Capítulo 12: "No es malo desear"

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No se traumen con el gif... (͡° ͜ʖ ͡°)

¿Recuerdan esas películas de los ochenta en donde las parejitas enamoradas veían películas en sus automóviles descapotables?

Pues es esta la primera vez en la que puedo afirmar con toda la seguridad del universo, que estoy viviendo una verdadera cita romántica.

Joseph y yo hemos comprado palomitas y helado para ver una película al aire libre sobre su auto. No sabía que existían aún este tipo de lugares en Charlotte, y me hace muy feliz que este, en especial, no se haya extinguido de la ciudad.

Al principio, tuve miedo de arruinar la capota del hermoso auto de mi cita, pero esos temores de disiparon cuando me di cuenta de que a Joseph parecía importarle poco que estábamos arruinando la pintura roja de la carrocería.

¿Dónde has estado todo este tiempo, mi esperado galán?

Michi, vamos por pasos, ¿sí?

— Dime, por favor, que te he sorprendido —me dice, mientras me dedica una sonrisa amplia y resplandeciente. Su cabello castaño se agita un poco con el viento y sus labios se ven provocativos. No puedo evitar sentirme algo grogui por ese aspecto tan sensual.

— Bueno, me siento como Sandy de Grease, claro que... ¿tú no tratarás de sobrepasarte conmigo, cierto? —pregunto con un toque de diversión. Luego, me siento estúpida por haber dicho tal broma.

Es la inexperiencia.

— Claro que no, esperaré a que tú lo hagas primero —me guiña un ojo.

Toso un poco, yo no quiero aprovecharme de él, ¿o sí? Cambio de tema para no sentirme más avergonzada de lo que estoy, aunque es una vergüenza buena, de esas que te encienden las mejillas y te hacen latir más fuerte el corazón.

— ¿Cómo sabías de este lugar? Nunca pensé que a las parejas aún les gustaba lo clásico. Me hubiera encantado venir antes.

Joseph deja a un costado su helado y me mira algo ceñudo.

—Hay una cosa que amé que saliera de tus labios y la otra no me gustó mucho.

Repaso en mi cerebro cada de una de las palabras que acabo de pronunciar.

—¿Dije algo malo?

— Me agrada que hayas utilizado la palabra pareja para referirte a nosotros —observa hacia en frente y suspira, después me mira y toca mi nariz con la punta de su dedo—. Pero definitivamente, no me gusta la idea de que vengas con otro chico aquí.

Caray, debiste haber salido de un cuento de hadas.

...

Titanic es una de las clásicas películas que no me canso de ver, así que, el hecho de estar al lado un chico guapo mientras veo a un galanazo como Leonardo DiCaprio, me convierte en una tipa afortunada. Extraño, pero por primera vez siento que empiezo a vivir. Y por esto me refiero, a que los veinte años de mi vida me la he pasado detrás de un montón de libros imaginando una cita como esta, o soñando con que algún personaje pueda salirse mágicamente de las páginas con todo y sus frases lindas, solo para sacarme del oscuro tedio y la monotonía. Pero ahora el momento ha llegado. La risas y ocurrencias entre Joseph y yo me hacen preguntarme por qué hemos coincidido y, sobre todo, por qué él me mira como si empezara a gustarle.

— ¿En qué piensas? —pregunta mientras yo jugueteo con el vaso de yogur, el cual está ya vacío, pero no pienso pedir más. Estoy más que satisfecha.

WHEN SHE WAS HIS FRIEND.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora