Epilogo

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Corrí como si la vida se me fuera en ello.

Mi vientre estaba enorme pero no me impedía seguir corriendo, es mas, sentía como si mi bebé me diera fuerza.

Lo escuché reír tras de mí, fruncí el ceño y trate de acelerar mi paso pero ya era tarde.

Akim me había agarrado por la espalda y me tenía presa en sus brazos.

--Dejame ganar aunque sea una vez.-- Estaba muy enojada, él siempre quería ser el número uno.

--Ya ganaste el corazón de este campeón, ¿Qué más le pides a la vida, mujer?

Su ego me hizo reír, era un idiota. Pero era Mi Idiota.

Pronto iba a nacer mi bebé, aún no sabía cual sería su nombre. Yo quería una varón pero Akim estaba convencido que sería una niña.

--¿Qué harás cuando tu hija encuentre a su pareja?

--Czarina, si que sabes como ponerme de malas.

Sonreí, victoriosa. Al menos me llevaba ese gusto.

--Mi hija jamás será digna de ningún perro estúpido o un débil Vurdalak mestizo.--Continuó, llevándome al arroyo.

Se lavó la cara y luego floto conmigo en brazos sobre el agua hasta que llegamos al río.

Me recostó sobre el agua. Mi vestido blanco se pego a mi piel, convirtiéndolo en transparente y Akim con toda la delicadeza posible, extendió mi cabello rojo sobre el agua.

Se colocó sobre mí y admiró su trabajo.

--Pareces una diosa, Czarina.

--Y tú un dios, mi amado.

Me beso, ahí, flotando sobre mi. Yo en el agua y él en el aire. Era casi mágico.

De pronto, sentí una patada de nuestro bebé que distraerme y por poco hundirme como roca. Sin embargo, Akim me detuvo, como siempre rescatando a su doncella.

--Nuestra pequeña moverá mundos, Czarina.

--Yo soy tu mundo y si que me mueve.-- Bromee, quejándome por el dolor al que nuestro hijo me sometía.

Akim me abrazo mientras flotaba conmigo sobre el agua, hasta que sentí su cuerpo tensarse y dirigir su mirada hacia un lugar en específico. Lo seguí y me sorprendió lo que encontré.

Un cachorro, muy pequeño, de tal vez cinco años o eso aparentaba.

Nos observaba fijamente, más bien a mí, a mi vientre.

Akim gruñó molesto, al parecer entendiendo lo mismo que yo.

--¡Ni loco! ¡Te mataré antes que se te ocurra quitarmela!

El pequeño se tenso en su lugar, más no se movió ni un centímetro.

Akim quiso dejarme en la orilla para ir tras el pequeño, pero antes que lo hiciera, tomé su mano, llamando su atención.

--¡No te atrevas! Ella tendrá un futuro y el amor deberá estar presente en el.

--¡Luka! ¡hijo, ¿dónde estas?!.--A lo lejos se escuchaba la voz de una humana. Algo que extraño tanto a Akim como a mi, pues el pequeño parecía ser un Alpha.

--Vámonos, Akim.

Luka no despegó la mirada de nosotros ni un segundo. Antes de irnos, voltee una vez más. Levanto su pequeña mano y susurro un "Angela"

--Angela.--Susurre.

--¿Angela?.-- Pregunto Akim, acariciando mi vientre.

--Si, lo he decidido.

--Sus deseos son órdenes, mi reina.

Y así, entre los brazos de Akim, fue llevada hasta las nubes, con un beso y la sensación que está nueva y maravillosa vida, apenas comenzaba.

Czarina tiene un SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora