Capítulo 36: "Gracias, vida" Parte II

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Marlon: 

Un par de buenos cigarrillos. 

Coloco uno en el espacio entre mi cráneo y el cartílago de mi oreja solo para sostenerlo y verme más cool; y el otro, lo sujeto con mi boca. Un par de caladas y lo único que hago es soltarlo desde mi ventana. Con los brazos apoyados en los borde de esta, puedo ver como se pierde en el trayecto y quizás se desploma en el sucio pavimento de mi barrio. 

Suspiro. Hoy es de esas tardes normales. La clase de tardes que siempre tiene Marlon Burckhardt. 

¿Cómo suelen imaginársela todos? 

Voy a  adivinarlo.

Todo está relacionado con moticicletas, alcohol, clases de cocina, rubias, pelirrojas, etc. 

Bueno creo que seguro decepcionaré a la mayoría de mujeres que me han visto una vez en su vida. Si claro, ese tipo de mujeres prejuiciosas que solo ven lo que sus cabezas han imaginado. Y de hecho no se han equivocado en la mitad de cosas que creyeron. Soy el tipo de hombres que sale a fiestas y se divierte hasta altas horas de la noche con sus amigos. Bebe cerveza y termina coqueteando con alguna mujer que se le acerca.  Habla groserías con sus amigos y cuenta una que otra aventura sexual en sus reuniones de Instituto. Y por supuesto también soy el tipo de chico que ha tenido noches apasionadas con alguna compañera de clase. En eso ella no se equivoca.

Pero también soy el tipo de chico que se levanta muy temprano para ir al Instituto. El que llega puntual a todas su clases de diseño gráfico y es felicitado por sus profesores. Soy el que tiene una extraña y fuerte obsesión por la torta de chocolate, y ama la comida chatarra. El que sale a correr todos los fines de semana para mantener el cuerpo en forma. El que busca trabajos temporales para poder pagar su departamento. El que tiene un hermano mayor que lo apoya económicamente. El que tiene una madre alcohólica y una hermana de ocho años que vive en casa de la abuela. El que ha tenido excatamente cuatro novias formales en toda su vida; una, cuando tenía 13 años; la segunda, cuando era un chiquillo de diecisiete; la penúltima —y a la que jamás quiero volver a ver—, cuando tenía diecinueve años (mi más larga y estable relación); y la última (y la más fugaz) hace unas semanas.  A ninguna, recalco, a ninguna le he sido infiel y los que me conocen a la perfección deben saberlo. No obstante, hay muchas teorías estúpidas acerca de mi personalidad. Teorías que no me interesan en lo abosluto, pero que me hacen preguntarme por qué me consideran como un ser sin sentimientos. 

¿Cuándo le he roto el corazón a alguna chica? 

Suspiro por segunda vez en mi ventana. Estoy tratando de analizarme crudamente para encontrar el gran defecto por el que aquella castaña de grandes mejillas, me condena siempre. 

"Marlon, tú eres un estúpido mujeriego".

"Marlon eres un idiota que solo piensa con su aparato reproductor".

Esas son las típcas frases de Mirian Paz. 

Y bien, puede que tenga en mi mente el sexo. Pero no es que desayune, almuerce y cene acostándome con alguna chica. Es decir, qué clase de maquina sexual me cree ella. No soy como los personajes abrumadores y arrolladores de sus novelas fantasiosas. Soy tan real como los chicos que ve a diario es su tonta Universidad de listesillos. Tan real como su novio idiota y tan real como su padre. 

Y pese a todos mis defectos, jamás he jugado con los sentimientos de una mujer. La veces en las que decidido echarme un polvo con alguna compañera de clase o cualquier otra mujer que he conocido en un bar, ha sido por mutuo acuerdo. Nunca le he dado esperanzas a una chica para que crea que después de acostarme con ella seré el amor de su vida. Siempre he sido claro. 

WHEN SHE WAS HIS FRIEND.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora