¡Soy como tú! [Terminada]

•Capitulo 1•

-¡Diana Ariane Aldridge Bennet!- gritó mi madre al ver cómo me estaba comportando.

-¿Qué?- me hice la inocente mientras me encogía de hombros.

-¡Bájalo ahora mismo!- su tono de voz remarcaba su enfado.

Rodé los ojos y, sin otra opción, tuve que bajar a mi pretendiente el Príncipe de las Costas del Sur", el cual tenía colgando del pie con una cuerda. Hasta su nombre era patético.

-Gracias.- sacudió su traje para quitarle las arrugas.

-Lamento mucho esto. Mi hija es un tanto... inestable a veces.- mi madre me echó una mirada de reojo.

-No hay problema. Yo... yo tengo que regresar con mis padres. Hasta luego, princesa Diana.- se inclinó en una reverencia para luego correr a toda prisa, casi dejando su silueta marcada en polvo.

¡Uno menos! Estaba satisfecha.

-Adiós. ¡La pasé muy bien!- una gran sonrisa estaba formada en mi rostro mientras me despedía con la mano.

-¿No puedes comportarte bien al menos una vez?- Me regañó mi madre.

-Ya te había dicho que no quiero casarme por obligación. Si me voy a casar, voy a hacerlo por amor.- me crucé de brazos, dejando de sonreír.

-Hola a las damas más bellas de este palacio.-mi padre, el rey, fue borrando su sonrisa al ver la tensión en el aire. Sonreí inocentemente.

-Pues dile a tu damita que se comporte como una.- la reina puso sus brazos en su cintura, molesta. Dejé de sonreír.

-Otra vez lo hizo, ¿no?- el rey pasó una mano en la cara, exhausto, para después mirarme y negar con la cabeza. Me achiqué en mi lugar con timidez.

-Ya les dije que voy a escoger a uno cuando me enamore de él.- Mi padre suspiró.

-Está bien. Sin presiones.-Suspiré al ver que la discusión sobre mi matrimonio terminaría allí.-Amor, creo que debemos hablar.- Miró a mi madre.

-De acuerdo. Hija, discúlpate con el príncipe y luego ve a tu habitación a pensar en si esta es la forma correcta de comportarte.

-Bien...- respondí de mala gana y, sin otra opción, salí del salón. A unos pasos de alejarme por completo, escuché mi nombre en la conversación de mis padres. Me paré en seco, giré sobre mi eje y me acerqué silenciosamente para poder escuchar correctamente

-Pero Diana no va a estar de acuerdo.-mi madre lo miró con preocupación.

-Es la única opción.-papá se veía firme. La reina suspiró para luego asentir.

-Está bien. Si mandarla allí es lo que necesita, lo haremos.

-Es una amiga de confianza. Ella va a estar bien. Además, puede que se haga amigos nuevos. Realmente necesita amigos.- Sonrió con algo de pena.

Estaba confundida y no entendía nada de lo que hablaban pero, al escuchar sus pasos acercarse, tuve que huir lo más rápido que pude. Querían enviarme a un lugar desconocido. ¿Para qué? ¿Y por qué necesitaría nuevos amigos? Necesitaba respuestas de inmediato.

***

-Buenos noches.- me despedí de mis padres con una inclinación de cabeza.

-Diana, hija, espera. Tenemos que hablar contigo.- mi padre me miró con seriedad. El miedo comenzó a recorrer mi cuerpo.

-De acuerdo. Tan solo... díganlo.- Suspiré tomando asiento.

-Con tu madre estuvimos hablando hoy y...- Lo interrumpí.