Capítulo 13: El Misterio Revelado

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Los minutos seguían pasando demasiado rápidos para Ronny, que dudaba. ¡La una y media! El rayo de la linterna volvió a alumbrar los alrededores. De pronto Ronny se encogió de hombros y soltó una breve carcajada.

—¿Qué hago acá esperando? ¡Quizás fue un chiste de alguien? Contraeré una regia neumonía.

Ronny guardó el celular porque la luna volvía a aparecer y emprendió el regreso. Caminaba lentamente con la cabeza erguida. Tenía la mirada fija en una ventana del primer piso en el hotel.

—Hasta ella era algo demasiado bueno para ser verdad—murmuró con amargura.

Tiró con furia el cigarrillo, y súbitamente se paró en seco y giró sobre sí mismo. ¿Había pronunciado su nombre?

Esperó en silencio, y de pronto se oyó nítidamente una voz grave y ronca que parecía venir de la cabaña:

—Ronaldo.

Ronny quedó tenso. Casi involuntariamente llevó la mano al revólver, y luego avanzó sigilosamente hacia la cabaña. Volvió a detenerse al oír otra vez la voz:

—Ronaldo, Ronaldo David: ¿No has venido?—La frase fue dicha en alemán. Ronny contuvo la respiración al divisar algo que se movía a la sombra de la cabaña, y...

—¿Pablo, eres tú?—preguntó en el mismo idioma, y aunque no quiso, la voz le salió con un leve temblor.

—¡Ronaldo! ¿Dónde estás?

Fue un grito ahogado, desgarrador, y la sombra avanzó tambaleante. Ronny no vaciló más y fue a su encuentro. Pronto quedaron frente a frente, ambos callados e inmóviles. La luz de la luna alumbró un rostro desencajado de hombre, de ojos desorbitados que parecían deslumbrarse de algo increíble.

—¿Eres Pablo Winelmann?—Ronny tomó al hombre por un brazo y lo sacudió y de pronto lo vio reaccionar.

—¡Ronaldo! ¡Pequeño Ronaldo! Es cierto... —La voz se quebró en un sollozo y Ronny se vio aprisionado en unos brazos como garras que lo apretaban desesperadamente.

—Sí, soy yo, ¿y tú? ¿Eres Pablo? No te violentes. Leí... leí el mensaje y vine.

—¡Oh! ¡Gracias a Dios que viniste!... ¡Quince años he esperado este momento! ¡Quince años he esperado para al fin contarte toda la verdad! ¿Seguro eres tú? ¿O será otro de mis espejismos...?

—¡Soy yo, claro que sí!—replicó Ronny con energía— Soy Ronaldo, en carne y huesos, y si no me sueltas pronto te golpearé. Me estás quebrando un brazo. Tranquilízate... ¿Quieres un cigarrillo?

—¿Un cigarrillo? ¿Fumas?... ¿Ya fumas?—El hombre lanzó otra exclamación y de pronto aflojó los brazos y casi cae desplomado al suelo.

Ronny, lo arrastró hasta un tronco que se hallaba más allá de la cabaña, a la sombra de dos pinos inmensos. Lo hizo sentar y le ofreció cigarrillos, pero el hombre estaba como en éxtasis y hablaba incoherencias y frases sueltas que apenas podía entender.

—Bueno... ¡habla! ¡Habla por favor! —Ronny no podía dominarse más.

Todo le parecía ahora un sueño, y algo como un fuego lo ahogaba por dentro. El hombre había quedado callado mirándolo incesantemente.

—¿Cuál es el secreto? ¿Cómo llegaste acá? ¿De dónde vienes?—preguntó con insistencia.

—Ronaldo, no hay duda. Eres tú—el hombre habló con voz ahogada— Siéntate, Ronaldo. Es una historia larga y cruel. Siéntate, muchacho.

Ronny obedeció en silencio. Pablo dejó caer la cabeza sobre el pecho y parecía meditar profundamente. Parecía un gigante vencido. Cuando al fin levantó otra vez la cabeza, comenzó a hablar con una extraña calma:

Luz que no se apagaOnde histórias criam vida. Descubra agora