05 | Problemas

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  —Cuando mamá se pone así de misteriosa sólo significa una cosa.

 Camino acompañada por Laura y Derek en dirección a la escuela primera de Beacon Hills, la tarde había pasado mas bien pronto; pasé el almuerzo junto con Laura y sus amigas, mientras constantemente compartía miradas con el moreno.

  —¿Qué?

  —Problemas —responde Derek con la mirada en el frente.

Esa palabra no me gusta en lo absoluto, menos tratándose de los Hale. Mi memoria se inunda de las noticias del incendio de la casa, pero me repito que ello no puede ser, Kate aún no ha dado señales de vida, Page sigue viva, ella y Derek acaban de tener aquella escena que Peter nos relató a Cora, Stiles y a mí aquel día... Y ello me recuerda que no sucedió como se suponía que tenía que suceder.

Dios, ¿Cuántas cosas estaré cambiando?

  —No te preocupes—Laura da una leve codazo sobre mi brazo—, Derek es un poco dramático—dice logrando que su hermano gruña, lo que la hace reír—. Somos los Hale, estamos acostumbrados a los problemas, siempre los resolvemos.

Muerdo mi labio para retener las palabras, acto que espero que ninguno de los hermanos note, lo cual, para mi suerte, parece no suceder.

Anotación mental: dedicar una tarde a contar los extintores que hay en la casa. No importa el total, insistir a la familia de comprar más.

Una vez Cora se une a nosotros, la pequeña no para de dar saltitos mientras cuenta muy alegre todo lo sucedido en su día. No puedo evitar reír frente a la historia de como dejo llorando a un chico que la molestaba, eso sí que suena a la Cora que conozco, por mucho que poco tenga que ver con aquella sonrisa tan alegre.

Me entretengo ayudando a Laura con distintas tonterías como elegir su conjunto para la fiesta a la que fue invitada aquella noche, y a la cual planea ir sin permiso de Talia. Personalmente no me parece bien, pero no es como si nunca lo hubiera hecho, por lo que prometo cubrirla. Aunque en realidad me siento pesimista ante la idea de tener que engañar a una mujer lobo alfa con super sentidos.

Dejo a Laura para así salir al jardín delantero de la mansión, donde Derek, Peter y Cora se encuentran jugando con una pelota. Me dedico a observarlos, sintiendo varias veces la mirada del mayor del trío sobre mí, causándome escalofríos, mas me concentro en ignorarla. El bosque, con sus arboles poblándose nuevamente de hojas verdes gracias a la primavera, el cielo teñido de claros tonos naranjas, celestes y rosas y la cálida brisa ya un poco más propia del verano son el escenario de aquel partido de baloncesto en el que, comprendo sin problema alguno, Derek se está conteniendo. 

Después de todo él es un jugador del equipo.

 Junto con la llegada del auto de Talia, Cora corre hacia su madre y Peter pasa una mano por su frente, también por su cabello, para luego ingresar en la casa, no sin antes guiñarme un ojo. Una sensación de escalofríos me invade a la vez que mis mejillas enrojecen.

Y pensar lo mucho que me burlé de Lydia por haber besado a la versión fantasmagórica de Peter.

  —No dejes que te intimide—dice el pelinegro sentandose a mi lado, a lo que yo sacudo mi cabeza levemente.

  —No me intimida—miento, y por la mirada que Derek me dedica, comprendo que sabe en realidad sí lo hace—. Es raro—confiesa soltando una breve risita, la cual incluso me causa ternura.

¿He escuchado a Derek reír alguna vez?

  —Pero es un buen tipo—asegura, y yo me contengo para no rodar los ojos.

  —Sí, seguro.

Ambos nos quedamos mirando el horizonte, lo cierto es que me gusta la compañía de Derek, no estoy segura de saber como explicarlo, pero a él lo conozco, al menos a él en el futuro. Es muy extraño de explicar, sobretodo porque este Derek poco tiene que ver con el que yo conozco, pero aún así no puedo evitar sentirme en confianza con él. Continua siendo una cara conocida (por muy diferente que en realidad sea) entre cientos de desconocidos.

