Capítulo 43: " Con él"

Comenzar desde el principio
                                    

Repite la acción, pero esta vez coloca su cuerpo detrás del mío. Trago una gran cantidad de saliva y oculto mi nerviosismo tras una posición tan rígida como la de una estatua.

— ¿Recuerdas las lecciones? — susurra muy cerca de mi cuello. Me atrevo a solo reír, en un intento por demostrar que esto no altera mis hormonas ni revoluciona mis pensamientos.

Agradezco ser mujer.

— Las tres lecciones —respondo, como buena alumna.

— Aprendiste las lecciones de un cazador — hace un toque molesto en mi cuello. Y tan molesto como imaginarlo poniendo esas tres reglas con otra. Con la rubia de esta mañana por ejemplo...

Y entonces, se me ocurre algo genial qué decir.

— Como no hacerlo, si las aplique muchas veces...

Una de sus manos toma mi hombro y me hace girar en cuestión de segundos. Sus ojos verdes me escudriñan con cierto enfado. No me hace mucha gracia que el momento ardiente haya desapreciado tan rápido.

— ¿Qué tan lejos llegaste con el granjero?

Mi ceño se frunce, experimento un poco de indignación ante una pregunta tan retrógrada.

— ¿Qué se supone que se hace en las relaciones de cuatro meses? — inquiero.

— No has respondido mi pregunta.

Quito sus manos de mis hombros y le doy una mirada furiosa, seguido de esto decido caminar un poco lejos de él para aplacar un poco mi molestia. Cuando pasan aproximadamente diez segundos, giro y empiezo a hablar.

— Tengo metas en mi vida y soy muy perseverante con ellas. No iba a arriesgar algo en una relación tan prematura como la de Joseph.

— Mirian, por favor. No empieces a ser melodramática, ¿podrías responderla sí o no? —su voz un tanto cansada y hasta aburrida de mi pequeño discurso, me hace pensar que Marlon Burckhardt es un cerebro demasiado simplista.

— Está muy fácil...

Un ¡Ja! sale de su garganta, luego veo en el un gesto que me dice está a punto de lanzar algún tipo de cátedra masculina.

— Mirian, hermosa... ¡Los hombres somos muy literales! No hay segundas interpretaciones, no hay palabras entre líneas. Nosotros tal cual lo hablamos es lo que pensamos, así que te pido por favor, seas exacta conmigo y no me des un acertijo por respuesta —un pequeño suspiro sale de sus labios.

Qué interesante...

— ¿Eso quiere decir...? —pregunto, cual niña que acaba de descubrir la fórmula secreta de la Cangreburguer.

Que, por cierto, contenían cangrejos.

— Que si decimos me gustas, es porque realmente me gustas; si decimos que queremos estar solos, no hay segunda interpretación, es más quizás en una gran medida verdaderamente necesitamos libertad. No es simplista, es solo practicidad.

— Bien —las comisuras de mis labios se curvan hacia abajo—. Entonces aquí está tu respuesta campeona...

En sus ojos detecto la seguridad absoluta de lo que diré, y hasta puedo ver en sus labios el pequeño inicio de una gran sonrisa.

— Joseph y yo tuvimos sexo un par de veces.

...

De regreso a casa, Marlon ha permanecido un poco callado o al menos así lo parece. He pensado en decirle que mi comentario fue una broma, pero me detiene el pensar que él le está otorgando demasiada importancia a mi virginidad. Me preocupa un poco que mi rizado chico, siendo él de una mente tan abierta y moderna, aún mantenga tal prejuicio en su mente.

WHEN SHE WAS HIS FRIEND.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora