Capitulo 5

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Capítulo 5

 

 

Me volví a despertar por unas sacudidas. Abrí mis ojos y vi a unos ojos azules muy conocidos frente a mí.

— ¿Vieron? Les dije. Estaba despierta. —Sonrió y beso mi mejilla con suavidad.

—Niall, todos vimos como la sacudías para despertarla. —dijo Liam acercándose y beso mi frente.

—Mentira. ¿O no, princesa?

Asentí dándole la razón a Niall. Solo para ver su gran sonrisa. Me encantaba ver la sonrisa de mi mejor amigo. Más si era dirigida a mí. Todos en fila me saludaron y comenzamos a hablar de como yo había sido hombre todo este tiempo a los ojos de mis amigos. Y me regañaron por eso también. También entendieron las razones de porque yo no lo había dicho y admitieron que me tratarían con más delicadeza si lo hubieran sabido de un principio. Luego cambiamos de tema y después ya nadie paraba a los chicos de hablar. Y dicen que los hombres no hablan mucho. O mis amigos no eran hombres o los estudios estaban mintiendo. No era algo de importancia, pero siempre pensaba en ello. Era una forma de despejar mi mente de cosas que yo no quería pensar. Como por ejemplo, Zayn. Eso era un tema muy aparte, por el cual yo no quería ni pensar ni escuchar nombrar. Bastante había costado decirle que no como para que mientras estaba con sus amigos pensara en él. Y en realidad lo estaba haciendo ahora, pero no contaba. Sentí el nudo en mi garganta y volví al presente acomodándome en la cama mientras los chicos reían a mis costados. Todos sentados sobre la cama.

—Bien, princesa. Necesitamos buscar a las chicas que están desesperadas por ir a ver a su amiga. —Dijo Niall mientras tenía la vista pegada en su teléfono, al igual que todos los demás.

—No hay problema. Me preparare para escuchar sus regaños. —sonreí y uno a uno se despidieron de mí, diciendo que no tardarían mucho. Y también que iban a tomar mi coche para dejarlo ya aquí. Les agradecí por ser tan considerados conmigo.

Finalmente, la puerta se cerró y el silencio lleno el lugar. Con mi mano busque el control remoto. El silencio se me haría ensordecedor y no tendría otro remedio que pensar. Porque era lo único que hacia al estar de esa forma. Nunca había estado en el hospital. Ni cuando los empleados de papa me golpeaban demasiado fuerte. Siempre me curaban mis hermanas preguntándome como me lo había hecho. Y yo siempre inventaba una nueva mentira. Aún no sabían que me golpeaban por cualquier error que cometía mientras ellas estaban en el colegio o cuando iban a jugar al parque.

Cuando encontré el control, me sentí aliviada. Pensar en eso me dolía de sobremanera. Era algo que no soportaba. Pero si no volvían pronto yo me volvería loca. Prendí la televisión, pero mi mente ya estaba divagando y no prestaba atención a nada de lo que pasaba. Un escalofrió paso por mi columna al recordar los gritos de mi padre. A los seis años, yo aún no sabía hacer muchas cosas. Pero no era algo que parecía importarles a mis padres.

— ¿Es que no puedes hacer nada bien? —Mi padre dijo, mientras yo temblaba como una hoja en el umbral de la cocina.

—Lo-lo siento. —Susurre mirando al suelo.

Me daba miedo cuando mi padre usaba ese tono. Nunca acababa bien. Al menos yo. Lo escuche pararse. Y la silla se cayó. Lo ignoro y camino hacia mí. Vi la suela de sus zapatos y cerré mis ojos. Sentí el golpe en la cabeza y no pude mantenerme en pie. Caí al suelo de rodillas y sentí como mi diente de leche se aflojaba. Sentí el sabor metálico en mi boca e hice una mueca. Tambaleante me pare. Frente a mi estaba Frank. Abrí mis ojos muy abiertos y volvieron mis temblores.

—No, papi. Lo siento. No volverá a pasar.

Junte mis manos mientras las lágrimas caían por mis mejillas.

No te odio (Zayn Malik y Tu) (Book #2)Where stories live. Discover now