Freddy estaba soñando. Soñaba que corría y corría en un mundo oscuro. La oscuridad se esparcía como pintura fresca cayendo a un lienzo en blanco. Corría, no quería que aquella oscuridad lo tocara. Sus ojos llenos de lágrimas callendo como cascada por un precipicio.
Los sueños no son claros, pero las emociones que se sienten en ellos si. Sentía desesperación. La misma sensación que sentía cuando leía su relato. Observó con lágrimas en sus ojos un árbol rosado, era realmente tranquilizante para el ver algo que no lo asustara. Ese árbol le daba tranquilidad. Realmente sentía la necesidad de treparlo. Y lo hizo. Trepó. No sabia por que, pero lo hizo. Se aferró a lo primero que vio, que era una persona. Una persona totalmente oscura. Teñida de color azabache desde su cabello, sus ojos, su piel... Todo. Tal y como en los juegos cuando no haz desbloqueado a un personaje.
—¿Ves eso?—Preguntó la sombra, señalando la oscuridad que se asercaba, arrasando con todo y tiñéndolo con un sombrío color—Son tus demonios. Tienes miedo. Miedo de ellos. Pero no debes temerles, debes dominarlos— Decía abrazando al castaño, que lloraba en su pecho. Era realmente suave- Tienes miedo de no encontrarme... Nuestros mundos chocarán, ya verás. No estamos destinados a estar juntos, más correremos en contra del destino.
Freddy comenzó a llorar al ver que las sombras se llevaban a aquella figura. Se habia mezclado con aquella oscura pintura como si hubiera sido parte de ella desde el momento en que nació.
"Sus demonios" comenzaron a apoderarse de su cuerpo. Parecía que pintura negra lo había rociado.
—Te encontraré— Susurraba llorando-—Te encontraré y obligaré al universo a conspirar a nuestro favor, lo prometo....
Comenzó a despertar y al abrir los ojos, pudo percatarse de que sus mejillas estaban bañadas en lágrimas. Sus ojos brillaban como dos estrellas brillantes en medio de la oscuridad.
-S-Solo fue un sueño.... -Susurro tranquilizando se- Una pesadilla. Una horrible pesadilla.
Se levantó de su cama y se cambió. Salió al balcón y observó el cielo. Apenas amanecía. El cielo estaba pintado de colores cálidos, tan perfecto como si un gran pintor se hubiera tomado el tiempo de treparse a una nube y pintar cada uno de los colores de forma perfecta pero natural. Eso imaginaba Freddy cuando era pequeño y aún le gustaba intentar creerlo.
Miró al baldío y aquella mujer aun estaba allí, solo que aquella noche habia sido escrita la mitad de su rostro con una escritura que decía "comeme la polla"
—El artista dibujó el cielo- Comenzó a hablar en voz alta, observando aquella escritura— Y los aficionados intentaron seguirlo sin éxito.
Miró al balcón de su vecino. Habia un gato mayormente negro reposando en las rejas que dividían el balcón de la nada misma. Hacia frío. Mucha frío. Estaban en aquella época del año en la que el clima cambiaba de una hora a otra. Estaba totalmente convencido de que, pasadas las doce del mediodía, comenzaría a dolerle la cabeza por el calor. Siempre le pasaba eso. El ceño de dolía intensamente, como si el diablo mismo le estuviera clavando con uno de sus afilados dientes. Necesitaba reposar esos días, con un paño de agua fría en su cabeza idéntico al que le colocan sus padres a sus niños cuando alcanzan un alto nivel de temperatura corporal. Es decir, tienen fiebre.
—Clima, por favor, apiadate de mi...— Pedía, jugando con una de las largas mangas azules que llevaba. No traía nada abajo además de su bóxer, que era oculto por aquel enorme suéter. Su cabello caía sobre su rostro. Miraba la cafetería y veía como la gente entraba y salia de allí. Tenia hambre y no pensaba desayunar en casa. No esta en sus planes tener que luchar por una tostada con su hermano, que al fin y al cabo, siempre conseguía la tostada y el agonizaba de hambre.
—Me apetece un café— Susurró y luego miró al gato— ¿Y a ti gatito?
El gato ni siquiera volteó a verlo, pero Freddy fingió que le habia respondido y rió.
Se cambió la ropa y con sus dedos acomodó un poco su cabello. No estaba en sus planes tampoco peinarse.
Bajó las escaleras y le robó unos 60 pesos a su hermano. Suponía que le alcanzaría.
Cruzó la calle, con cuidado de que ningún auto lo chocara. No habia mucho transito en aquella calle, mas que niños y adultos llendo a la escuela o llendo al trabajo, mas eso era suficiente para que halla un escandaloso sonido.
6:34 am. El sonido era molesto.
Abrió la puerta y sintió un toque en su trasero. Se sobresalto.
—Adiós flor de orgullo, esto que está aquí es todo tuyo— Le silbó un muchacho claramente español. Es decir, el y su familia se habían mudado a España, ¿que esperaba encontrar? ¿Coreanos?
—¡Que soy hombre, mierda!— Gritó Freddy, volteando se. Aquel muchacho se espantó. Claramente, las expresiones faciales de Freddy eran de un muchacho, al igual que su voz. De espaldas podría pasar desapercibido como una linda mujer. Ternia cintura, el pelo hasta por debajo de los hombros y un buen trasero. Sus piernas eran delgadas y sus pies eran femeninos. Por detrás, simplemente por detrás.
De frente sus expresiones eran las de un muchacho, tenía una firme voz áspera pero no muy gruesa, su cuello era delgado, si, pero no el de una mujer. Obviamente, no tenia pechos y su cintura no era tan notoria de frente, o eso pensaba Freddy.
Freddy continuó caminando hasta llegar al café. Estaba repleto.
—¡¿Euros?!— Preguntó Freddy, mirando la cartelera— Disculpa me pero en mi país se paga con pesos— Susurraba Freddy para si mismo.
Era el turno de Freddy. En verdad no entendía nada. Odiaba ser extranjero.
—¿Pesos?— Preguntó una amargada mujer en la caja— Dime que es una broma de mal gusto, niño.
—Ammm...— El titubeó en la boca de Freddy no dejaba que hablara tranquilo. Una áspera voz masculina lo interrumpió.
—El viene con migo, ¿que quieres?— Preguntó. Era su vecino. El 'emo dark que se corta por las noches pensando en lo que podría haber sido'. O asi lo habia llamado Freddy.
—U-Un cafe chico....
—A mi igual, señora ¿Algo mas niño?— Preguntó sacando su billetera.
—N-No, gracias...
—¿En verdad no tienes hambre? Deme dos muffins, por favor. De chocolate.
Freddy miraba sonrojado al muchacho con pintas de emo. No sabia como actuar.
—5 euros, señor— Fred sacó su cartera y pagó. Luego de darle la bolsa con su comida a Freddy se retiró a su casa, dejando a un shokeado Freddy paralizado en medio de la fila— ¿Señor?. ¿Señor puedo pedirle que se retire?
Freddy movió su cabeza y luego se retiró de allí. Vio como cruzando la calle, su vecino entraba a su casa.
Freddy entró a su casa, totalmente sonrojado. Apenas entran las 7:12am, por lo que su pequeña familia aun dormía profundamente, al punto que se escuchaban desde la planta baja los ronquidos de su hermano. Su gata se acercó a el. Era una linda gatita blanca con algunas pequeñas manchas negras.
—Hola Copito. ¿Vamos a mi habitacion?— Preguntó Freddy, subiendo las escaleras seguido por su gata. Intentaba no hacer ruido, mas la madera de la escalera se torcia ante su tacto. Las uñas de su gata tocando el suelo se escuchaban tan suaves como un pequeño tintineo. Dejó su bolsa de comida en la mesada, junto a la rota lampara que habia intentado arreglar (sin mucho exito, dejenme decir) con sinta adhesiva.
Con su café en la mano izquierda y su gata aferrada a su hombro derecho. Se acercó a su balcón. Era su parte preferida toda la casa. Era tan tranquilo, silencioso e íntimo que quería quedarse a vivir ahí, en ese pequeño espacio.
Miró a la chica muerta. Ya no le incomodaba tanto. La dejaría en paz, no la borraría. Miró al lado de su vecino y se encontró con el azabache mirandolo.
—Lindo gato— Dijo el azabache, señalándo con su dedo indice al gato blanco con manchas negras. En manos traía un café y a su gato, Demon, que era negro con manchas blancas. Al contrario del de Freddy.
—Es una gatita— Dijo Freddy, sin mirarlo, acariciando a su mascota—La tuya también es linda.
—Es un macho— Dijo el azabache— Tu nombre es....
—Freddy Fazbear, un gusto....
El silencio se hizo presente. No uno incómodo, pues ambos acariciaban a sus respectivos gatos.
—Oye, gracias por el café.... Emm...— El azabache lo interrumpió.
—Fred. Fred Blackbear— Fred extendió su mano por su lado derecho del balcón y Freddy por su lado izquierdo, para así estrechar sus manos.
Freddy sintió algo ante su tacto. Algo especial.
«Fred....» Repasó en su mente Freddy «Lindo nombre....»
YOU ARE READING
The Balcony »Frededdy« [TERMINADA]
FanfictionUn joven chico de cabellera morena se muda junto a su madre a Madrid España. Al escojer su habitacion, se percata de que tiene un gran balcón que da una hermosa vista a la ciudad. Mientras observaba las hermosas y cautivadoras luces, logró divisar q...