Cinco.

46 2 2
                                    

Alex no logró alcanzarme hasta llegar casi a mi edificio, y, aún así no dejó de caminar.

—¿Quién era?

—¿Quién era quién?

—Ése, el que te ha puesto tan furiosa.

—Yo no estoy furiosa, ni siquiera me conoces tan bien para decirme si estoy furiosa o no.

—Bueno, pues él que te ha incomodado.

—Tampoco estoy incómoda.

—Bien, sólo era curiosidad.

Me detuve en seco el la puerta del edificio, la verdad era que estaba furiosa, pero Alex no debía de saberlo, y tampoco debía darle ninguna explicación sobre mi estado actual.

—Era un amigo nada más— le dije, y según yo no tenía que explicarle nada, aún así sentía un nudo en la garganta, quería llorar del coraje que sentía.—. Un amigo que no se portó bien conmigo, mejor dicho, es un hijo de puta.

Alex no me preguntó nada más, sólo se quedó callado parado frente a mi, como nada, y no esperaba que me dijera nada, pero tampoco se fue. Tal vez Dian tenía razón. Siempre la tenía.

—Perdona —le pedí de la manera más sincera que pude.

—Hey, Kathleen, en este día son dos veces que te disculpas, pides disculpas casi por respirar. A veces esta bien ser una persona pesada, yo a veces lo soy. Así que no te disculpes conmigo, no soy un pesado siempre. —Me dijo mientras sacaba un cigarrillo del bolso de su camiseta.

—Bueno, no soy una pesada todo el tiempo, hay personas que me consideran encantadora. Es sólo que por algún motivo saco lo peor de mi en estos tiempos.

—¿Acaso hay epidemia de malos momentos en California? —Me preguntó mientras encendía el cigarrillo.

—Si, supongo. El mío fue asqueroso... —quería decirle más, pero no me salieron las palabras.

—¿Estuviste enferma?

—Si.

—¿Pero ahora estas bien?

—Creo que si, no lo sé. Cuando se pasa una temporada difícil te queda como una resaca de antología. —Le dije con una sonrisa torcida. Nos quedamos callados un rato, no se que estaba pensando él, solo lo veía fumar. Así que se lo dije.

—Su nombre es Krieg, salimos juntos por dos años, pero hace un año que nos dejamos y no sé nada de él desde entonces, más que estaba aquí, obviamente.

—¿Eran novios?

me encogí de hombros.

—Supongo —le dije no muy segura.

—¿Rompieron?

—Simplemente dejamos de... Bueno, él dejó de verme.

—¿Lo odias?

—No —le dije, pero envolví mi respuesta con un gesto de asco.

—¿Todavía lo quieres?

No sabía que responderle. ¿Quería a Krieg? El hecho de que me hubiera lastimado no cambiaba los sentimientos, no sabía que sentía por él.

—Eres un preguntón— Le dije frunciendo el seño.

—Si, lo soy.

Nos despedimos y entre al edificio, una vez caminando me dije algo para mis adentros, algo que ni siquiera sabía que podía sentirme así. Algo tan simple como: No, ya no lo quiero.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 05, 2014 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Why me?Where stories live. Discover now