"Tiempo después de la lucha contra Lord Shen, Los Maestros del kung fu y Po, el Guerrero Dragón, se ven enfrentados a la evolución de la oscuridad por el destructivo descubrimiento de la pólvora. Pero, un inevitable evento, da el punta pie inicial...
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Se escuchan sus lamentos en gran parte del barco...
~¡AY!¡AUCH!... ¡Ahí! ¡Un poco más arriba!
~ ¿Aquí, señor?
~ ¡Sí!, esa parte me duele mucho-indica Po bastante cómodo acostado boca abajo.
~ Tiene usted razón, ¡tiene un nudo tremendo!-declara un conejo que está de pie sobre su espalda, masajea debidamente con sus patas aceitadas con especies muy aromáticas.
~ ¡AUCH!-exclama el panda, pero luego percibe satisfacción por sentir sus músculos menos tensionados que en un comienzo-Esto se siente muy bien... ¿Cómo has dicho que se llama?
~ Masoterapia, señor.
~ ¡Vaya! Podría estar así toda la vida...
~ Lo siento, pero la sesión acaba de terminar.
~ ¿Qué? ¿Por qué?
~ Demasiado tiempo dañaría sus huesos, y ya se me acalambraron las patas.
El masajista salta desde la espalda de Po y recoge sus utensilios.
~ ¿Y me vas a dejar aquí sólo con una toalla cubriéndome el trasero?-dice Po sin arriesgarse a moverse demasiado.
~ Si gira su cabeza a la derecha, verá su bata, señor.
Po gira sus ojos en la dirección indicada, efectivamente, allí está.
~ ¡Ja! ¡Es verdad! Gracias.
~ Espero que el masaje haya sido de su completo agrado. Lo dejo a solas para cambiarse; con su permiso.
~ ¡Ya estoy ansioso por la próxima sesión!
El conejo reverencia y se retira. Po tiene una sensación extraña, pero muy agradable si la saborea detenidamente. Lo han tratado con júbilo luego de vencer a Tai Lung y convertirse en el Guerrero Dragón, sin embargo, esto es distinto, se siente... importante.
No supo cuánto tiempo pasó desde que se quedó pensando en ello, quizás, el masaje hacía más que solamente desanudar músculos agarrotados. Lo único que lo regresó a tierra, fue el distintivo gaznar de Lee tras las puertas:
~ ¿Ya estás listo, panda?
~ ¡Un momento!-resopla fastidiado de que sea él quien lo espere.
Y con esa misma flojera, Po se amarra la toalla a la cintura.
~ ¡Ya! ¿Qué es lo que...?
Mas, quien entra, no es Lee.
~ ¡Ay! ¡Señor, Xiao Po!-exclama Lady Xué cubriéndose la vista con su manga bastante ruborizada- ¡Lo siento tanto! Creí que ya estaba vestido...
