CAPÍTULO TRES

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-Lucy...Lucy- Resopló Alexa con melancolía -No sé cómo ni a qué ritmo seguir mi vida con su ausencia-

-¿Te puedo hacer una pregunta sumamente personal?-

-Claro, dispara-

-Sé lo mucho que tú y yo amamos a Lucy, pero...¿Tú la amabas de otra forma?-

-Debes tener mucho alcohol corriendo por tu torrente sanguíneo para preguntarme eso. Estoy segura que siempre tuviste la curiosidad matándote lento y nunca te atreviste-

-Bueno, tú siempre te has manejado como una persona muy hetero y no quería ponerte contra las cuerdas preguntándote sobre ello-

-No estoy segura de ser hetero ni de ser gay o bisexual o cualquiera de esos términos que les encanta emplear a la sociedad para marcarnos como si fuéramos reses. Pero no puedo negarte que con Lucía siempre existió algo sumamente especial -

-¿Estabas enamorada de ella en secreto?-

-Desde el kínder- Respondió con los ojos llenos de lágrimas. -Y nunca me atreví si quiera a darle un beso. Nunca sabré que hubiera pasado si...-

-¿Si se lo hubieras contado?-

-Lo más seguro es que me habría friendzoneado, pero me tocará vivir eternamente con la duda-

DOS DÍAS MÁS TARDE.

-Buenos días...- Estrechó la mano de aquella mujer mayor que ostentaba el cargo como Directora de "The Children's Trust", el mismo orfanato en donde veinticinco años atrás había sido abandonada junto a su hermana -Ayer estuve de visita por aquí pero su Secretaria me informó que tenía la agenda llena-

-Gusto en conocerla señorita Jauregui- Desde que la vio entrar a su oficina lo supo. No habría marcha atrás. El orden de las cosas había sido alterado.

Y esa visita únicamente podría presagiar tragedia y dolor.

-El gusto es todo mío Señora Hansen- Aunque en su gafete se encontrara escrito el nombre de "MAMÁ DINAH", prefirió referirse a ella con toda la propiedad que la situación ameritaba.

-Pero por favor, siéntese...Y dígame ¿Qué le ofrezco?- Preguntó amablemente la mujer que seguramente rondaba los sesenta años. -Tenemos café descafeinado, con cafeína, té de tila, de manzanilla y también tenemos té helado de limón orgánico que no es por nada pero está riquísimo-

Lauren se sorprendió ante tanta amabilidad. Se imaginaba a una mujer vieja sí, pero sumamente cerrada, amargada y prepotente. -Pues ese té helado de limón suena genial-

-Te aseguro que sabe mucho más genial de lo que suena- Respondió en un tono bastante jovial. Después tomó el teléfono para pedirle a su secretaria dos vasos con té helado -Y bien Lauren...¿A qué se debe la urgencia por entrevistarte conmigo?-

-Verá usted...- Tomó un poco de aire para continuar. Naturalmente hablar de todo aquello no resultaba para nada sencillo. Había sido una mujer sumamente segura de sí misma toda su vida, pero ahora mismo sus manos temblaban -Hace 25 años me abandonaron en este mismo orfanato, fui adoptada por una familia estupenda y la vida ha sido bastante bondadosa conmigo, sin embargo llegan momentos donde tu mundo da un giro de 180º que te llevan a tomar decisiones radicales-

-Como querer encontrar a tus verdaderos padres- Intentó adivinar la mujer. No sería ni la primera ni la última vez que una chica de la edad de Lauren se presentaba con una crisis existencial para pedir exactamente lo mismo.

-No. Ellos no me interesan- Habló con total sinceridad -Estoy agradecida con mi madre por no haberme abortado y darme la oportunidad de labrar mi propio camino, así que no le guardo rencor ni a ella ni al hombre que me engendró, pero tampoco encuentro utilidad alguna en conocerlos-

EL HUBIERA SÍ EXISTE  (CAMREN)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu