Capítulo 13

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¿Dónde estaba Akim? Era lo único en lo que podía pensar mientras miraba a Gavrel y Dema luchar a muerte.

Pensar en él me hizo enfurecer, todo era su culpa.

Debía escapar ahora que ambos estaban distraídos, pero cuando trate levantarme, mis piernas flaquearon y me derrumbe.

Suavemente lleve mi mano a mi sexo y efectivamente tenía sangre en el, no era mucha, pero al fin y al cabo, era sangre que Dema provocó en mi al penetrarme.

Gavrel tenía a Dema fuertemente agarrado del cuello en sus formas de lobo. Pero justo cuando iba a romperlo, el Alpha Oleg apareció rugiendoles a ambos.

Gavrel no tuvo más remedio que soltarlo.

—¿Qué sucede aquí?.— Gruño el Alpha, tratando adrede el no dirigirme la mirada.

Ambos se transformaron a hombres. Gavrel se acercó con prisa al Alpha y el sucio de Dema aprovecho para lanzarse a él por la espalda. Nuestro Alpha fue más rápido y lo golpeó en el pecho arrojandolo lejos.

—Alpha.— Hablo Gavrel mostrando respeto inclinando su cabeza y bajando la mirada.

—¿Porqué pelean, cachorro?

—Vi a Dema forzar a Czarina.

—No le crea, Alpha.— Mascullo Dema.— Estos dos son amigos y se quieren aliar para que Czarina no reciba su merecido.

—Czarina, ¿Dema te forzó?.— El Alpha Oleg aún seguía sin dirigirme la mirada.

—Si, lo hizo Alpha.

Dema gruño con fuerza atrayendo la atención del Alpha.

—Dema, no te mataré...

—¡Alpha!.— Intervino Gavrel.

—Soy tu Alpha, cachorro. Muestra más respeto.

—Si, Alpha.— Murmuró Gavrel bajando la mirada y relajando sus músculos.

—No te mataré, Dema. Pero te disculparas con Czarina. Serás azotado y harás todos los trabajos de recolección en la aldea.

—Si Alpha.— Sonrió triunfante Dema.— Czarina, discúlpame por enterrarme en tu delicioso y apretado coño.

Apreté los dientes con irá. ¿Eso era todo? Como los odiaba, ese Alpha incompetente y ese Beta sucia y lleno de maldad.

—Gavrel, lleva a Czarina a tu casa y encargate de ella mientras decido cual será la sentencia que le otorgare.

—¡Estúpido Alpha! ¡Pidame que me disculpe con esta estúpida manada!.— Grite a todo pulmón, ganandome un gruñido del Alpha.

—Vamos Czarina, yo cuidaré de ti.— Insistió Gavrel para que me fuera de ahí y el Alpha no se molestará más conmigo.

Estaba tan sumida en mis pensamientos que de un momento a otro estaba chocando contra la puerta principal de la casa de Gavrel.

—¡dioses! ¿En qué les he ofendido para que me traten de esta forma?.— Me quejé, provocando una risa profunda por parte de Gavrel detrás mío.

—No dudes de la bondad de los dioses, Czarina, tienen algo planeado para ti.— Murmuró Gavrel, mientras pasaba por mi lado para entrar a su hogar.

No conteste nada, solo bufé.

La casa de Gavrel era realmente pequeña, pues sólo vivía él, aún no tenia a su pareja eterna. Muchas de las que yo llamaba "mis amigas" suspiraban por él y condenaban a Frejya por no emparejarlas con él.

Y ahora que lo pienso, quizá Frejya no quería a semejante espécimen con cualquier basura.

—Descansa, Czarina. Puedes darte un baño si lo deseas.

Eche una ojeada por todo el lugar, el baño estaba a la vista de la puerta principal, solo lo cubrían unas cortinas muy transparentes.

Observe incómoda a Gavrel quien en un principio no entendió lo que sucedida.

—¡Oh, por supuesto! Lo siento, yo estoy acostumbrado... Ya sabes... no tener que cubrir gran parte de mi cuerpo.

Sonreí, tratando de reprimir una carcajada por el doble significado.
Él lo entendió por que de pronto abrió los ojos como platos.

—Es decir.—Continuo con prisa, mientras yo trataba de no morir de la diversión.— Yo por supuesto que cuento con un gran... ¡Te lo puedo mostrar!

Negué con la cabeza y camine hacia el aseo, Gavrel seguía sonrojada por la confusión mientras que yo trataba de disimular lo más que podía.

—No te pediré que salgas de tu propia casa, Gavrel, eres él único que aún me trata con respeto. Pero por favor, no mires, no podría soportarlo después de lo que paso.

Mi dolor físico no era tan fuerte como el interior.

Recordarlo me ardía y estoy segura que hubiese optado por acabar yo misma con mi vida, sino fuese por que ahora otra más dependía de mi.

Lleve mis manos a mi vientre, Gavrel siguió mi acción sin poder ocultar el asco que se reflejo en su rostro.

Trato de ocultar cuando encontró mi mirada en él, pero no me lo había perdido.

Nos odian, no pertenecemos ahí.

Czarina tiene un SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora