—Que directa—comenta él sonriente, y mis ganas de borrar su sonrisa de un golpe comienzan a ir en un peligroso aumento—. Quería charlar, ¿Es mucho pedir eso?

  —¿Así que sólo quieres tener una amigable charla con la asesina de tu hermana?—pregunto incrédula, alzando una ceja.

  —Preferiría tenerla con aquella chica de la que me enamoré —responde él.

Su respuesta me paraliza durante unos segundos, soy únicamente capaz de mirarlo, la ira desaparece por un momento, pero rápidamente dejo mi mirada sobre otro punto de la habitación, concentrándome en hacerla regresar.

  —Lamentablemente no está disponible —digo mirándolo nuevamente, cruzo mis piernas y agito mi pie de forma impaciente—. Puedes dejarle un mensaje y luego veré si es que puedo hacérselo llegar  —agrego cruzándome de brazos.

  —Perfecto.

En un rápido movimiento, Derek se arrodilla frente a mí, su repentina cercanía paraliza mis sentidos, me veo embriagada por su colonia y por mucho que intento no hacerlo, recorro las facciones de su rostro apreciandolas ahora con mayor detalle. Él posa una mano sobre mi mejilla y yo tengo la idea de detener aquella acción tomándolo por la muñeca, sin embargo, me distraigo tanto con aquellos orbes verdes que, cuando lo hago, él ya me está acariciando, produciéndome escalofríos y corrientes eléctricas que me recorren de pies a cabeza.

  —Sé que te sientes segura ahí dentro Eva—dice, con sus ojos mirando de forma profunda los míos—. Que no eres consciente de lo que hiciste, y que ahora temes salir por el dolor y la culpa—agrega, frunciendo su ceño y tornando su expresión en una de pena y preocupación, mi cerebro no logra formular una frase para poder callarlo, ni una manera de alejarlo—. Pero tienes que salir Eva—Derek lleva un mechón de mi cabello detrás de mi oreja con suma delicadeza, y yo tiemblo durante unos segundos por los efectos que sus acciones y palabras tienen en mí—, tienes gente que te extraña, que te necesita—Ahora posa su otra mano sobre mi mejilla disponible y se acerca aún más a mí, la cercanía acelera el ritmo de mi corazón, y comienzo a preocuparme—. Tú no eres la asesina, el lobo blanco lo es, y tú eres más fuerte Eva—Sus palabras parecen cesar, pero continuo sin poder hacer nada, entonces, un brillo casi suplicante se instala en sus profundos orbes verdes—. Por favor, vuelve—agrega—. Vuelve con nosotros —El tono de su voz disminuye considerablemente, su frente se apoya en la mía y su mirada se clava en algún punto de mi rostro que no sé reconocer, estoy demasiado aturdida—. Vuelve conmigo—susurra.      

Mi corazón parece reaccionar frente a sus palabras, mi piel se eriza y mi ceño se frunce.

  —¡Suficiente!—rugo empujando al Hale lejos de mí.

Derek impacta contra la puerta de la habitación y yo me quedo observándolo nuevamente, deseando en lo más profundo de mi interior no haberle hecho daño. Continuo aturdida, le ordeno a mi cuerpo escapar y este parece obedecer, pero, una vez lo hace y me muevo en dirección a la ventana, regresa a su anterior lugar como si recibiera otra orden a la par. Mi mirada se clava sobre Derek, mi semblante tiembla mientras él se levanta nuevamente y se sacude el polvo con su mirada puesta otra vez sobre la mía.

  —¿Qué?—Una sonrisa se posa nuevamente sobre su rostro—¿Le llegó el mensaje?     

Hago aparecer mis garras mientras mis colmillos comienzan a asomar.

Si se cree que por ser un alfa tiene ventaja sobre mí, entonces no recuerda aquella noche en la escuela donde Paige debía morir.

  —Está bien Derek, lo reconozco, Eva sigue aquí—confieso mientras giro a su alrededor, ambos damos vueltas por la habitación—¡Y voy a obligarla a ver como quiebro tu cuello!

Paradox ↯ Teen WolfWhere stories live. Discover now