Capítulo 14

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Después de lo que paso, Gavrel salió de la casa. Se quedó sentado afuera cuidando que Dema no se acercasé.

Me desvesti y me adentré en el agua, todo mi cuerpo se relajo al instante. Mis músculos soltaban la tensión acumulada mientras lavaba la tierra y sangre de mi cuerpo.

Comencé a tararear una canción de cuna que Gena me cantaba cuando era niña, una leyenda de la península ibérica que, a lo largo de su vida, Gena había aprendido. Su pareja era de una manada de ese lugar, muy lejano a nuestras frías tierras.

Hablaba sobre el deseo de una joven muchacha para contraer matrimonio y cómo, danzandole y rogándole a la Madre Luna cada noche, pedía lo que su corazón más anhelaba. La luna le ofreció a la muchacha tener un hombre en su vida, pero a cambio, la luna quería a su primer hijo. La muchacha acepto y al momento en que nace el bebé, el esposo de la muchacha lo ve y se enfurece al ver que la criatura no es como él. Así que asesina a la muchacha y abandona al bebé en un matorral, es ahí cuando la Madre Luna, coge a su hijo y lo cuida.

Amaba muchísimo ese triste relato.

Una vez que termine y me vestí con una túnica blanca que hacía resaltar mi cabello de fuego, Gavrel entró.

—Czarina, el Alpha se acerca.

Retrocedi instintivamente. ¿Tan pronto? Aún no estaba lista, ¿Dónde estás, Akim?

De pronto la puerta se azotó con fuerza, dejando ver al Alpha Oleg, junto con Dema y dos soldados más.

—Nos vamos, no confío dejarte aquí, Czarina. Tu amante podría regresar por ti.

—¿Dó-Dónde vamos, Alpha?.— Pregunté, bajando la mirada.

—Eso no te importa, zorra. Solo lleva lo que creas necesario.— Escupió Dema, observándome con desprecio.

Pero me arme de valor.

—Lo siento, Dema, ¿Qué dijiste? El dolor de mi rechazo no te deja hablar bien.

Vi su rostro ponerse rojo de ira, mientras yo trataba de no echarme a reír ahí mismo.

Pero aunque yo trataba de contenerme, Gavrel y los otros dos soldados no pudieron. Hasta pude ver como el Alpha salía del lugar para no ofender aún más a Dema.

Trato de impactar su puño contra mi cara pero los presentes los detuvieron. Me miró con toda la rabia que tenia y salió, dejando que por fin pudiera reírme en paz.

—Eso fue fantástico, Czarina. Se lo merecía.— Dijo Maks, uno de los soldados protectores de Oleg.

—¿Dónde iremos, Maks?

—De caza. Como bien sabes la mayoría ya entramos en calor y el Alpha no puede arriesgarse a penetrar a la Luna, así que nos iremos.

Había olvidado el calor por completo. No lo estaba sufriendo por mi embarazo, pero eso no significaba que los machos no dejarán de sufrirlo hacia mi.

¿El Alpha quería mandarme con seis machos, en pleno calor, de caza?
¿¡Por qué mejor no me mataba de una buena vez!?

No era una loba, pero no necesitaba serlo para observar la reacción de los cuerpos de los presentes hacia mi. Y no por que yo tuviese algo que los hiciera estar así, simplemente, no lo podían controlar.

—¡dioses! ¿Esto podría ponerse peor?.— Murmure, bajito, mientras abrazaba mi pecho, pues la túnica era blanca y no ocultaba tanto como yo quisiera.

—¡Nos bajos ahora!.— Grito el Alpha desde afuera.

—Gavrel, por favor, ¿tienes algo para que me cubra?

—¡Vamonos!.— Grito esta vez, Dema.

—Lo siento, Czarina.

Y fue así, como me empujaron fuera de la vivienda y empezamos la caminata.

No podía ir detrás pues creerían que escaparía. No podía ir en frente pues no era seguro. Tenia que ir justo en medio de los seis.

Por suerte, Dema, por ser el Beta, iba de primero y el Alpha iba de último.

Gavrel estaba delante de mí y Jan estaba atrás. Observando, por supuesto, el contoneó inevitable de mi trasero al caminar. El aire apestaba a excitación.

—¡Cachorro!.— Llamó el Alpha a Jan. ¡Por favor que no sea lo que estoy pensando!.— Controla a tu miembro. Todos podemos oler lo excitado que estas por ella. ¡Apesta!

—No lo culpe, Alpha.— Intervino Dema.— Ni siquiera yo se como no he saltado a ella.

Quise decir algo, insultar a Dema o gritarle algo pero no quería llamar su atención ni darle una excusa para ir tras de mi, así que lo ignore.

Pronto caería la noche. Era el momento favorito para cazar de el Alpha.

—Estamos cerca de un arroyo, preparen una fogata. Czarina y Maks, consigan lo necesario para prepararla. Gavrel y Jan, aseguren la zona. Conze, Dema y yo traeremos la cena.

Todos siguieron las órdenes del Alpha con rapidez. Me acerqué a Maks para empezar nuestra tarea.

—Las ramas y hojas secas las podemos encontrar a los pies de los árboles, no parece que hubiese llovido aquí en un buen tiempo así que no tendremos problemas.

Recolectar era lo mio. Estaba tan emocionada explicándole a Maks qué hacer, que no me di cuenta que no me escuchaba por estar observando mis labios y pecho intercaladamente.

Estos iban a ser unos días muy largos...

Czarina tiene un SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora