Pero está bien.

Tengo derecho a oler la colonia Derek. Y, si quiero, de su propio cuello.

Tengo derecho a besarlo.

Yo tengo derecho, porque yo soy su novia.

Y si alguien tendría que dormir con él, esa sería yo.

La envidia desata la ira y, cuando miro a la cama detrás de mí, suelto un gruñido por lo bajo y entonces como la cama con una mano y la lanzo hasta que se estrella con una de las paredes de la habitación. El sonido del golpe me sobresalta, y entonces todo se aclara durante unos segundos en mi mente.

¿Qué estoy haciendo?

Suelto la colonia de Derek, con mi pulso temblando y retrocedo unos pasos de manera torpe, observando a la cama contra la pared con mi corazón comenzando a bombear más rápido gracias al miedo. El frasco se estrella con el suelo y la colonia se derrama, pero yo no le presto importancia, en cambio, corro hacia el baño y en él me observo en el espejo.

Mis ojos están brillando, o lo están empezando a hacer, ya que la luz aparece y luego se debilita y desaparece sólo para instantes después brillar nuevamente.

Tengo que ganarle.

Salgo del baño mientras me aferro a las paredes, me siento mareada, mi respiración está agitada y por más que intento calmarme no lo logro, tengo miedo, mucho. No quiero el lobo salga otra vez y repetirme eso no hace más que complicar las cosas. Golpeo la pared como si suplicara porque un inexistente arbitro detuviera la batalla que estoy librando, y suelto quejidos gracias a que mi cabeza duele.

Comprendo que no voy a ganar.

Pero no heriré a nadie.

No hay un lobo y una Eva.

Yo soy el lobo.

Y yo no pienso matar a nadie.

El problema es que no sé en que estoy pensando.

Salgo de la mansión rumbo a la escuela, y estoy completamente de acuerdo con ello. Tengo un par de cosas que decirle a Derek, o no sé, a alguien, pero tengo cosas que decir y mierda, claro que voy a decirlas.

Utilizo el bosque como atajo, de día pareciera que nada malo pudiera haber sucedido en él, aún así, pienso en la posibilidad de que haya alguien o algo dispuesto a atacarme durante mi trayecto, y siento pena del estado en el que acabará si lo intenta.

No tengo idea de cuanto tiempo tardo en llegar a la escuela secundaria, pero cuando lo hago, abro la puerta principal de un empujón y camino por el medio del corredor vacío siguiendo la colonia de Derek. Estoy enojada, herida, lastimada, quiero gritar, llorar, golpear algo, pero, sobretodo, encontrar a Derek.

Avanzo por los corredores vacíos con seguridad; mi cabello blanco se encuentra suelto y agitándose en cada paso que doy. Dedico algunas breves miradas hacia dentro de los salones de clase y, como pensaba, encuentro estudiantes dentro observando a un profesor. No tengo idea de cuanto tiempo tengo antes de que suene la campana, pero será suficiente.

Finalmente llego a la oficina de Derek, dudo unos segundos con mi mano sobre el picaporte y acabo pasando, cerrando la puerta detrás de mí.

El pelinegro saca su atención de los papeles que se encontraba completando en su escritorio y me mira sorprendido, yo lo recorro con mi mirada, preguntándome como es posible que con el pasar de los años sólo logre verse mejor.

Suelto un gruñido y el ceño del Hale al otro lado del escritorio se frunce de forma leve mientras se levanta, haciendo lentos movimientos como si temiera que lo atacara al realizar algo demasiado brusco.

Paradox ↯ Teen WolfWhere stories live. Discover now