18 | Viajé otra vez

5K 604 140
                                    

Tomo una gran bocanada de aire mientras me sacudo de manera descontrolada. Continuo boqueando como si fuera un pez fuera del agua sin realmente comprender que es lo que sucede.

Un poderoso pitido amenaza con destruir mis tímpanos, mi visión es borrosa y no llego a distinguir mucho más que una potente luz sobre mis ojos, al principio no tengo idea de que podrá ser, y durante unos segundos, pienso que se trata de aquella luz al final del túnel de la que tanto he oído hablar. Mi fin. Mi muerte. El otro lado.

Pero una vez mis ojos logran acostumbrarse, descubro que la luz está rodeada por un cielo azul, y entonces comprendo que se trata de el sol.

Dejo de sacudirme, viéndome presa de una profunda confusión al igual que aquella que sentí cuando desperté en mitad del lago tiempo atrás, cuando viajé en el tiempo.

Es finalmente cuando los recuerdo regresan cuando comprendo lo que sucedió.

Viajé otra vez.

Cuando intento sentarme un gran dolor se apodera de mí de manera repentina y suelto un gemido a causa del dolor. Mi espalda golpea nuevamente el suelo y entonces nuevamente me veo tomando bocanadas de aire, con mi pecho subiendo y bajando de manera irregular y mi corazón bombeando a suma velocidad. Inclino mi cabeza para así poder ver mi torso y entonces descubro un agujero a la altura de mi estomago.

Suelto una maldición y miro en diferentes direcciones en un intento en vano de divisar a alguien, viéndome cada vez más presa del miedo. Estoy completamente sola en mitad del bosque, sin ningún rastro de sociedad en el horizonte, herida por una bala y sangrando.

Supongo que es mejor que estar muerta.

Me obligo a tranquilizarme. El miedo no hace más que nublar mi juicio, y necesito pensar con mi mayor claridad para encontrar la salida a esto.

Cierro mis ojos y poso ambas manos sobre la herida, utilizando la tela de mi suéter para ejercer presión sobre la herida. Suelto un quejido frente al contacto, me esfuerzo por ignorar el dolor y luego me obligo a respirar hasta que mi ritmo cardíaco se tranquiliza. Me imagino en casa, viéndome victima de un simple resfriado con mamá a mi lado, con mis amigos, incluso con Derek.

Ya en relativa calma, raciono acerca de lo que sucede: Si la bala sigue allí, es porque no va a matarme, de lo contrario, ya no estaría allí, habría desaparecido justo como el disparo que recibí en la frente por parte de Gerard. A la vez, ahora soy una mujer lobo, si la herida no se está curando es porque Argent debió usar alguno de sus trucos con la bala, tal vez algún tipo de veneno o algo similar, algo que a mi cuerpo le cueste asimilar.

Creo que Gerard sabía que no iba a lograr matarme. Lo más probable es que se hubiera informado acerca de la leyenda del lobo blanco, y, conociendo su retorcida mente, se habrá quedado satisfecho con encontrar algo que simplemente logre hacerme sufrir.

Quien sabe que está sucediendo dentro de mí ahora mismo.

Necesito ayuda.

Necesito a alguien.

Busco en mi memoria de manera apresurada, pienso en Lydia, más por lastima no poseo su grito, entonces pienso en Stiles, y recuerdo que no tengo conmigo mi celular, el siguiente en el que pienso es en Scott, y entonces algo finalmente llega a mí.

El rugido.

Mis latidos se aceleran nuevamente, me concentro en aquella energía que recorre mis venas, la siento recorrerme de pies a cabeza, una sensación de poder se apodera de mí. Mis garras aparecen y yo las quito de mi estomago para clavarlas en la tierra, mis colmillos no se hacen esperar y, cuando abro los ojos, sé que están brillando.

Paradox ↯ Teen WolfWhere stories live. Discover now