Enseñame el Camino /KookMin/NamJin (Omegaverse)

Presentación Zorro-Conejo

Jimin no quería describirse como un embustero, pero a veces lo era, no iba a mentir, sobrevivir en el mundo no era fácil, tenías que mirar siempre por ti mismo, él lo hacía, siempre buscaba el mayor beneficio a su persona. Claro que al tomar ese camino podías dejar atrás, personas no muy felices de haber sido usadas. Daños colaterales que no tenían que ver con su nombre, él se escondía tras bambalinas, dejando que los actores fueran las caras que reconocerías del espectáculo, no al chico que cambia los escenarios a su antojo, el irrelevante y contradictoriamente, tan importante para el desarrollo y culminación de una gran obra.

Era joven pero eso no quitaba que tuviera toda la astucia natural de un Zorro, por lo que siempre sabía que quería y como conseguirlo. Por ejemplo, si le preguntabas quien era su "tipo de pareja ideal" él obviamente relataría el perfecto compinche, alguien sumamente inteligente, que supliera su carente talento en los números; fuerte, como tenía que ser un Alfa can, grande, de excelentes sentidos y buena regeneración; tenía que dar miedo, que su aullido espantara enfundara terror en sus enemigos y su gruñido intimidara a cualquier contrincante. Si, esa era la descripción de un depredador perfecto, el Alfa de sus sueños.

No es como si tuviera una añoranza romántica tan fuerte, el amor era peligroso, por ello Jimin se juró a si mismo que no se enamoraría o bajaría la guardia, hasta no estar completamente seguro que la otra persona estaba irremediablemente enamorado de él, porque quien se enamora primero, es más propenso a ser engañado y utilizado. Lo cual terminaría con un corazón roto y mucho resentimiento.

Jimin estaba perfectamente bien, en un punto de su vida pensó en ser un rompecorazones, utilizar Alfas, buscando la perfecta presa más conveniente para acoplarse. Pero ya lo decía un terrible dicho, de esos que más que un consejo o una enseñanza, parecen una cruel amenaza "La vida da muchas vueltas y el destino es caprichoso"

¿Qué jugarreta podía confabular el universo en su contra? Una sumamente injusta, cuando un día, totalmente normal, donde cumplía la misma rutina escolar de hace tres años, a una estúpida compañía de juguetes se le ocurrió la extraña idea, de que chicos universitarios necesitaban una campaña publicitaria de sus productos. Ningún depredador respetado se subiría a una rueda de ejercicios de goma, que estaba hecha exclusivamente para esponjosos roedores. Él adoraba a esas bolas de pelo, solo imaginarlas asados y con salsa de champiñones exaltaba a su Zorro.

Por esa razón se quedó, viendo a los adorables cambia-forma jugar como cachorros, realmente adorables. Jimin jamás pensaría de manera sexual en algo que fuera tan adorable que te obligara a proferir un "aawww" ante cada expresión, acción u oración. Es más, una vez percibió el aroma de un Alfa de Cobaya, para nada afrodisiaco, no despertó en su interior ni la más mínima chispa, era obvio, sus mundos eran completamente diferentes. Un depredador y presa juntos, le daba risa, en algún momento terminaría siendo la cena del carnívoro, biología básica. Decía cena porque era la comida más romántica del día y que mejor forma de literalmente comerte a quien fue tu amante, que bajo la mágica luz lunar.

Entonces, si Jimin era un ejemplo para su especie y estatus depredador, ¿Qué hacía sonriendo como idiota al mirar a un conejo? No iba a negar que el chico sea guapo, alto y de buena contextura. Sus piernas son increíbles, marcados muslos, fuertes pantorrillas, característicos de los adorables saltarines, nada especial o a destacar. Bueno también su pecho, deliciosamente amplio, solido a primera vista; aquel cuello largo y ese perfil marcado como a cincel. Su cara también era otro espectáculo aparte, cuando sonreía se asomaban sus dos grandes dientes de conejo que en conjunto con su prominente nariz, parecía el simple Lagomorfo simplón para luego darte cuenta que en su rostro parecía encajar a la perfección, dándole un aire inocente, tierno y a la vez, caliente o sexy, no sabía cómo ponerlo en palabras.