poco, nada comparable al mal rato que te hice pasar, deberías volver mañana por otro paquete gratis- El Omega pareció pensárselo, pero la pequeña sonrisa que no dejaba de bailar sobre sus labios lo delataba.


-Es verdad, debes pagar por tus actos, vendré los días que crea necesario para que eso suceda- La mirada cómplice que compartían era rara, se acaban de conocer, algo como la camarería no debería aun ser presente.


-Por favor, no quiero dejar pendiente en mi vida, me harías un gran favor...así que ¿A qué nombre debo dejar reservadas las golosinas de Oveja?- El Omega se mordió el labio inferior, mirando el lugar, sintiéndose de repente cohibido.


-SeokJin, así me llaman- Respondió con duda, pero ambos sonrieron y de inmediato todo pareció correcto, no tenía que temerle al Lobo, eso sentía.


CONTINUARÁ

CONTINUARÁ

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Enseñame el Camino /KookMin/NamJin (Omegaverse)Where stories live. Discover now