  —Debe ser extraño ¿Huh?—pregunta logrando que frunza mi ceño y entonces señala al horizonte—Todo sigue ahí, tal como lo recuerdas, pero a la vez todo es diferente.

Él sigue mirando al horizonte, como si aquellas palabras en realidad no me las hubiera dicho a mí, y yo no puedo evitar observarlo de pies a cabeza. 

¿Es este el que Derek esconde detrás de toda su fachada de malo?

Cientos de preguntas se amontonan en mi mente, pero me cuesta encontrarles una respuesta clara gracias a la cercanía del Hale, el cual, con una leve capa de sudor sobre su cuerpo y su torso sin prenda alguna, logra distraerme.

  —¿No es así?—pregunta mirándome de repente y entonces yo trago saliva con dificultad para asentir, a lo que él sonríe—Oye, ¿Puedo hacerte una pregunta?

  —Que sean dos—respondo, posando una leve sonrisa sobre mi rostro.

  —¿Qué sabes de mí?—aquella pregunta logra confundirme.

  —¿A qué te refieres?

  —¿Qué te he contado de mí?—pregunta—, digo, es obvio que me conoces.

  —No mucho—respondo hundiéndome en hombros—, en el futuro no eres alguien de muchas palabras—me permito responderle, a lo que él levanta ambas cejas sorprendido.

  —¿En serio?—pregunta sorprendido a lo que yo respondo riendo levemente al recordarlo.

  —Todo un amargado —afirmo divertida, mas pronto me veo golpeada por la melancolía—. Pero igual de buena persona que ahora.

El silencio se instala entre nosotros nuevamente, pero no es incomodo. Este Derek logra recordarme a Scott, y ello me hace pensar en Stiles, y también en Lydia, quien me lleva a Allison y a las demás. En verdad extraño a mis amigos.

  —¿En el futuro sigo con el baloncesto?—pregunta cargado de ilusión, sin embargo, yo simplemente hago una mueca.

  —Creo que ya he dicho demasiadas cosas del futuro—digo, a lo que él asiente, aunque es claro que sí esperaba una respuesta.

Me levanto luego de otros cuantos minutos mirando al sol esconderse junto a él, y, cuando lo hago, Derek toma mi mano. Lo hace para captar mi atención, pero de cualquier forma logra poner mi piel de gallina.

  —Ehm...—lo noto algo nervioso, lo cual me causa ternura—Hoy hay una fiesta—dice a lo que elevo ambas cejas, no por sorpresa, después de todo Laura ya me había adelantado aquello, pero sí curiosa—, ya sabes, mañana hay partido y es una tradición hacer una antes y después—comenta a lo que yo asiento, atenta a sus palabras—. Bueno, todos los chicos del equipo tiene alguien a quien llevar y... Bueno... Tú entiendes, me gustaría llevarte a tí.

No voy a mentir, no me esperaba aquello.

Sonrío a la vez que frunzo mi ceño, algo confusa, jamás he estado en una situación como esta.

  —Pero, y, eh, ¿Talia?

  —Mamá sabe que iré, sólo está algo enojada con Laura y por eso no quiere que vaya  —responde rápidamente levantándose para así estar a mi altura—. Seguro le gustará la idea de que tú vayas, te ayudará a despejarte—asegura algo emocionado, lo que me hace soltar una risita—. Además, todos se pondrán super celosos si ven que llevo a alguien más grande.

  —Dos años de diferencias volverán locos a todos—declaro divertida a lo que Derek asiente.

  —¿Qué dices?

  —Mientras no haya problema—me hundo en hombros—, no veo porque no, en realidad me gusta la idea.

Derek sonríe de oreja a oreja y luego ambos entramos en la casa. Dispuestos a prepararnos al igual que Laura para la fiesta de esta noche.

Paradox ↯ Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora