Cuatro.

44 2 0
                                    

Me encontré con Dian en el lugar donde se supone que jugaría Charlie,  la chica llevaba un vestido estampado de flores, unas gafas de sol y un sombrero muy veraniego mientras llevaba el cabello suelto, se veía bonita. Lo era. Fuimos a comprar unas bebidas para ver el partido, Dian pidió un Sprite, yo preferí tomar un té helado que preparaban ahí mismo, me gustan las cosas orgánicas, también compramos frituras para Dian ya que a ella le importa un carajo lo que consume, puede comer una hamburguesa que venden en un restaurant del campus la cual se llama “La tapa arterías” mientras yo había comprado la mitad de una sandía tamaño bebé para comerla ahí, en California solemos comer la sandía así, al menos en Ontario.

Nos sentamos en un nivel medio en las gradas, para tener una visión clara del juego, al parecer Charlie aún no salía a jugar, a veces vienen equipos ajenos a la universidad para jugar, es parte del servicio comunitario de la institución, o eso dijeron. Hacía demasiado sol, estaba pensando en que a los chicos del equipo les podía dar una insolación o algo parecido, pero supongo que están preparados, al menos yo ya estaba sacando mis gafas para el sol para no quedarme ciega a los dieciocho años.

— ¡Vamos Charlie! —gritó Dian a todo pulmón.

—Dian, aún no esta jugando. —le dije aguantando la risa.

—Bueno, tal vez más tarde Charlie. —dijo y ambas reímos. Se hizo una pausa algo larga. —Y, ¿Qué tal la semana pasada?

— ¿La semana pasada con qué?

—Con Alex, ¿Qué más pudo pasar la semana pasada?

—Ah, Nada. —Agregué encogiendo los hombros.

— ¿Cómo que nada? —su voz se lleno de duda. —¿Qué pasó? ¿Se besaron? ¿Quedaron en algo?

— ¡Eh, eh, alto! —la interrumpí. —No pasó nada, caminamos un rato y me acompaño hasta el edificio, no más. Eso ha sido todo lo que ha pasado, además, yo no te pregunté si te habías besado con Charlie.

— ¿Cómo que eso ha sido todo lo que ha pasado? ¿Lo dejaste escapar? Además, era bastante obvio que no besé a Charlie porque nos encontraste jugando Uno en el piso de la habitación.

— ¿Qué querías que hiciera? Alex no es de mi interés, además yo lo conocí mucho antes de las clases, el día de la bienvenida y no se comportó muy bien. Mira que eres…

—Oye. ¿Tú crees en las casualidades?

—No sé.

—Pues yo no, querida. Lo dejaste clavado el día de la bienvenida, más lo de la semana pasada, él estaba esperando una oportunidad.

—Pues la tuvo y no hizo nada más que decir estúpideces.

—Normal. ¿Qué quieres? Si le gustas y tu te portas como una perra con él cuando no eres así, a veces los chicos no saben como acercarse y pienso que por eso su actitud que dices.

—Dian…

—Yo mejor no digo nada —se defendió—, pero ya sabes lo que pienso, y pienso que necesitas un poco de diversión después de lo de Krieg.

—Bueno, ya, ¿No? —me quejé un poco molesta. Dian bajó la cabeza un poco apenada mordiéndose el labio; se había dado cuenta de que acababa de decir algo que de cierto modo me irritaba y de lo cual yo no quería hablar.

—Bueno, lo siento—dijo—. Te juro que ya no vuelvo a hablar de eso.

—No es eso—le dije con cansancio—. Es que…—no encontraba palabras para explicar lo que sentía, porque ni siquiera yo podía explicármelo a mi misma, termine suspirando. —Bah, déjalo, no me hagas caso. Es sólo que todavía sigo un tanto sensible.

Why me?Where stories live. Discover now