Capítulo 36: No es cierto.

35.6K 1.7K 149
                                    

MARCEL

      — ¿Entonces qué sientes?
      —No lo sé.
      —Por Dios, debes sentir algo... no lo sé, ¡pero algo!
      —Tengo demasiados sentimientos encontrados.
Partíamos unos apetitosos pepinos mientras me contaba la linda experiencia de ayer en el centro comercial. Sinceramente, si yo hubiera sido Charlotte, me lo hubiera besado ahí mismo; apuesto a que él eso quería.
     — ¿Piensas en él?
     —Todo el tiempo.
     — ¿Te enamoró en tan sólo una tarde? ¡NO-ES-CIERTO! ¡NO-ME-LA-CREO!
     — ¡No me enamoró!
     — ¿Entonces qué te hizo?
     —Un hechizo.
Suspiró. Pero no era cualquier suspiro, era "ese" suspiro. Claro que le gustó de más el tal Carlos.
     —Ahora que "Carlos" sí existe ¿qué piensas hacer?
     —No queda más que presentarlo. Oh, por cierto... se ofreció a recogerme el lunes después del instituto para llevarme a comer.
Negué con la cabeza. Ese tipo no quería perder ni una sola oportunidad.
El telefóno de Charlotte comenzó a emitir sonido, le estaban llamando. Miró la pantalla y sonrió, seguramente era él. Me hizo una seña de que no tardaba y salió de la cocina. Necesito saber quién es ese tipo.
Marqué el número de Jim desde mi teléfono fijo.
     — ¿Marcel? ¿Qué se te ofrece lindura?
     —Necesito que investigues a un chico.

˜***˜

Carlos quería conocerme.
Charlotte quería que lo conociera.
Y no me quedaba más que aceptar.
Aun no recibía ninguna información de parte de Jim, pero Carlos se encargaba de convencerme cada vez más de que era una buena persona... tanto como para que Nicolás se diera por vencido de una vez.
     —Entonces ¿quieres llamar a tu novio Marcel? Es de verdad muy divertido.
Asentí. Iba a ser muy divertido ver la cara de mi primo con todo esto. Es sábado, ellos acostumbran ir a los bolos los sábados. Nosotros iremos a los bolos justo ahora... sábado.
Se armará la Tercera Guerra Mundial.

˜***˜

     — ¿Los chicos vendrán hoy?— le pregunté a Nick percatándome de que no lograran escucharme ni Charlotte, ni Carlos. 
     —Sí, no tardan en llegar... hoy invitaron a Ty y León también, les deben la revancha de hace dos semanas.
Perfecto.
     — ¿Qué quieres lograr con eso?— preguntó besando mi mejilla.
     —Que por fin salgan unas que otras cosas a la luz.

˜***˜

Nicolás y los chicos entraron por la puerta con unas cuantas putas a los lados. Malditos. Ahora que lo pienso... Nick hacia eso antes de ser mi novio. Idiotas.
     —Dijiste que nos verías aquí, pero no que vendrías con todo y chicle.
Nicolás se acercó a Nick y le dio un par de palmadas en la espalda. Yo lo miré y le volteé la cara, fingiendo ofensa por haberme llamado "chicle".
     —Oh, vamos Marcelita... sabes que no es cierto. 
     —Cierra la boca, idiota.
Nick me abrazó. 
     —Marcel vino por su cuenta, y de casualidad íbamos a venir todos hoy, así que aprovechamos para jugar bolos juntos. 
     — ¿Vienes sola?
     —No, tengo dos acompañantes. 
     —Espero que chicas lindas.
     —Si te refieres a Charlotte y a su futuro novio, sí, muy lindos.
Nicolás no sabía que responder. Quedó prácticamente en shock por mis palabras.
Eso, damas y caballeros, se le llama: Buena jugada.
¿Qué si me divierte?
Já, es mejor de lo que imaginan.
Tensó la mandíbula, y su mirada se tornó diferente.
Punto para Marcel.
     — ¿Querías conocer a Carlos, o no?— pregunté sonriente. Achicó los ojos e hizo puños ambas manos. —Esta es tu gran oportunidad para hacerlo. 
     — ¿Dónde están?
Su voz se escuchó como si quisiera llegar a la mesa y arrancarle la cabeza. Apunté la mesa en donde se encontraban Charlotte y Carlos, que para desgracia de mi primo estaban jugando, y Charlotte se veía demasiado contenta.
Casi robótica, Nicolás se abrió paso hacía la mesa y se posiciono en frente. Mi mejor amiga levantó la vista con espanto, y la bajo con miedo. Como esas niñas pequeñas a las que sus padres van a regañar por haber hecho una travesura. Carlos, en cambio le sonrió amablemente, y al ver la incomodidad de mi amiga le tomó de la mano.
     —Hola, soy Carlos ¿y tú eres?— preguntó sin saber que Nicolás se estaba muriendo por dentro.
     —Nicolás, Nicolás Wenstern— se presentó, con el corazón en la mano.
Quisiera acercarme y decir: Nicolás te presento a tu rival. Rival de Nicolás, te presento a Nicolás. Sería lo más lógico, obviamente. 
     — ¡Oh! ¿No eres el capitán del equipo "Borussia"?
     —El mismo.
     —Mucho gusto en conocerte, he oído hablar demasiados comentarios sobre ti.
Le tendió la mano.
     —Espero que buenos.
Tardo un poco en aceptar su saludo, pero al final terminó por acceder. 
     —Excelentes— respondió.
Esos segundos se sintieron infinitos y se notaba que Nicolás no sabía si irse y llorar como un bebé, o aceptarlo como todo un hombre, y seguir viendo a la cara a la chica que le gusta, pero no lo acepta.
Ser o no ser, esa es la cuestión, ¿le queda o no?
     — ¿Vienes solo?— preguntó Charlotte. 
     —Vengo con los chicos. 
     — ¿Te nos unes?— preguntó Carlos.  
     —Claro, por qué no.
Miró a Charlotte y ella le despegó la mirada. Era hora de entrar, me acerqué a la mesa junto a Nick. 
     — ¡A jugar!

¿Apostamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora