CAPÍTULO VEINTE

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Po regresa al campo... pues, no del todo. En derredor, todo acontece tardo, pesado en extremo, como si ese lapsus hubiese sido encapsulado hasta colapsar. La tormenta, el valle, la batalla, su ejército, sus compañeros, los oponentes, el General Sun quien lo ha escogido como blanco. Todo deja de percibirse normal, no se explica lo que está pasando. La lluvia, es una multitud de gotas suspendidas, se mira las palmas y ve cómo éstas chocan allí y se desmontan con exagerado detalle. Cree que está soñando, incluso, que ha muerto, pero al mismo tiempo siente una fuerza indescriptible fluyendo dentro de él en cada fibra de su existencia. Le asusta en cierta manera, ¿cuánto durará?

~ ¿Qué...? ¿Qué es lo que ocurre?-se pregunta suspendido en desconcierto.

Hay cosas que van más allá de lo descifrable, pero no queda tiempo para largas explicaciones. Po, se encuentra al borde de la dimensión del tiempo que los sostiene. No obstante, no es posible que aquel efecto surja por sí solo, algo lo provoca, algo que también él mismo activa sin afectarle como al resto.

Po mira a su lado. Tigresa está allí en plena acción de batalla, casi congelada, y él, toca su hombro. Al instante ella exhala muy exaltada, como si despertara de una pesadilla, ahora, está al borde del tiempo junto con él.

~ ¡Pero...!-exhala descubriendo el fenómeno en derredor- ¿Po? ¿Qué... está sucediendo?

El panda no responde, oye una voz que dice su nombre, atraviesa todo el campo hasta donde se encuentra. Le anuncia que está muy cerca, que ha llegado el momento...

~ No puedo explicarlo-pronuncia él meneando la cabeza-, pero creo que lo sé, es la señal...

~ ¿Señal?, ¿señal de qué?

La mirada de Po perdura en la nieve caída en los cerros a uno y otro lado de la fortaleza, Tigresa no consigue ver lo que a él le ha capturado su total atención, y revela:

~ El Guerrero Fénix ya está aquí...

Se ve desde el campo de batalla, desde La Mandíbula tras la fortaleza Huangyan, varios cúmulos de nieve yendo cuesta abajo sobre las escarpadas piedras como dientes caninos, muy ágiles e inadvertidos. Po, no tardó en darse cuenta de que no se trata de simple nieve... De allí, emergen como hierva una treintena de pieles albinas por debajo de sus capas, capas y vestiduras de un vivo color carmesí. Éstos, en un mismo movimiento, descubren bajo sus pisadas una veintena de cañones camuflados tras tela y nieve. Allí, delante de ellos, aparece alguien en especial, a quien Po, con suma emoción, ha reconocido pese a vestir diferente a cómo la había conocido.

~ ¿Xué?-advierte Po-¡Es ella!

~ ¿Xué...?-dice Tigresa latiendo muy aprisa su corazón.

El borde del tiempo da claros indicios de liberar aquel lapsus a su cauce regular, todo en derredor de Po y Tigresa comienza a fluir con prisa hacia la normalidad. La batalla abajo iba a continuar para ellos, mientras que arriba, en los incisivos del cerro oeste, recién va a iniciar:

"El Tigre, El Fénix y El Dragón"- Kung Fu Panda FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora