Capítulo 15

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La sangre se volvía lava implacable que estimulaba los músculos del cuerpo, la intensidad del apetito por el conflicto, un temblor que dinamizaba los huesos y la extraña sensación de una mente despejada.

Hilda se había levantado, aunque Naru se había ofrecido a ayudarla el joven solo encontró un empujón poderoso, nunca supo si fue por el clima o por algún tipo de alucinación del campo de batalla, cuando el muchacho de cabello castaños y rostro herido vio a la persona de su lado con una mueca de emoción por los sucesos y por el oponente, como si su alma y corazón fueran pintados de negro. Solo levanto un dedo en cual el mundo parecía haberse detenido.

—¡Disparo de lodo, acróbata!

Naru notó una actitud extraña en ella, no solo sus pokémon se movían al unísono como si supieran que hacer a la perfección a pesar de la ambigüedad de las palabras, sino que Hilda con aparentes heridas también corría hacia su enemigo.

Los proyectiles oscuros fueron detenidos por la barrera invisible característicos de Hypno, pero la diferencia era marcada la intensidad y precisión eran de otro pokémon, una imperceptible cuarteadura se formó en la fortaleza imperceptible y una veloz ala la rompió asestando un golpe en el rostro del tipo psíquico. Su masivo cuerpo fue despedido hacia un árbol que con violencia se sacudió.

—¿Qué te ocurre, ya te cansaste chico grande?

Incrédulo permaneció en el suelo con las garras extendidas como defensa, la nariz en forma de garfio había cambiado para ser más pequeña y con una gran curva, la piel del pokémon se teñía de un color blanco en forma de yagas alrededor de la cabeza.

—¡Sigan atacando! —la rapidez con que Hilda se movía era propia de un atleta bien entrenado.

El coloso furioso saltaba un grito ante la fuerza de los ataques que no paraban, las esferas de lodo y las corrientes de un viento estridente causaban que la distancia entre los chicos y el agresor se incrementara.

Naru solo observaba desde el suelo cercano a un árbol, Hilda agitaba sus manos y recorría de un lado a otro la mitad del campo de batalla y en cada ocasión agachaba su cabeza o encorvaba su cuerpo como si viera buscase algo. Los gritos de fuego no cesaban, y en cada acción la resistencia de los dos seres de tonalidad azul se volvía menos precisos, y por su parte hypno esquivaba en cada oportunidad con la destreza de un luchador sereno. Pero de su cuello cayó un artefacto de color negro.

Las manos amarillas se entendieron para estrujar algo desconocido, en medio de la trifulca algunos troncos se habían esparcidos a los alrededores del campo, y como si fuera el metal a un imán, los restos de un árbol muerto se acercaban para atrapar, antes que todo, al alado compañero de Hilda.

El intento sirvió de poco pues la entrenadora de cabello alborotado había ordenado esquivar, pero ante lo que se había convertido en una pelea de resistencia, mudkip fue torturado por los troncos movidos por la energía psíquica.

Era demasiado joven, la chica fue a rescatar a su querido amigo. Dio un salto para aterrizar y abrazar a su compañero mal herido y en su lugar, fue su cuerpo resentido por los movimientos poco ortodoxos que  la anclaron sin escape, su rostro fue iluminado, una esfera de energía maliciosa fue cargada.

"¡Hiper rayo!"

Llegó desde los aires el segundo camarada de la desafiante chica, pero basto solo un roce del calor acumulado para apartar todo intento de interferencia, el único resultado fue una quemadura en el cuerpo.

Pero una pegajosa trampa fue puesta en una mano de hypno, jaló en dirección contraria y la concentración de energía le libero antes de ocasionar algún daño, los ojos de entrecerrados de él némesis se abrieron más al verse engañado por el mocoso de la otra vez, un trago amargo recuerdos se encendieron cunado divisó entre la vegetación invernal la débil y afeminada figura  de un coordinador aterrado, atrincherado con el corazón y el estómago que habían cambiado lugares.

Pokémon: Sweet and Bitter StepsWhere stories live. Discover now